Con delincuente propio

Por Rodrigo Pareja
No se necesitó que fuera uno de sus más “preclaros” integrantes el protagonista del vergonzoso episodio que dejó, en cueros pero en su plata, a la ya de por sí desprestigiada clase política y a su máxima expresión, el congreso de la república.
Bastó apenas que una de las fichas estratégicamente colocadas allí para maniobrar – Saúl Cruz – sub secretario de la cámara alta, sacara a relucir sus dotes de histrión de poca monta, para que aumentara varios puntos el porcentaje que refleja el desprestigio de políticos y congresistas.

El amanuense Cruz, abatido ante su fracasada intriga para sacar adelante la candidatura de Álvaro Mota a una plaza en la Corte Suprema de Justicia, donde a no dudarlo se convertiría en otro alfil de la ultra derecha para torpedear el proceso de paz, no encontró mejor manera de superar su tristeza, que convertirse en mentiroso y calumniador.

Con la misma frescura y habilidad, seguro tantas veces empleadas para manipular órdenes del día, citaciones, sesiones, proposiciones, viajes, viáticos y demás, embistió como si nada la cámara que portaba un periodista de Noticias Uno, con el avieso propósito de armar un escándalo que a él y a sus patrocinadores les permitiera ejercer una especie de venganza contra el único noticiero de televisión capaz de denunciar, día a día, las inmundicias que corroen a este país.

Como la oportunidad propiciada por el caricato subsecretario resultó alopécica para algunos, no dudaron un segundo en aprovecharla para sacar a relucir su ira contenida y la sed de venganza que mantienen con el único medio periodístico capaz de destaparles, un día sí y otro también, sus porquerías y malas andanzas.

Desde cárcel hasta prohibición absoluta para ingresar a la que alguien pomposamente denominó “casa de la democracia”, pidieron los dolidos, engañados y precipitados senadores para el supuesto autor de la inexistente agresión, envalentonados por el propio presidente de la corporación, Mauricio Lizcano quien les dio cuerda y ánimo para el matoneo.

No faltó hasta el apunte gracioso por parte de otra de las tantas deschavetadas que hay en el Senado, Rosmary Martinez, quien afirmó que lo sucedido podía ser el precedente para que el Eln llegara al recinto “disfrazado de actor y nos masacre en este Congreso”.

El “primazo” José Odbulio Gaviria dejó salir una vez más al sub desarrollado Mussolini que alberga en su retorcido pensamiento, para afirmar que Noticias Uno solía ejercer como sicario moral y ahora lo hacía también como sicario agresor. 

Hasta congresistas de quienes podía esperarse otro proceder y más mesura, dados su abolengo y antecedentes, cayeron en la trampa tendida por el farsante, y sin mucho análisis prefirieron subirse al carro del atropello y el desquite antes de que los dejara.

No faltó sino que alguien con más refinamiento pero peor intención, clamara por aplicar la pena de extrañamiento, no sólo al camarógrafo calumniado, sino hacerla extensiva a Cecilia Orozco, la valiente directora de Noticias Uno y, por qué no, también de paso a Daniel Coronel, el hombre que cimentó la más valiosa tribuna de opinión e independencia que tiene el ciudadano del común.

Porque, a propósito de independencia y verdad, bueno es recalcar que las que se advierten en los demás noticieros de televisión padecidos por los colombianos, brillan por su ausencia, y ellos dan siempre la impresión de estar comprometidos con los poderosos o con un cómplice y bienhechor silencio.

En alguna paradisíaca playa estará ahora el saltimbanqui de Cruz, no propiamente curándose las “heridas” propinadas por el camarógrafo, sino aplicando a su curtida piel de politiquero peligroso algún protector solar. Porque del oso que acaba de protagonizar, nadie lo alcanzará a proteger.
 
TWITERCITO: Aparte de las que ya están en los cementerios, ¿cuántas cruces más tendrá que soportar el periodismo independiente?