Esos pequeños gastos que aunque de poca cuantía son recurrentes, denominados ‘hormiga’, pueden convertirse en un agujero por el que escapan sus ahorros. Desde esos pequeños antojos dulces hasta un taxi innecesario, son posibles plagas en su billetera.
Mientras que muchos consideran que el mejor depredador para los gastos ‘hormiga’ es un ‘marranito’ de alcancía. Uno de los principales problemas con este mal hábito de consumo es la dificultad, o negación, que los ahorradores presentan para identificarlo: cigarrillos, consumos extra en el celular, postres, y hasta botellas de agua, integran las cuotas de este goteo financiero, que por lo imperceptible se ha posicionado como una amenaza de las finanzas personales.
Gabriel González, economista y profesor del ITM, ha elaborado cuatro tips para los casos más recurrentes enfocados a los estratos 1, 2, y 3, al señalar que es precisamente en este sector de la población en donde más nociva es esta rutina: “Es importante que la gente no haga gastos en modo automático, y piense que hasta las compras más pequeñas impactan en su economía”, explicó González, al dar sus recomendaciones.
Realizar un presupuesto: un control mensual de ingresos y gastos, que puede estar soportado desde un archivo básico de excel, una aplicación móvil, y hasta una simple hoja de papel, puede evitar la llamada ilusión monetaria, muy recurrente en los primeros días de la quincena, cuando las personas sienten que tienen más dinero de lo normal y se ven más propensos a gastarlo, evadiendo el hecho de que estos recursos deben durar hasta la próxima fecha de pago.
Evitar compras compulsivas: precisamente la elaboración de un presupuesto es el primer paso para identificar y dejar este tipo de compras, que pueden adoptar las formas más inesperadas: “La gente cree que no es algo compulsivo, pero por ejemplo cuando alguien en la familia, o el trabajo, vende productos por catálogo: lociones, ropa interior, etc, y por ayudarle hacemos ese gasto, aunque no tengamos necesidad de este artículo, ahí estamos incurriendo en la más común de las compras compulsiva, o compasivas, en otros casos”, explicó González al señalar en esta categoría también las ofertas por internet, y los gastos por presión social como salidas o tendencias.
Cuídese de las multas: aunque no se considera un gasto como tal, según el experto, la frecuencia en la que los ciudadanos incurren en sanciones monetarias, ha posicionado las multas como un producto de la canasta familiar en el Valle de Aburrá. Según la Secretaría de Tránsito de Medellín, sólo en marzo de este año se aplicaron 1.148 comparendos a motociclistas, y 553 comparendos por tecnicomecánica a vehículos particulares. Estas obligaciones, además de inesperadas, tienen altos costos que desestabilizan cualquier presupuesto.
Compras de contado: evitar los créditos, ya sea con tarjetas bancarias o en la modalidad de club en almacenes, es la mejor forma de evitar comprometer consumos futuros, más cargas extra por intereses. “Lo más grave de este tipo de créditos, es que muchas veces la gente los hace para bienes de consumo, es decir, para productos que no van a reportar ganancias, como prendas de vestir o tecnología suntuaria”, señaló el economista, quien sólo recomienda los créditos para capitalizar iniciativas de negocio, o bienes que luego puedan ser vendidos con facilidad.
Según Asobancaria, la clave para identificar estos gastos está en “pensar en aquellas cosas que considera necesarias para su satisfacción personal y aquellas que no”, aclarando que es clave ordenar las finanzas y ajustar sus hábitos de consumo para tener lo que necesita y estructurar también los pequeños gastos.