¿Y si los músicos no llegan?, ¿si los invitados no siguen la etiqueta?, ¿si un imprevisto lo arruina todo?, esas son preguntas que pasan por la mente de los futuros esposos los días previos a la boda. Los profesionales dan algunas recomendaciones para no dejarse dominar por los nervios.
El temor a que algo salga mal el día de la boda puede generar ansiedad. “Es imposible manejar los nervios”, afirmó Keidy de la Ossa, una joven esposa paisa.
Alexander Rodríguez, terapeuta de familia de la Fundación Universitaria Luis Amigó, advirtió que es de vital importancia “la serenidad para tomar decisiones en momentos críticos; la estrecha comunicación con la pareja y con los allegados presentes durante la boda dan parte de tranquilidad frente a posibles situaciones o malos entendidos”.
De la Ossa indicó que su núcleo familiar, especialmente su madre y su esposo, fue un pilar en el que se apoyó emocionalmente, “es importante contar con alguien que de verdad esté interesado en ti”.
Rodríguez reivindicó “una comunicación efectiva y afectiva” en pareja “potenciando la fluidez y tranquilidad en la conversación franca y respetuosa”.
Por su parte, Luz Malvi Aizaga, coordinara del programa de preparación al sacramento del matrimonio de la Arquidiócesis de Medellín apuntó que la ansiedad prematrimonial es generada por el desconocimiento y destacó la importancia de la catequesis prematrimonial (remplazo de los cursillos), en la preparación emocional de las parejas.
Maricelly Gómez, psicóloga de la Universidad de Antioquia, indicó que si pensar todo el tiempo en cada uno de los detalles del matrimonio “altera las conductas y las relaciones con las personas alrededor”, es poco saludable.
Ella precisó que para solicitar ayuda profesional ante los casos de ansiedad deben considerarse los siguientes elementos: un estado ansioso mayor a tres meses; alteración de las relaciones con sus compañeros de trabajo o estudio, con los miembros de su familia o incluso con su pareja; no lograr conciliar el sueño durante la última semana y modificación de los hábitos alimenticios en el último mes. Si la persona cumple con al menos dos de estas condiciones, sugiere solicitar ayuda a un psicólogo.
No obstante, la boda “puede alterar la dinámica y hábitos de ambos novios, razón por la cual es normal que se presenten síntomas como la ansiedad o preocupación. Por ello, desde el anuncio formal del compromiso, esto simboliza en sí mismo una búsqueda de apoyo que podría ser suficiente para prevenir la complicación de un estado de ansiedad”, concluyó Gómez.