Con chauvinismo, Santos refuta críticas por aumento del narcotráfico

Autor: Dirección
15 septiembre de 2017 - 12:00 AM

El Gobierno Nacional respondió con una andanada chauvinista y una serie de datos controvertibles desde las cifras de la ONU, que demuestran el crecimiento en cultivos de coca y en producción de cocaína.

Por mandato legal asociado a las recomendaciones para acceder a asignaciones presupuestales, el presidente de Estados Unidos entregó al Departamento de Estado, el miércoles pasado, su análisis sobre la lucha contra el narcotráfico en los países que reciben ayudas estadounidenses. En esta ocasión, señaló a Venezuela y Bolivia como países ?no cooperadores? e indicó que había ?considerado seriamente designar a Colombia como país que ha fallado en el cumplimiento de compromisos internacionales en la lucha contra las drogas”. En memorando oficial al secretario de Estado, Donald Trump reconoció que Colombia no fue designada como país no cooperador ?porque la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas de Colombia están cerca de la aplicación de la ley y son socios de seguridad de los Estados Unidos en el Hemisferio Occidental?.

Lea sobre alertas de Estados Unidos a Colombia por la lucha contra las drogas

Los errores políticos del gobierno de Estados Unidos al aplicar la certificación a la lucha de los países contra las drogas, de los que Colombia fue víctima hace treinta años, provocaron la transformación de ese modelo de expedición de avales de buena conducta al actual, que es de análisis a los resultados de la cooperación que esa nación ofrece a sus aliados en el mundo, un ejercicio que se ha impuesto sobre todas las actividades de cooperación, a fin de garantizar su efectividad. Revisar, pues, lo hecho por un país receptor de la importante ayuda destinada al Plan Colombia, y luego a Paz Colombia, durante 17 años, es una obligación del Gobierno de Estados Unidos ante el Congreso y frente a ciudadanos que exigen rendición de cuentas.

El memorando del presidente Trump no tenía que sorprender a nadie, pues es el producto de muchas intervenciones previas demostrando preocupación por el crecimiento del narcotráfico en Colombia. Durante audiencias con el Comité de Asuntos Latinoamericanos del Senado, el 2 de septiembre pasado, y ante el Comité sobre lucha contra las drogas, el pasado martes 12, el embajador Willliam Brownfield, subsecretario de Estado para la Seguridad y la Lucha Antinarcóticos -quien, por cierto, ha sido un aliado histórico de Colombia- había señalado las dificultades del gobierno Santos para contener los cultivos ilícitos, que según la ONU pasaron de 96.000 hectáreas en 2015 a 146.000 en 2016, así como para controlar la producción de cocaína, de la que se produjeron 866 toneladas métricas en 2016, frente a 649 en 2015, de acuerdo con Unodc.

Puede leer sobre las preocupaciones previas del Gobierno estadounidense

Ante los hechos políticos por una preocupación que el gobierno estadounidense había venido expresando a través de canales diplomáticos, y que protege tanto a ese país como a Colombia, el gobierno del doctor Santos produjo una categórica andanada chauvinista que adobó con una buena dosis de antiimperialismo al mejor estilo chavista. El populismo de su manifiesto no controvierte, sin embargo, cifras evidentes sobre el crecimiento de los cultivos ilícitos y las actividades de narcotráfico por las bacrim, ahora acrecentadas con las disidencias farianas. Los resultados de tal actividad criminal son la mayor exportación de cocaína a Estados Unidos, pero también el aumento de la venta de drogas a un número creciente de consumidores colombianos, que inician el consumo dañino a edades cada vez más tempranas. Con el crecimiento del mercado interno de drogas y las actividades de microtráfico florece también la violencia criminal que mantiene vivo el conflicto y sus efectos sobre la población, en particular la de zonas rurales.

Vea también las respuestas del Gobierno

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Comentarios:

Edgar
Edgar
2017-09-15 11:28:26
Lo que hace el señor Santos con su andanada al gobierno gringo es como tapar el sol con un dedo. Por su afán del Nóbel de cuero no dudó en concederles a los terroristas de las Farc la no-aspersión con glifosato y, claro, crecieron los sembrados de coca. Y , como dice el editorialista, crecieron (claro, por matemática simple) los cargamentos y, por supuesto, se aumentó la cantidad de droga incautada. Por eso la alharaca de Santos, una premisa bién inestable.

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