Cuatro preguntas para Los Octámbulos

Autor: Óscar Jairo González
5 marzo de 2017 - 02:00 PM

Por la ciudad va migrando un grupo de amigos que, en su tertulia, encuentra la manera de mejorar su escritura, se trata de Los Octámbulos, colectivo literario conocido por realizar reuniones de lectura en voz alta y escritura, quienes respondieron cuatro preguntas sobre su relación con las letras. 

Medellín, Antioquia

1. ¿Qué ha querido expresar con su literatura y cómo se ha transformado al hacer parte del grupo Los Octámbulos?
 
Rafael Aguirre:
Como fundador de la tertulia Los Octámbulos, por allá a principios de 2003, debo decir que ésta ha sido y será un baluarte de aprendizaje de muchas cosas y desaprendizaje de otras, en especial para llenar un poco el tiempo de soledad que requieren los momentos de lectura y escritura y compartir con otros que pasan por lo mismo, incluso, para practicar un poco la economía solidaria en lo que concierne a la publicación de libros. Personalmente me ha servido para cualificar mi labor de tallerista en el taller LETRA-TINTA, adscrito a Relata (Mincultura) y porque sencillamente, algo mejor que escribir literatura es hablan sobre ella; es lo que se persigue en toda tertulia que sea literaria.

María Elena Giraldo:
Cuando se llega a un sitio, muchas veces, es el azar el que se confabula con uno para habitar un espacio y un tiempo, destinado tal vez, deseado tal vez. Y una llega cargada de fantasmas, de recuerdos de adolescencia en los que se quiso infundir vida a esos hombres inmortales que nos abandonaron (Los hermanos Grimm, la generación del 98, del 27, un Goethe, un Rimbaud, un Nietzsche, un Freud, un Kafka, un Höl-derlin… Poder escuchar de ellos sus luchas, insomnios, ese parir un texto en medio de la angustia, el delirio o la lucidez. 
Textos que llenaron de sonidos y cadencias mis oídos. Cuánto deseé tenerlos frente a mí. Quería conocer a esos escritores de los que mis profesores de español leían sus obras. Cuánto deseé conocerlos. Y un día no esperado, me invitan a hacer parte de la tertulia, no estaba en mis planes, pero el deseo andaba agazapado y se hizo ley. Y en la tertulia empezó a abrirse ese océano de las palabras que se juntan, una tras otra, como las piezas de un rompecabezas que necesitan encajarse para darle forma a una imagen. Las palabras son un océano que irrumpe con toda su fuerza, hasta reventar como los juegos pirotécnicos. Y entonces, la escritura se hace una necesidad. 
La pasión corre por la sangre, se tatúa en la piel, se respira, aún en un medio como el nuestro, se respira la poesía que otros hacen, la que leen los contertulios.

2. ¿Cómo se dio la segunda edición de la Antología de Los Octámbulos?

Raúl González Hernández
La poesía me atrae y me succiona el alma. Es aliento. Es vida. Es muerte. Es noche al igual que día. Es tristeza. Es la posibilidad mágica de verbalizar el mundo, sus entrañas. Es encontrar en un mar de cosas una única palabra que define e ilumina. 
En Los Octámbulos II, incluí dos relatos: Autorretrato de una familia y Reencuentro y un cuento titulado La angustia del saxofonista; un poema de despedida al amigo ido que nos acompañó como Octámbulo y poemas breves o haikus que titulé Instantes.
En lo narrativo deseo mostrar al ser humano en conflictos. Cómo se viven ciertos dramas de la vida común y corriente que desconocemos. Lo narrativo es otra paleta diferente al poema. En lo narrativo me confronto y trato de dar vida a los personajes que pasan por mis ojos. El poema es una llama permanente que comprime, quema, obnubila y hasta ciega. 
He ido incursionado también en el haiku y he encontrado en él la iluminación poética profunda. La revelación-fuego.

Alonso Mejía 
Con Eporimios. Un octambulo para mí es un colega que me ayuda a mejorar mis textos.
3. ¿En qué medida usted ha ocluido o exaltado su yo, para intervenir en este grupo?

Luis Orlando Valencia 
En mi caso, silenciando al yo y al superyó es la manera más fácil de escribir. Y porque escribo tiene sentido que me reúna con mis amigos octámbulos. Si no escribiera ni me interesara de alguna manera la escritura literaria, es muy posible que no perteneciera a este grupo. No habría soportado el alto voltaje con el que, a veces, fluyen allí las palabras. A veces tenemos que fungir de expertos navegantes para soportar las tempestades marinas que crecen entre el flujo de las palabras dichas, escuchadas o silenciadas adrede.

4. ¿Qué es para usted un Octámbulo?

Luis Orlando Valencia
Un octámbulo es un amigo que escribe y que no se convierte en mi enemigo cuando me atrevo a decirle que no me gusta lo que escribe. Un octámbulo es un cronopio sin cronos, valga decir, sin un reloj que lo incite a correr o a despedirse temprano. Un octámbulo es un escritor convencido de que diez y seis ojos ven más cosas que dos ojos, lo que permite ampliar la consciencia de cada uno sobre esas líneas que escribe en momentos de soledad.

Raúl González Hernández
Un Octámbulo es un ser libre y trabajador en lo literario, sin sujeciones ni sumisiones literarias. Abierto al mundo y a la crítica. 
Nuestro principio como grupo es ser libres sin sujeción formal alguna. Cada escritor tiene sus identidades y gustos. Nuestra escritura es diversa. El único movimiento que propendemos es el de la libertad. No estamos inscritos en ningún movimiento literario ni lo pretendemos. Cada escritor carga a sus espaldas lo suyo.

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