El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
Como ha sido la constante durante estos días, el mundo se ha volcado a una forma de vida mucho más virtual debido a la pandemia de la covid-19 que azota el planeta desde el año pasado. El deporte no ha sido ajeno a esta nueva modalidad y los entrenamientos y algunas competencias han pasado a realizarse en la virtualidad.El ciclismo sigue incursionando en este nuevo estilo y en Colombia ya se han realizado varias pruebas de forma virtual, como la pasada Clásica que organizó la Federación Colombiana de Ciclismo, donde el ganador fue el suizo Simon Pellaud, y la Vuelta al Valle, disputada hace pocos días con triunfo para el antioqueño Jaime Castañeda.El ente que rige el ciclismo en Colombia sigue pensando en los corredores y en sus patrocinadores, y tras el éxito que tuvo la Clásica FCC Somos Todos, llega ahora el Tour Virtual FCC Somos Todos, competencia que se disputará entre este jueves 9 y el sábado 11 de julio a través de la plataforma virtual Zwift.La carrera tendrá un recorrido muy variado, este jueves se tendrá una jornada de 46,8 kilómetros en el circuito The Small, una buena oportunidad para que los velocistas luchen por el triunfo; el viernes la etapa se disputará en el conocido circuito mundialista de Innsbruck, que tiene una buena dosis de montaña en sus 47,2 kilómetros; y el sábado, la última fracción será de 45,9 kilómetros que pondrá a los escaladores a pelear por la victoria en la etapa reina con final en el Alpe du Zwift.“Hemos querido hacer este Tour Virtual con el fin de que nos mantengamos activos todos los estamos del ciclismo colombiano a través de esta competencia. Hay que seguir trabajando y luchando por el ciclismo, que es nuestro deporte por excelencia. Esperamos que sea un éxito y agradecemos a todos los corredores y todos los que han trabajado para que esta carrera pueda llevarse a cabo. Con fe y optimismo nos sobrepondremos a esta situación pronto reactivaremos nuestra actividad en las carreteras de Colombia”, expresó Mauricio Vargas Carreño, presidente de la Federación.Amplia participaciónEste Tour Virtual FCC Somos Todos contará en la línea de partida con un total de 87 corredores, pertenecientes a 21 equipos que estarán compuestos por ciclistas profesionales de distintas modalidades, entre los que se destacan las grandes figuras del ciclismo colombiano.Uno de los corredores que estará representando el Team Medellín es el antioqueño Weimar Roldán, quien participó en la pasada Clásica, incluso siendo protagonista en la fuga, y ahora se siente motivado para esta nueva experiencia: “Me siento motivado. Quise correr este Tour Virtual porque me hace falta tener esa sensación de la competencia, quiero darlo todo por mi equipo y por mí, y que esto sea un bonito espectáculo”.El reconocido velocista confesó que “esta plataforma es lo más semejante a lo que es la ruta real. La Clásica pasada fue mi primera experiencia en una plataforma virtual y salí a la loca, por eso faltando pocos kilómetros sufrí mucho, pero ya he aprendido a manejar esta plataforma, tengo muy buen pedaleo, gracias al trabajo que he hecho en la pista, que me sirve mucho para este simulador. No soy escalador, pero puedo defenderme y tengo muy buenas expectativas, voy a darlo todo a ver si soy capaz de ganar”.Lea también:Simon Pellaud, campeón de la primera Clásica Virtual en ColombiaPara el líder de la escuadra Colombia Tierra de Atletas GW, Miguel Ángel Rubiano, es “muy importante hacer este tipo de carreras, ya que ante la situación que estamos hay que buscar los recursos y poder mostrar nuestras marcas. A los deportistas nos sirve como motivación, en mi caso también lo hago por mostrarme, siempre debemos tener esa sensación de competir”.Esta carrera tendrá igualmente participación femenina y entre las damas estará Aranza Villalón, campeona del Tour y la Vuelta a Colombia Femenino el año pasado, y de la reciente Vuelta al Valle Virtual, quien opinó que “es súper importante la presencia de la rama femenina, ya que dadas las circunstancias en las que estamos nos sirve para medirnos, para disfrutar del ciclismo virtual a través de estas aplicaciones”.La chilena resaltó que para esta competencia ya hay varias niñas inscritas y afirmó que “seguro lo vamos a disfrutar, ya que esta carrera la hemos tomado con el equipo para mantener esa chispa que tenemos y para darnos motivación en estos tiempos tan difíciles”.Cuota internacionalEn esta nueva carrera virtual no solo estarán en competencia los corredores del pelotón nacional, también contará con una destacada participación internacional.En el grupo de competidores inscritos hay representantes de Chile, Costa Rica y Panamá. Desde Chile se tendrán dos equipos: Team Velo’z, escuadra que confirmó a los corredores; José Ramírez, Francisco Rojas, Gonzalo Aravena, Adrián Alvarado y Ernesto Araneda; además del Club de Ciclismo Black Sheep, que participará con Patricio Almonacid, Matías Delgado, Benjamín Almonacid y Víctor Aguilar.Panamá y Costa Rica participarán con sus selecciones. Los panameños tendrán en sus filas a siete corredores, entre ellos el joven referente del ciclismo canalero Cristoff Jurado, quien estará acompañado por Jorge Castelblanco, Sandi Guerra y Gabriel Espinosa, además de las damas Ana Victoria González, Annibel Prieto y Cristina Mata.Por su parte, Costa Rica estará representada por Daniel Bonilla, José Adrián Bonilla, Leonardo Chacón, Mariano Herrera y Felipe Nystrom.La carrera tendrá transmisión en vivo los tres días, desde las 3:00 p.m., por la cuenta de Facebook y el canal de YouTube de la Federación Colombiana de Ciclismo, además contará con la narración de Héctor Urrego Caballero, la mexicana Georgina Ruiz Sandoval, más conocida como Goga, y de Luis Escobar, el popular Lucho.
Sin casaCuando se pierde la casa, se pierde el lugar en la Tierra. Y de perdidos en la Tierra da razón la historia, en especial la del siglo 20 y principios del 21, que desplazó gentes en todas las direcciones, ya por cuestiones económicas, políticas o meras ilusiones, como pasa con los que emigran buscando vivir mejor o recuperar sus orígenes. Y moverse hoy en la Tierra ya no es fácil. Los espacios están ocupados, cercados con muros y alambres, limitados por líneas imaginarias y puestos de control. Y si bien podemos movernos para regresar de nuevo (el turismo permite caminar regresando a casa) como se asegura y publicita, hay muchos que dan pasos adelante para no volver. Pasa con los refugiados, los desplazados y exilados que buscan rehacerse en espacios de los que no tienen memoria, pertenecen a otras historias y son abundantes en exclusión.Lea también: Sobre P. Handke y el lugar silencioso ¿Quién era yo?, ¿qué hago yo aquí?El siglo 19 fue el de los imperios coloniales (colonia quiere decir mi hogar en otra parte) y la Tierra fue políticamente de otra manera. Ingleses, franceses holandeses, alemanes, belgas, se apropiaron de tierras y recursos, descubrieron y usaron cada centímetro útil y se enfrentaron a culturas milenarias, estableciendo formas económicas y políticas, permeando creencias y formas de expresión. Y a la vez crearon los conceptos de raza, inteligencia y formas legales (occidentales) de manejar las costumbres. Solo dejaron vivo el folclor, para crear lo exótico y comerciar con ello. Y si es cierto que esto había sucedido antes con españoles, portugueses, otomanos y hasta mongoles, tártaros y gentes de las estepas, las tundras y las taigas (los Hunos son famosos), lo que pasó en los siglos 19 e inicios del 20, fue que toda la Tierra fue descubierta y la economía se cifró en ventajas comparativas (recursos), endeudamientos y fuerza de trabajo desmesurada a partir de la industrialización, y en ocasiones esclava (como pasó en las plantaciones, los campos de concentración y exterminio), lo que llevó a los hombres y mujeres a perder la noción de patria y asumir la del desarrollo. En la patria construía la heredad (el patrimonio), ejercía los deberes y obtenía los derechos, incluyendo el contacto con el paisaje y la creación simbólica en términos de música, literatura y creencias. Pero llegados los índices de producción y mercado (la codicia), el lugar natural comenzó a cambiarse por construcciones, herramientas, transformación acelerada de bienes y servicios, y la esencia humana (saber sentir para saber situarse) se convirtió en productividad, sospecha del otro (el asunto de las ideologías y rebeldías) y una enorme pauperización, como bien lo cuenta John Steinbeck en Las uvas de la ira. Y el reemplazo del trabajo rural por máquinas, al principio, llegó a las ciudades en técnicas que también reemplazaron oficios. Así, carentes de espacialidad, las gentes que se movieron fueron muchas y, en este movimiento, perdieron la casa. Y sin casa, sin la noción del vecino, sin las charlas de la tarde, sin la solidaridad en caso de problemas, sin el paisaje que se veía por la ventana, sin los ritos comunitarios, sin las estaciones y los días y las noches en estado de seguridad, apareció la soledad y el miedo. Que lo anterior sea legítimo o no (no todo pasado fue mejor, pero tampoco todo presente es peor), es algo que se discute en términos de justicia. Los hombres y las mujeres se han movido, unos en lo justo de sus apreciaciones, otros en lo injusto de sus deseos.En botes, como hoy lo hacen los sirios, viajaban los refugiados de Indochina a buscar la vida, perdiendo la patria.El refugiadoLas guerras y los totalitarismos han creado un personaje: el refugiado. Y para el caso de La nieta del señor Linh, el personaje proviene de Indochina, esa colonia francesa que las autoridades de París manejaron en medio del desorden administrativo y la represión continuada. Los franceses, al igual que los alemanes y belgas, hicieron de sus colonias espacios del fin del mundo. Paul Gauguin, el pintor, en Escritos de un salvaje, da cuenta del desamparo, las justicias privadas, las locuras de los colonos y la corrupción de las autoridades en los mares del sur. Y esto que cuenta Gauguin se repite con más furia y delirio en el Congo belga, en las colonias alemanas (Namibia, por ejemplo), en los campos del Shanghái inglés y de Suráfrica (Arde la hierba es una buena novela de Doris Lessing). Y para el caso de Indochina (muy bien narrada en El amante, de Marguerite Duras), estas tierras del arroz y los búfalos, reprimidas a sangre y fuego por los Paracaidistas (fuerza élite francesa) y que al fin (y, en consecuencia) se convierten en la terrible guerra de Vietnam, no sé si heredada por los norteamericanos o comprada por ellos, crean una conciencia en Francia. Una conciencia que ya había reclamado André Malraux en su libro, La condición humana. ¿Qué es lo humano? Acoger a la víctima. ¿Pero cómo acoger a la víctima? ¿En campos de refugiados, en edificios, en hospitales y centros siquiátricos? Cómo acogerla si llega sin nada, sin entender nada, sin reconocer nada de lo que tiene adelante, sin lengua en la que se pueda comunicar con quien lo acoge. Como dice Malraux, con la víctima llega un inmenso miedo a dormirse. Los ojos abiertos son lo único que conserva y cerrarlos podría traer de nuevo las imágenes pasadas y no poder olvidar. Recordar es la carga más pesada y dolorosa del refugiado. Y así se haya salvado y ahora esté acogido, dormir es un peligro: se le aparece la memoria.De Indochina llegaron muchos refugiados a Francia. Atravesaron el mar en barcos de carga, vieron y vivieron días y noches en la inmensidad del agua, se miraron sin hablar o solo diciendo lo necesario, se buscaron de proa a popa para encontrarse, comieron de lo que traían, revisaron sus bolsas no fuera a haber ladrones, pegaron sus papeles de identificación al cuerpo y al fin bajaron en algún puerto. Salieron y llegaron unos, otros murieron en el viaje o se tiraron a las olas sin despedirse de nadie. En medio del mar ya uno es de ninguna parte. Y para el refugiado, el hecho de tocar la orilla que lo acoge ya le dice que tampoco es de ese lugar. Su equipaje es su propio encierro: esto le pasó al señor Linh, el personaje de Philippe Claudel.Philippe Claudel, escritor y director de cine.El señor LinhPhilipp Claudel es escritor y director de cine. O sea que escribe viendo imágenes, manejando planos fotográficos, movimientos de cámara, iluminación, encuadres e insertos, flashbacks y quizá oyendo música mientras reconstruye escenas en el guion de la historia que cuenta. Pero para el caso de La nieta del señor Linh, que es el relato de un refugiado, las escenas ya han sido vistas en documentales, se han descrito en ensayos, noticias periodísticas y artículos de revista, y están en la cabeza, se ven en ciertas calles y tenemos miedo de que nos suceda algo así. ¿Pero qué hay dentro del refugiado? Su gesto, su cara (Emmanuel Lévinas dice que en el rostro del otro se ve lo que hemos hecho con él), su ropa, su andar, su manera de comer, la sonrisa (Antoine de Saint Exúpéry le da mucho valor a sonreír en Carta a un rehén), indican algo. ¿Y qué piensa el refugiado cuando mira, qué desean coger sus manos, qué espera mientras transcurre el día, qué palabras lo persiguen, qué olvido busca, qué es el tiempo en él, qué una cita?La nieta del señor Linh es una novela corta. Y podría ser una película si no fuera por la nieta del hombre. La nieta no llora, apenas si parpadea, se satisface con lo que le dan, la cara se describe rápidamente, se acomoda donde sea y el abuelo, el señor Linh, no la deja nunca. Va con ella oyendo voces que no entiende, viendo lo que no ha visto, recordando a veces la granja, la aldea con doce casas (donde todos se conocían), los caminos a los arrozales, el rio, el hijo y la nuera muertos en una explosión, las caras lindas de las campesinas, las historias de los más viejos. Y en este ir por la nueva ciudad (palabra nueva para el señor Linh) la primera ruta es dar la vuelta a la manzana. Así no se pierde. Luego avanza un poco más y encuentra una banca y en ella a un hombre que fuma sin parar, que está sentado y mira a un parque de diversiones donde antes trabajó su mujer muerta. El fumador lo percibe y le sonríe. El señor Linh le dice buenos días en su lengua: tai lai. El otro, que no entiende, supone que el señor Linh se llama Tai Lai y, con esos buenos días, lo nombra. El refugiado tiene un nombre. El vecino, otro: fuma. Un nombre que no se pronuncia, pero se ve. Y ahí comienza la historia (la microhistoria) de dos que se ven cada día sin entenderse en nada que no sea buenos días. Buenos días porque pueden sentarse juntos, porque se dan pequeños regalos, porque miran uno al lado del otro, porque la soledad los une y al tiempo la fantasía. Y este espacio podría ser el de toda una vida: el encuentro, los cigarrillos, el buenos días (el señor Linh lo aprende a decir en francés), la nieta. Pero vivimos en espacios que se rompen y al señor Lihn lo llevan a otro lugar, a un extremo de la ciudad, y vuelve a perderse. Ya el señor Linh tiene la memoria del hombre que fuma (que además le ha dado un vestido para su nieta), la memoria de la banca, la memoria de la hora del encuentro, la memoria del sentir el humo del cigarrillo, la memoria de la lluvia y el frío, pero no sabe cómo regresar al sitio. Así que ya no es un refugiado sino dos. El primero perdió el país, el segundo al amigo y las circunstancias que lo crearon. Al final, el señor Linh resuelve el laberinto de la ciudad y puede ver a su amigo, gritándole buenos días. Hay días que son buenos, pero ese día no es bueno. Y no sabemos más. O sí, qué cosa es una ilusión.Le puede interesar: Olga Tokarczuk y la obra guía del viaje. Sobre los cuerpos errantes¿Qué es un refugiado por fuera de listas de ayuda y análisis socioeconómicos? ¿Qué se construye en él cuando ha perdido su oportunidad de ser y estar en un sitio que reconoce en las caras confiables, los sonidos que entiende, los espacios que ve? ¿Cuántos señores Linh buscan a un hombre que fuma para sentarse a su lado y al menos poder mirar juntos, sentados en una banca del espacio público? Philippe Claudel da una versión que conmueve, estruja el corazón y marca ya de por vida. Es imposible olvidar al señor Linh. Es la historia de los tiempos que corren y que han corrido. Es la búsqueda del otro como ser que acoge y debe ser acogido.Philippe Claudel (Nancy, 1962) escribió Aromas (a qué huele el mundo), y novelas sobre los que no llegan, los que todos son culpables, la cuestión del otro y un ensayo sobre lo que pasaría si no hubiera niños. Y en esa prosa de cine, nos vemos. Es inevitable: lo que pasa no es en vano. Vamos navegando por ahí, con vientos que no siguen direcciones. Y como no estamos definidos, pasa esto y pasa aquello.
Teniendo en cuenta que los principios rectores del gobierno de Aníbal Gaviria son trabajar por la vida, la equidad, la transparencia y la sostenibilidad la propuesta de la Secretaría de Minas es trabajar por un sector minero sostenible, con alineación hacia los Objetivos del Desarrollo Sostenible, ODS.“Nuestra propuesta es ecominería, minería compatible con los ecosistemas sociales y ambientales, con altos estándares, que aporte al desarrollo integral de los entornos mineros donde opera, potencializando las ventajas comparativas de las regiones y sus vocaciones tradicionales y, en especial, buscando el ecodesarrollo”, así lo expresó el nuevo secretario de Minas, Jorge Jaramillo.Y continuo, “buscamos una minería sustentable en la parte social, empresarial, técnica, ambiental y legal, esa es nuestra propuesta”.Además, el secretario también señaló que trabajará para que la huella minera de esta actividad sea mínima, ya que usualmente esta sólo representa menos del 10% del total del área del título minero, que en el caso de la minería subterránea es donde queda la bocamina, las instalaciones y la escombrera. El resto del terreno se debe utilizar para desarrollar cualquier otra actividad, ya que la acción es sobre el subsuelo.“Que la riqueza del subsuelo se refleje en la riqueza del suelo, eso es un propósito macro para aportar al desarrollo de los entornos donde opera la minería”, ilustró el funcionario.¿Cómo lograrlo?Para lograr dicho propósito Jaramillo tiene planeado rodearse de los mejores profesionales y aliados territoriales, sumando capacidades profesionales y técnicas para desarrollar un trabajo en equipo.“Es necesario fortalecer capacidades comunitarias, economía circular, propuestas de minería verde y, en ese sentido, contamos con el apoyo de la Asociación de Profesionales del Sector Minero, AIMC; con varios grupos de investigación de alta calidad de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional, esos van a ser nuestros principales aliados para trabajar, sobre todo en el tema técnico de desarrollo minero sustentable.También está la Iniciativa Antioquia por la Minería Sostenible, una alianza que venimos trabajando desde tiempo atrás, y otros actores fuertes, porque la idea es sumar esfuerzos para sembrar las bases de un futuro sostenible.En el ámbito internacional también buscaremos el apoyo del Centro Mundial del Agua, y el impulso a la minería Fairmined, o sea minería ética y limpia; en el mercurio el apoyo de la Universidad British Columbia con Marcello Vega; en Canadá el Instituto Integral de la Minería Sustentable; con la Universidad de Queensland buscamos formar el Centro de Excelencia de la Minería; con la Universidad de Miami y Columbia el tema de los ODS y, en fin, formar un equipo de estrellas, un esfuerzo colectivo hacia una minería moderna.Además, para introducir la minería en la Cuarta Revolución Industrial tenemos a John William Brand, que nos va a apoyar, él es ingeniero de minas, experto en TICs, y es tal vez la persona que más conoce de este tema”, indicó el secretario.Minería ecológicaLa idea de hacer minería ecológica surgió porque Colombia es un país donde llueve tres veces más que el promedio mundial, 3.000 milímetros, el promedio mundial es de 900 milímetros, hay zonas como La Guajira donde llueve 60 ml, pero hay zonas como Chocó donde llueve 12.000 ml; además, es el segundo país de mayor biodiversidad en el ámbito mundial.De acuerdo con Jaramillo hay algunos referentes, muy puntuales, como Cobre Panamá, Fruta del Norte en Ecuador y Mina Maimón en República Dominicana.Lo que se busca es hacer gestión de conocimiento con una propuesta de minería ecológica, para lo que también cuentan con Alfonso Monge, un asesor internacional con experiencia mundial en territorio y en este tipo de iniciativas, y sembrar las bases para que la minería sea viable hacia futuro.Todo esto teniendo en cuenta las condiciones tropicales de Colombia, para convertirla en ejemplo para el mundo.“Vamos a sembrar las bases de lo que debe ser la minería en todas sus escalas, pequeña, mediana y gran minería, la idea es acompañarla inicialmente, aunque ya varias empresas tienen estas iniciativas, pero es reforzarlas y potencializarlas y que ellos vean y se sientan tranquilos y seguros bajo ese esquema de transformación de empresas hacia una ecominería, pues se tendrá un mundo mejor para todos y se va a reducir la huella de carbono y contribuiremos a disminuir el calentamiento global, esa es nuestra propuesta”, formuló Jaramillo.Igualmente, el trabajo de la Secretaría de Minas estará alineado con las políticas del Ministerio de Minas y Energía, y tiene como meta trabajar de manera coordinada y articulada con la Dirección Empresarial y de Formalización del Ministerio de Minas y de la de Agencia Nacional de Minería, ya que como lo señaló el secretario “somos un brazo extendido”.Minería en AntioquiaDe 36 toneladas que ha producido Colombia en oro, en los últimos 4 años, casi el 50% lo ha producido Antioquia, de la siguiente manera: 7 toneladas, provenientes de la gran minería, que básicamente son Mineros S.A. y Gran Colombia, con 7.000 trabajadores entre directos y contratistas; 4 toneladas provenientes de la pequeña minería, que son las plantas de beneficio con más o menos 10.000 personas y 7 toneladas provenientes del barequeo, en el que trabajan alrededor de 30.000 personas.Según estudios que tiene el funcionario, las 11 toneladas provenientes de barequeros y pequeña minería, un poco más del 60% de la producción total del departamento, se logra con muy baja productividad, para Jaramillo mejorar esa cifra solo requiere de inclusión técnica y tecnológica.“La parte técnica se soluciona con asistencia, mientras que la tecnológica se logra con mejoramiento de equipamiento y mejores prácticas, nuestra idea es brindarles la asistencia y fácilmente en el primer año se podría incrementar su producción en un 20%, para que ellos también inviertan en la parte empresarial, social y ambiental”, sostuvo el funcionario.FormalizaciónCon respecto a la formalización el secretario manifestó: “es uno de los ejes a los que tenemos que apuntarle fuertemente, pero no es formalizar por formalizar, porque nos volvemos objetos tributarios, esa formalización tiene que ir acompañada de un incremento en la productividad, que de verdad genere unos excedentes que le permita a los mineros ser ganadores y que les quede para cumplir sus obligaciones, no solamente tributarias, sino sociales y de estructura organizacional.Si hacemos ese plan en unos tres años estaríamos duplicando la producción de Antioquia y convertimos esas unidades en lo que queremos, una actividad sostenible, pero sostenible en todas las variables, la social, empresarial, técnica, ambiental y legal, esa es nuestra apuesta”.Es ahí precisamente en lo que Jaramillo ve una excelente oportunidad “porque al fin y al cabo nosotros somos técnicos y tenemos toda la estadística de los últimos años, de hecho en el primer gobierno de Aníbal se creó el Centro Provincial de Gestión Minero Agroempresarial del Alto Nordeste, que cubre los municipios de Segovia, Remedios, Nechí, Zaragoza y el Bagre, muy exitoso y no solamente opera en Antioquia sino en 15 departamentos del país, este es uno de los hijos que se ha vuelto una estrella, y ya está aportando a todo el desarrollo territorial”, narró el secretario.Minería ilegalEn cuanto a minería ilegal Jaramillo afirmó: “el gobernador ha sido claro en decir que va a ser contundente con las rentas ilícitas y una de ellas proviene de la minería ilegal, ahí se van a atacar las fuentes de financiación, pero tampoco podemos confundir la minería informal con la ilegal”.Y dio un parte de tranquilidad para los mineros informales, ya que aseguró que lo que van a hacer es pasarlos a la vía de la formalización con acompañamiento técnico, “queremos que mejoren la productividad, tanto en la parte técnica como tecnológica para que en realidad sean sostenibles en el tiempo”, aseveró.PremisasPara finalizar, el Secretario apuntó que “las empresas mineras están frente a una coyuntura favorable para demostrar que son esenciales a la hora de proveer recursos para el futuro y que tienen lo necesario para responder a la evolución constante del mundo que los rodea, la minería metálica debe emerger para intensificar y cumplir su papel en la transición hacia el desarrollo sostenible.La ciencia es el soporte de la prosperidad, si un proyecto minero afecta el entorno donde va a operar y sus vocaciones tradicionales, culturales y turísticas no debería ir, pero si un proyecto minero no afecta el entorno ni las vocaciones tradicionales, culturales, económicas y, por el contrario, las potencializa, el proyecto debería ir, porque lo que está construyendo es región y sostenibilidad en el largo plazo”.Logros de la Administración 2004-2007Otros logros de la pasada administración 2004-2007 de Aníbal Gaviria, en minería, fueron:- En el año 2006 durante la Feria Empresarial Minera propuso obras por impuestos, para que las empresas pudieran hacer obras con un porcentaje de los impuestos y obras por regalías. Entre el 2005 y el 2007 llegaron al país unas 45 empresas junior de exploración y trajeron al país aproximadamente 1500 millones de dólares con resultados que apenas se están viendo, con proyectos como Continental, Antioquia Gold y Gramalote.“A penas se van a ver los resultados de lo que se sembró hace 15 años, porque la minería es una actividad de largo plazo”, aseguró Jorge Jaramillo, secretario de Minas de Antioquia.
FICHA TÉCNICADirección: Peter Hedges Guion: Peter Hedges Reparto: Lucas Hedges, Julia Roberts, Kathryn Newton, Courtney B. Vance Fotografía: Stuart Dryburgh Música: Dickon Hinchliffe.“Hoy cumplo 77 días sin consumir drogas, espero llegar al 78”, es la frase con la que cierra Ben (Lucas Hedges) su intervención en un grupo de personas que buscan salir de ese problema. Detrás de él, está su madre Holly (Julia Roberts), quien lo acompaña a su regreso a casa de manera intempestiva en vísperas de navidad.Lea también: Guerra fría: Un romance en blanco y negroEl regreso de Ben es el retrato doloroso de la vida del director Peter Hedges, quien vivió varios hechos que marcaron parte de su vida y le permitieron escribir y dirigir este drama que tiene como protagonistas a su hijo Lucas y a Julia Roberts, dos estupendos actores que demuestran toda su capacidad para trasladarles a los espectadores las sensaciones necesarias de frustración, dolor, alegría e incapacidad.La película no es la solución a los problemas de familias que tengan drogadictos en sus casas, es la reflexión que se puede hacer para entender un poco por lo que pasan miles de personas en el mundo. Puede ser la conexión que algunos podrán tener para mirar hacia el pasado y presente de sus experiencias con la adicción a las drogas.En el regreso, Ben se encuentra con su madre y familia.Hay un lazo que a cada minuto se intensifica entre ambos actores, y es la posibilidad de compartir en las 24 horas que dura la película, una conexión madre e hijo que se fortalece por la desaparición del perro de la casa, cuando ambos salen a buscarlo, y se revela el tire y afloje de los esfuerzos de Ben de dejar las tentaciones de volver a ese mundo, pero todo indica que allá está su camino, mientras su madre lo vuelve siempre a la realidad, de ser su guía en esos momentos de zozobra para la familia. Y es allí, donde el trabajo actoral sobresale con creces, de un Lucas, callado, con un rostro a veces inexpresivo, con una naturalidad pasmosa, pero con la angustia de saber que paso da y lo que le espera, mientras Roberts es más histriónica, sin sobreactuarse, que refleja el desespero de una madre que se deja guiar por un hijo en las gélidas calles de donde viven, sin saber hacia dónde van.El director Peter Hedges ha logrado construir un estupendo drama, que merece ser tenido en cuenta por los espectadores, porque nos muestra dos elementos claves: el amor de una madre que por momentos se ve quebrada por lo que pasa en su familia con la llegada de su hijo Ben y la esperanza siempre de recuperar la estabilidad de sus seres queridos, incluyendo a su hijo Ben.Le puede interesar: Corazón borrado, para tomar decisiones correctasNUESTROS RECOMENDADOS (CARTELERA)Título: EL PARQUE DE LOS SUEÑOS (Canadá). Reparto: Pei-Pei Cheng, Tzi Ma, Sandra Oh. Director: Mina Shum. A sus 60 años, María piensa que su vida ya no tendrá sorpresas, solo más décadas felizmente dedicadas a su marido y su familia. Pero su vida toma un giro inesperado cuando descubre que su esposo le es infiel con una mujer más joven.Título: UN AMOR INQUEBRANTABLE (EE. UU.) Reparto: Topher Grace, Chrissy Metz, Josh Lucas, Mike Colter, Rebecca Staab Director: Roxann Dawson. Basada en la increíble historia verdadera del amor resuelto de una madre frente a probabilidades imposibles. Cuando John, hijo adoptado de Joyce Smith, se cae a través de un lago cubierto de hielo en Missouri, toda esperanza parece perdida.Título: VIVIENDO CON EL ENEMIGO (EE.UU.) Reparto: Keira Knightley, Alexander Skarsgárd, Jason Clarke Director: James Kent. Se desarrolla en la Alemania de la posguerra, en 1946. Rachael Morgan (Keira Knightley) llega a las ruinas de Hamburgo bajo un frío intenso para reunirse con su marido Lewis (Jason Clarke), un coronel británico encargado de reconstruir la devastada ciudad.BSO RECOMENDADA'Hellboy'Compositor: Benjamin WallfischEste compositor inglés es hoy uno de los más apetecidos en la industria cinematográfica (en cartelera hay tres bandas sonoras que interpreta) y por ende, uno que ha podido generar un sonido propio que lo caracteriza. ‘Hellboy’ su tema principal es poderoso y lleno de energía con una guitarra que le dan la fuerza a su banda sonora.
En la actual coyuntura de la política colombiana en la que el presidente Iván Duque se está atreviendo a revolcar, despolitizar o desclientelizar las relaciones con los congresistas, y cuando el término mermelada sigue de moda en el país, en plena campaña para los comicios territoriales, aparece una nueva publicación que pone un primer plano y se mete en las entrañas de lo que ha sido y aún es el llamado clientelismo político.“Clientelismo en Colombia” es el título del libro y es un nuevo aporte de quien es hoy otro muy distinto Armando Estrada Villa al político de las décadas de los año ochenta y parte de los noventa del siglo pasado, cuando junto al jefe liberal en Antioquia de esas épocas, Bernardo Guerra Serna, practicaron desde el poderoso Directorio Liberal de Antioquia el más clásico ejemplo de clientela política y electoral. Es un retrovisor aceptado por el mismo Armando Estrada, pero eran otros tiempos.Y el tiempo pasó y pese a que el clientelismo no ha sido extirpado de las costumbres políticas criollas, el que sí cambió por completo su modo de ver la política, es el propio Estrada Villa hoy convertido en doctor en filosofía y magíster en estudios políticos, en analista y comentarista escuchado y leído y en profesor universitario en la Facultad de Derecho de Unaula.Junto a su colega académico William Cerón Gonsález, este último apellido con s y no con la acostumbrada z, se dedican a exponer unos de los principales problemas que afecta a la democracia nacional, departamental y municipal, con sus nefastos efectos políticos, económicos, fiscales, administrativos, sociales y culturales.Ante esas consecuencias negativas del clientelismo, Armando Estrada reconoce, como lo hacen la mayoría de observadores de la política nacional, que el presidente Duque está en lo cierto y en lo correcto, porque el clientelismo, llamado hoy metafóricamente mermelada, le ha hecho enorme daño al país.Por efectos del clientelismo y la mermelada, precisó, el Congreso pierde autonomía y se convierte en subalterno del gobierno y tiene que aprobar todos los proyectos de ley que le radican.Lea:“Uno no puede ser blandengue”Pero a la vez el gobierno también resulta menguado en sus capacidades, porque pierde independencia en el manejo del presupuesto y para la integración del gabinete de colaboradores, toda vez que de un lado tiene que atender las reclamaciones que hacen los políticos y de otro lado las solicitudes para la destinación de los cupos indicativos que antes se llamaban auxilios parlamentarios.Así es que el clientelismo perjudica a uno u otro órgano del poder público y eso hace que la división de poderes, que es un elemento clave en la democracia, desaparezca, advierte el autor.Recalca que en una relación política clientelar tanto el uno como el otro, Ejecutivo y Legislativo, pierden autonomía, toda vez que los congresistas se dedican a complacer al gobierno en la aprobación de proyectos de ley y en no adelantar un verdadero control político, mientras que la administración se dedica a atender las solicitudes presupuestales de los congresistas y las hojas de vida para nombrar a los recomendados.Al final de crea una gobernabilidad no sobre la seriedad de un gobierno y sobre el cumplimiento de sus promesas, sino montada sobre hojas de vida y sobre peticiones de auxilios que hacen los congresistas, que a su vez atienden todo lo que el gobierno requiera.Costos del clientelismoTambién para Armando Estrada el presidente de la República tiene la razón en “desmermelar” las relaciones con el Congreso por otra poderosa razón y es el elevado costo de los cupos indicativos.Recordó que el excontralor Edgardo Maya Villazón presentó antes de concluir su periodo un informe en el que los cupos indicativos significaron 56 billones de pesos durante los gobiernos reelegidos de Álvaro Uribe Vélez y de Juan Manuel Santos.Si alguien se preocupara en hacer un seguimiento a la forma como se destinaron o se emplearon esos billonarios recursos públicos, seguramente encontrara que fue en despilfarros, en obras mal programadas y sin planificación y lo peor en abrir la puerta a la corrupción.Por ejemplo, dice Estrada V., el senador Jorge Enrique Robledo explica muy bien en su libro “La corrupción en el poder” la forma como opera la corrupción en los cupos indicativos.Relata en esa obra que el congresista visita a un alcalde y le plantea que le lleva 1.000 millones de pesos de cupos indicativos para ver en qué se pueden destinar. El alcalde le sugiere que en una escuela y el político exige que él pone el contratista y que si necesita licitación, pues hay que amañarla para que se la gana su recomendado. Y tanto al alcalde como el congresista se llevan su respectiva comisión, lo que hoy se denomina por la Fiscalía como la mermelada tóxica.Estrada Villa explicó que con este nuevo libro, de su ya muy interesante colección de publicaciones tras su tránsito de político activo a académico y analista, lo que buscan con su colega Cerón G. es profundizar en torno a los afectos del clientelismo y de qué manera afecta los recursos públicos, la competencia política, la forma como los partidos se desdibujan al dedicarse más que todo a ver de qué manera obtienen recursos del presupuesto público.Esta investigación, dijo, complementa y amplia en la literatura política colombiana otras obras que se han hecho sobre el clientelismo en Colombia por parte de varios autores, como por ejemplo, los trabajos de Fernando Cepeda Ulloa para demostrar la corrupción que origina el clientelismo, o los de Víctor Manuel Moncayo en torno a los perjuicios que causa al Estado.“Nosotros lo que pretendemos es hacer entender los efectos nocivos y los grandes perjuicios que tiene el clientelismo y lo que hoy en lenguaje coloquial llaman mermelada”.El exministro de Hacienda, Juan Carlos Echeverry, fue el que acuñó el término mermelada, cuando hablando sobre la repartición de las regalías, dijo que había que esparcirla por toda la tostada.Hoy lo que pasó con clientelismo y mermelada fue que se esparcieron hacia el argot político como sinónimos, porque se establece una contraprestación entre el Gobierno y los congresistas, y también entre éste, que dispone de mermelada, es decir, de puestos públicos y cupos indicativos, con sus votantes o la clientela que tiene en los diferentes municipios y regiones.
En estos días de recogimiento que ofrecen los finales de año y comienzos del siguiente calendario, he dedicado algún tiempo a releer al pensador prusiano Immanuel Kant, el gran revolucionario de la teoría del conocimiento por el giro copernicano que supo imprimir a la filosofía, que llama Joan Sole en su excelente resumen publicado en la colección sobre los grandes filósofos de la historia, editada por el Periódico El Tiempo, resumen que he complementado con el repaso del libro El pensamiento vivo de Kant de Julien Blenda, que hace parte de una bella edición de Editorial Losada.En mi concepto, el gran aporte del prusiano a la filosofía fue la superación de la polarización a que habían llevado la filosofía las dos escuelas que dominaban la teoría del conocimiento en los siglos XVII y XVIII: el Empirismo (Hume, Locke, Berkely) y el Racionalismo (Descartes, Leibniz, Spinoza), tema al cual dediqué una de mis pasadas columnas.´Lea también: Hipótesis Gaia, Club de Budapest y Cambio climáticoEn la obra Crítica a la Razón Pura, Kant descubre que el pensamiento no es una percepción pura de los datos suministrados por los sentidos, sino que son las facultades intelectivas del sujeto cognoscente las que permiten que haya conocimiento. El acatamiento por nuestra voluntad de las normas y principios promulgados por la razón constituye la dignidad del ser humano, lo que en el campo práctico es el fundamento de nuestra moralidad.En la Crítica de la Razón Práctica el prusiano define su concepción ética, cuya ley fundamental se concreta en la sentencia: “Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda ser siempre considerada como un principio de legislación universal”. En esta obra Kant muestra como la verdadera filosofía, la que realmente interesa, sea dicho, es la que está orientada a la vida, a la acción y a la posibilidad de mejorar nuestra existencia (la vida buena, que llamaban los antiguos). Bajo este fundamento conceptual, de la más pura ética humanista, se debe enmarcar nuestro compromiso con la protección y defensa de los ecosistemas. Actuar por el deber es el imperativo categórico de la razón, esencia de la ética kantiana, que tiene toda su fuerza en este nuestro compromiso ineludible por la defensa de la vida en el planeta, amenazada por una sociedad neoliberal inmoral, caracterizada por el divorcio de la política, “la buena política”, de la ética, que además de guerras, desplazamientos, inequidad y pobreza para la mayoría de la población, está destruyendo los ecosistemas planetarios, y con ellos la misma vida.Obrar por el deber hoy se puede entender como actuar obedeciendo el mandato biológico de preservar nuestra especie y nuestra propia vida, que a su vez dependen de la preservación de los ecosistemas, amenazados por el calentamiento global y el consumismo. El extractivismo de los bienes naturales, renovables y no renovables, lo que casi se traduce en arrasamiento devastador, atenta contra la seguridad y supervivencia de las generaciones futuras.La razón práctica como dimensión ética del ser humano, es el fundamento de la acción individual, colectiva, política y religiosa, entendida esta última no en su sentido tradicional como base de la moralidad, sino como producto de ella.Le puede interesar: Resignificado del desarrolloPara terminar, quiero referirme a un hermoso video, que circula en las redes, donde a raíz del lanzamiento en 1990 de la Sonda Voyager 1 se reproduce el pensamiento del gran divulgador de la ciencia Carl Sagan. Con imágenes de la tierra vistas desde 6.000 kilómetros de distancia, “un pálido punto azul” perdido en la inmensidad del Universo, se nos recuerda que nuestro planeta tierra es el único lugar conocido donde creció y floreció la vida y que, por ahora, será nuestro hogar que debemos cuidar y preservar como únicos responsables, ya que nada ni nadie extraño podrá salvarnos de su destrucción en que estamos empeñados. Así mismo nos llama a ser solidarios y compasivos con el sufrimiento de nuestros semejantes. ¡El imperativo categórico del deber kantiano, visto por la ciencia de hoy!Un feliz año nuevo 2019, lleno de realizaciones personales y familiares para mis lectores y amigos.