El Country Club Ejecutivos albergará la confrontación entre Colombia y Chile por Copa Davis. Medellín vuelve a ser sede de una serie de este certamen 25 años después. Será la perfecta oportunidad de Colombia para materializar su revancha ante Chile y seguir en pie de lucha buscando por fin su llegada al Grupo Mundial, la crema y nata del tenis confederado.
Difícilmente haya un evento deportivo en el país este año que involucre la suma de tantos ingredientes. Son párrafos de un atractivo capítulo cuyo desenlace todos esperan sea el triunfo de Colombia y una nueva oportunidad para llegar a donde nunca ha llegado el tenis nacional. Empecemos: Colombia enfrenta a Chile en Medellín en una eliminatoria de Copa Davis en busca de un nuevo repechaje al Grupo Mundial, lugar de los mejores 16 equipos del planeta.
Es la novena ocasión que el país enfrente a los chilenos y nunca ha salido victorioso. Pero además, la última vez que se enfrentaron la derrota tuvo un componente adicional y grotesco: la cancha en Iquique donde ofició Chile como local fue una vulgar locación no apta para el tenis profesional. Pero no fue sólo culpa de la organización chilena sino también del equipo colombiano que desde el principio no tomó una clara posición amparado en el reglamento para negarse a jugar en un campo que no cumplía las condiciones. El final, muchos de los lectores lo recordarán: Santiago Giraldo no aguantó la presión ni el estado del terreno y abandonó en el punto decisivo.
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Esas ya serían suficientes razones para que la serie que se llevará a cabo en Medellín, configure un perfecto espectáculo. Pero hay más: será la tercera vez que Medellín sea sede de Copa Davis. Las dos veces anteriores el público vio como Uruguay en 1987 y luego Chile (otra vez Chile) en 1991, se llevaban el triunfo de la ciudad, dejando al tenis colombiano con las manos vacías.
Pero falta una última: de lograr vencer por primera vez a los australes, Colombia llegará a una instancia en la cual ha salido derrotado en cinco ocasiones, lo cual no ha permitido que por fin, luego de 58 años de historia en el torneo, el país se instale dentro de los mejores 16 equipos del planeta.
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Nueva tierra y renovadas ilusiones
La rabia e impotencia por haber tenido que jugar en una cancha que Gabriel Sánchez, presidente de la Federación Colombiana de Tenis, no duda en llamar “potrero vergonzoso” y haber tenido que pasar por tan insólitas condiciones en la pasada serie ante Chile, en Iquique, hacen que esta localía de Colombia se tome como una oportunidad de mostrar que Colombia puede ser un gran anfitrión, ofrecer condiciones e imponer su tenis. “Si allá no tuvimos las garantías, esta vez los colegas chilenos sí van a tenerlas. Hicimos grandes esfuerzos para tener una confrontación de altura en Medellín y todo está en perfectas condiciones”, afirma el dirigente.
El mismo Santiago Giraldo también pasó la página y fue enfático en su compromiso y amor por representar al país en Copa Davis. “Cuando visto la camiseta de Colombia la piel se me pone de gallina. En 24 series, doce años consecutivos me he esforzado al fondo por la selección y me encanta hacerlo”, expresa Giraldo, quien considera que estar ahí, tan cerca del Grupo Mundial durante varios años tiene su mérito por ser el tenis en Colombia un deporte tan difícil de practicar por el tema de los recursos, comparado con grandes e históricas naciones en este deporte.
En cuanto cómo llega el equipo nacional, el capitán Pablo González se muestra confiado en un buen rendimiento de los seleccionados, pues con varias semanas de antelación estuvo haciendo seguimiento presencial a los integrantes del equipo, sobre todo a Giraldo, primera raqueta y quien tendrá el deber de disputar dos de los cinco juegos en disputa.
En cuanto a Chile, Gonzlález reconoció el crecimiento de un equipo joven pero capaz. “Han tenido muy buenos resultados en los Challengers este año, vienen mejorando su nivel y vamos a tener que sacar lo mejor de nosotros para vencerlos.
En cuanto al escenario, todo está dispuesto. “La cancha tendrá una capacidad para 1.200 personas, distribuida de la siguiente forma: 774 puestos para público general, entre federados y no federados; 398 sillas VIP, 40 puestos dispondrá la tribuna de prensa, y los boxes de los equipos cada uno con 70 localidades”, informó Héctor Monroy, Director Ejecutivo de la Liga Antioqueña de Tenis, e integrante del Comité Organizador. Las boletas para público general se distribuyeron de forma gratuita, agotándose inmediatamente. Lo claro es que nadie quiere perderse la posible revancha y un momento importante para la ciudad y el futuro del tenis nacional.