¡Lástima lo que ocurre en nuestros partidos políticos! Ahora son colchones de retazos, cada fecha más destrozados. Con sobradas razones, nuestros compatriotas se muestran desorientados y no saben “qué senda coger”. Y son los dos, los que históricamente fueron verdaderas fuerzas de decisión en los destinos de esta patria. La que aún nos duele y queremos, sin embargo las contradicciones internas, en materia de programas y anhelos de ser mejores.

Razón asiste al colega Ramón Elejalde cuando incluye en Las perspectivas Liberales, estas palabras: “El panorama de los partidos tradicionales, no es bueno. El liberalismo podrá comenzar su recuperación…Lamentablemente uno observa el partido de Uribe Uribe y Gaitán, buscando cómo acomodarse de segundón…, renunciando a ser opción de poder”. Y de acuerdo con él, decimos: “llegó la hora de que las directivas de los partidos políticos ideen la necesidad de realizar una reingeniería dentro de sus organizaciones. Los partidos se tienen que reinventar y a través de esa autotransformación y propiciar un gran cambio de sistema político en el Estado, de lo contrario ya estamos en el precipicio y nada ni nadie nos atajará”.

Lastimero que la mitad de los colombianos, según hemos leído, “ya no hacen parte de los partidos políticos”. Como paso anticipado a la campaña electoral para el Congreso, tiene que haber organización interna… Lamentable que haya tendencias en los partidos patrios, tales las de Bello y de Itagüí. Los militantes de “cada color”, deben representar bien los intereses de los colombianos.

El jurista Leonardo García J, en Esencia y valor de la democracia, y trabajo para Ámbito Jurídico de II/2017, muy elocuente él, anota: “El valor de la democracia liberal, contiene unos presupuestos en cuya garantía se realiza su esencia: el amparo de la libertad y la garantía de derechos. El sistema democrático liberal es el único que permite la expresión libre de valores e intereses diversos, mediante procedimientos decisorios basados en la regla de mayorías, pero posibilita, al mismo tiempo, la aceptación de reglas formales iguales para todos. La democracia representativa maximiza el valor de la libertad”, La democracia real, agrega, es indirecta, representativa e implica la presencia de líderes de los partidos políticos.

Las situaciones que se han creado en períodos transcurridos entre las imprecisiones de gobiernos y la formación de otro, han sido notoriamente sentidas. Y en el 2018, con miembros o exmiembros de las Farc, habrán de forjarse situaciones nuevas, quizás muy interesantes, para bienestar del pueblo, que ha de ejercer el poder mediante mandatarios que respondan, bien mediante delegación de votos (por sufragio universal), que suponga la igualdad de los ciudadanos ante la ley y la división de poderes, vale decir, el legislativo, ejecutivo y judicial. Se tendrá, entonces, una nación gobernada democráticamente. Se colige, pues, que los dirigentes políticos han de emprender “vueltas” a Colombia, dando a conocer programas y la situación en cada región, como pasos previos a la campaña electoral para el Congreso y la forma cómo participarán luego en las elecciones presidenciales.