Según diversos estudios académicos, las redes sociales han cambiado las prácticas para informarse, relacionarse y discutir acerca de temas económicos, ambientales y políticos. Este último campo ha visto en la comunidad virtual un instrumento para generar opinión y atraer adeptos a las campañas de los aspirantes a ocupar la Presidencia de la República colombiana este año.

En ese orden de ideas, una inquietud a esbozar por los expertos, cuando el país está ad portas de elegir a su nuevo presidente, es qué tanta incidencia tienen las redes para conquistar las presentes elecciones, sin son reconocidas por los grupos políticos como un instrumento de divulgación y si tienen el poder para incidir en la decisión final de los votantes.

Desde el punto de vista del consultor en marketing digital político, Juan Sebastián Delgado, los candidatos y sus equipos de trabajo sí están reconociendo la influencia de los espacios digitales a la hora de impulsar sus campañas pero, a su juicio, aún no explotan todo el potencial que existe allí para darle solidez a sus aspiraciones.

El experto explicó que los actuales aspirantes a ocupar la Casa de Nariño ven a los ciudadanos como simples números, recalcó que se enfocan en sumar seguidores pero se olvidan de monitorear la cantidad de menciones en las que aparecen, y agregó que desaprovechan la oportunidad de hacer todas las mediciones permitidas por las redes sociales.

“Los candidatos sí están generando ciertas interacciones pero muy asociadas a gente que ya está fidelizada y que ya sabía por quien iba a votar. La acción de compartir el contenido, para que pueda ser apreciado por ciudadanos externos a su propia comunidad, es muy pequeña todavía”, señaló Delgado.

Esta lógica de interacción, indicó el consultor, propicia el estancamiento y poco eco de las propuestas en otros círculos como los protagonizados por sufragantes indecisos o por aquellos que se inclinan hacia el voto en blanco.

Puede interesarle: Con un 53% de acceso mundial, Internet celebra su aniversario trece 

Otra práctica que ha caracterizado la interacción de los postulados a la jefatura de Estado, a través de sus perfiles virtuales, reveló Delgado, ha sido la publicación de encuentros pasados y no futuros.

También difundían peleas con sus adversarios, “y esto no genera votos, genera opinión”, apuntó el especialista y recalcó que estuvieron más concentrados en las acciones anteriormente descritas que en promocionar sus propuestas. “Todos han utilizado las redes, ya que las utilicen bien o mal es otra discusión, lo que sí es claro es que todos las están usando de manera muy parecida”, aclaró.

“No hay un candidato que uno diga que fue el súper diferencial. Uno que tal vez sí lo hizo distinto, pero que desafortunadamente para él se retiro de la elección, fue Juan Carlos Pinzón”, consideró Delgado.

En general, el consultor opinó que las campañas en las redes no fueron precisamente un desborde de creatividad, aún siendo este un espacio en el que los usuarios esperan encontrar contenidos distintos. 

“A la gente hay que enseñarle las propuestas de forma fácil y corta, porque no se leen los planes de gobierno, a los candidatos les faltó esa conexión con el ciudadano”, añadió.

El lío de la información falsa

Lo que nunca dejó de estar presente en la puja electoral fueron las pasiones despertadas por simpatizantes de una u otra corriente ideológica, y con ellos, las falsas noticias; ahora acuñadas entre el público como fake news, utilizadas para desacreditar a los contendientes en Internet.

Desde el punto de vista de Delgado, esta es una táctica que ha estado presente en todas las eras de las campañas políticas, la diferencia según él, radica en que anteriormente las respuestas a la información dudosa se tardaban más en llegar, y subrayó que en la actualidad se emiten casi de manera instantánea.

Lea también: La ciberdelincuencia de la información, un mal sin antivirus

“Cuando yo público una cosa, al minuto está saliendo otra a decir: esto es mentira. Eso termina generando un efecto contrario; lo que le pasó en reiteradas ocasiones a Gustavo Petro, que dentro de su emocionalidad publicaba algo en contra de Iván Duque y al minuto había una persona que había visto la foto o el vídeo original y lo contradecía”, ejemplificó el consultor.

Delgado aseveró que no se puede negar como esta estrategia sirve para generar opinión o golpear las reputaciones, “pero de ahí a que cambien un voto… puede que si, aunque en una proporción muy pequeña, los que atacan o defienden (en redes sociales) ya tienen definido su candidato”.

Para la publicista y estudiosa de las redes sociales, Cristina García, visto de manera simple las plataformas digitales sí tienen cierta incidencia en la toma de decisiones. No obstante, según su análisis, las redes le han dado micrófono a gente que opina sin ningún criterio y “esto ya la gente lo ha ido descubriendo”.

En el último tiempo, según García, los internautas han optado por fijarse en la persona que comparte información en Facebook o Twiter, en este sentido, dijo, han ganado terreno los llamados “influenciadores”, aquellas personas con capacidad para opinar, instruir, criticar y persuadir.

El peligro de los espacios virtuales, advirtió, es la replica de falsedades, que se repiten tanto, hasta el punto de convertirse en una verdad.

“Hay que enseñarle a los usuarios como discernir y estamos en ese cambio; se demorará un tiempo, pero ya hay un criterio. Ya estamos ‘mamados’ de leer tanta pendejada en las redes sociales y de que se replique tanta fake news”, sostuvo.

Para evitar caer en esta argucia, García recomendó verificar la procedencia de la información antes de reproducirla. “Que verifiquen la fuente, que se fijen muchísimo si esa noticia que van a divulgar aparece por lo menos en otros cuatro portales reconocidos. Cuando tengan la certeza de que la nota es cierta, que la repliquen”.