Colombia sigue avasallante en el medallero de los Juegos Bolivarianos de Santa Marta, pero definitivamente el balance de lo organizativo sigue sumando fallas considerables.
Para Colombia los XVIII Juegos Bolivarianos de Santa Marta han sido un rotundo éxito deportivo, pero algunos problemas logísticos han generado críticas y causado incomodidades entre deportistas, periodistas, delegados y visitantes.
Situaciones como canchas sin cumplir los estándares internacionales o en mal estado, la falta de elementos indispensables para las competencias, dificultades en el acceso a los escenarios y la descoordinación en el transporte de los competidores han empañado el buen funcionamiento del evento y puesto a prueba la imagen de la ciudad organizadora de las justas.
Los dos casos más recientes se conocieron este lunes, cuando debía comenzar el rugby 7 pero la cancha de grama sintética al parecer no cumple las exigencias de la federación mundial de este deporte. Posiblemente, este deporte será cancelado de los Juegos.
También el taekwondo generó noticia por el mal estado de la cancha. Por fallas en el suelo del coliseo de Gaira, que se levantó y no permitía acomodar los tapices, las competencias se trasladaron al Colegio Cooedumag, donde se disputó el bádminton.
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Otro caso fue el ocurrido el pasado sábado a los ciclistas ecuatorianos Byron Guamá, Jefferson Cepeda y Jorge Montenegro, quienes iban a participar en la prueba de ruta masculina que partió de Aracataca y llegó a Santa Marta. El conductor del vehículo que debía trasladarlos a la salida de la carrera los llevó en dirección equivocada y no pudieron competir.
El jefe de la misión de Ecuador le confirmó en ese momento a Efe que "habíamos traído a los mejores para que compitieran en franca lid con los demás equipos, pero debido a un problema de desconocimiento del chofer que nos tocó, quien no sabía dónde quedaba el sitio de partida, no llegamos".
Otra situación que evidencia falta de organización es la que ocurrió el pasado jueves, cuando la prueba de natación en aguas abiertas no se pudo realizar porque no fueron dispuestas las boyas, lanchas y otros elementos indispensables para la seguridad de los deportistas.
Al final, la prueba debió realizarse el día siguiente en una improvisada localidad.
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En las competencias de esgrima la queja de los competidores, especialmente de la delegación de Colombia, fue que el Centro Deportivo La Caja, escenario de los combates, no contaba con aire acondicionado y por la alta temperatura de Santa Marta no era posible la competencia.
Al respecto, la funcionaria de la Federación Colombiana de Esgrima, Penélope Kaindros, declaró a Efe que "la implementación deportiva de la esgrima no permite competir con temperaturas superiores a los 24 grados centígrados y nosotros habíamos pedido otras condiciones para que las pruebas fueran en un recinto cerrado con aire acondicionado, pero nos pusieron aquí".
Otra situación incómoda que ocurrió el pasado martes fue la decisión de los árbitros de lucha grecorromana de no dar inicio a las competencias, en protesta porque no habían recibido el pago de sus honorarios.
Cuarenta y cinco minutos después la situación fue superada gracias a la intervención del coordinador de los Juegos Bolivarianos, el exatleta colombiano Paulo Villar.
Otra queja expresada por quienes están en los Juegos es el mal estado de las vías de acceso y los sectores aledaños a algunos escenarios. Para la ceremonia de inauguración, los visitantes se toparon con grandes pilas de escombros y un gran lodazal a la entrada del estadio 'Sierra Nevada', lo que dificultó tanto la entrada como la salida de los vehículos del sector.
"Terminaron los escenarios y quedaron muy bonitos, pero las calles y los andenes quedaron en obra negra y eso da muy mal aspecto a la ciudad y si no los arreglaron para antes de la fiesta, ya para después quedarán así", manifestó a Efe Rolando Martínez, quien se desempeña como taxista en la ciudad de Santa Marta.
Para los periodistas tampoco ha sido cómodo desarrollar su labor en algunas disciplinas, en donde no hay dispuestos los lugares que les permitan cubrir de manera adecuada las pruebas.
Una alta fuente del manejo de prensa de las justas le contó a Efe que entregó a la organización un modelo de ingreso y de ubicación de tribunas para los periodistas en los escenarios, tipo Juegos Olímpicos, pero que los organizadores hicieron caso omiso y por eso impera el desorden y en varios casos la incomodidad.
La importancia para los medios de comunicación presentes en los XVIII Juegos Bolivarianos ha sido tan poca por parte del comité organizador del certamen, que al centro de prensa llevaron dos neveras para dotarlas de agua, gaseosas y jugos, pero estas bebidas nunca llegaron porque se desviaron del camino para dárselas, supuestamente, a los invitados VIP.