La juventud colombiana está clamando por un cambio significativo en el quehacer de la política del país.
Cabe curiosidad como los promotores de la consulta anticorrupción hacen unas comparaciones que no vienen al caso, como, por ejemplo, decir que no hubo trasteos de votos, ni compra de estos por un tamal, entre otras cosas, que no son comparables, solo por el simple hecho que tratan de mezclar peras con manzanas. Una situación son las intencionalidades de los candidatos para llegar a un puesto de elección popular y otra una consulta, que, aunque es de corte político no sirve para asignación de cargos.
Más allá del guarismo en la consulta anticorrupción, para el país sociopolítico es una alerta de los cambios dados en la dinámica colombiana, los jóvenes se dieron cuenta que el cacareo a través de las redes sociales no sirve si no se convierten en acciones conducentes al ejercicio del voto, fue así como en las elecciones presidenciales la juventud dio un golpe de opinión en las urnas.
La juventud colombiana está clamando por un cambio significativo en el quehacer de la política del país, en donde los cacicazgos politiqueros van perdiendo terreno, hipótesis que deberá ser corroborada en la querencia propia de ellos, las elecciones territoriales, que se llevarán a cabo el año próximo y qué desde ya se están moviendo las fichas para alcaldías, gobernaciones, asambleas y concejos.
Tal vez una motivación para la juventud fue inspirada desde la Casa de Nariño, en donde el Presidente Duque desmarcándose de la posición del expresidente Álvaro Uribe, decidió apoyar la consulta, como también el anhelo de tener en el mediano plazo otra Colombia y esa otra patria soñada deberá verse reflejada en los próximos comicios, allí es donde realmente el buen juicio de los electores deberá decidir por candidatos probos, porque de lo contrario los que le apostaron al cambio por ley del mal endémico que aqueja al país pierden el impulso de la transformación en las costumbres políticas nacionales.
Uno de esos cambios en las costumbres politiqueras, pareciese que también viene desde el Solio de Bolívar, el Presidente Duque decidió mantenerse al margen en la elección del Contralor General, línea que se espera sea mantenida en las relaciones con los otros poderes públicos, y se espera la misma “abstención” de hacer un guiño bajo la mesa a algún candidato en especial de cara a las elecciones del año 2019.
Queda la incógnita sobre el tapete, si el verdadero cambio se produce en las propias entrañas de la cosa política, porque es en el escenario territorial donde verdaderamente la corruptela hace presencia en todas sus manifestaciones ya conocidas por todos. Amanecerá y veremos dijo un ciego, sí verdaderamente los colombianos somos capaces de derrotar a los corruptos en las urnas.