Durante décadas se ha reconocido a Colombia como un país jalonado por la explotación, exploración, producción e importación de recursos minerales, petrolíferos y de gas. En la actualidad, aunque persiste el rechazo de algunos sectores sociales, lo sigue siendo y está en búsqueda de alternativas sostenibles y favorables para el medio ambiente y las comunidades.
Durante los últimos meses Colombia ha sido testigo en algunos departamentos, municipios y zonas del país del rechazo de las comunidades a la explotación de minerales e hidrocarburos, como sucedió el 4 de junio en Cumaral, Meta, donde en consulta popular la comunidad le dijo no a la perforación exploratoria, a la exploración sísmica y a la producción de hidrocarburos, siendo este el primer departamento en producción petrolera del país.
Así mismo, en Támesis el 29 de mayo y el 7 de junio en Jericó, Antioquia, los concejos municipales aprobaron sendos acuerdos que prohiben la exploración y la explotación minera buscando la protección del medio ambiente.
Meses atrás el 26 de marzo, también mediante voto popular con casi el 98% de los votos, Cajamarca, Tolima, se opuso a un proyecto de la extranjera AngloGold Ashanti para la extracción de oro a cielo abierto.
No sólo son estas las consultas o debates que se tienen en el país sobre la explotación de minerales, se prevé que en cerca de once departamentos en donde se adelantan proyectos de extracción mineral e hidrocarburos, 21 municipios podrían contar con la misma suerte de las ya mencionadas zonas del país.
A este cuadro se le podría sumar el tema de la reducción de las reservas de crudo de Colombia, las cuales, según un estudio realizado por la Contraloría General de la Nación, serán insuficientes en 2021.
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Frente a este panorama, ante la fuerza que han tomado las posiciones ambientalistas a ultranza, valdría la pena examinar qué podría pasar en Colombia si se deja de hacer minería y explotación de hidrocarburos de una vez y para siempre ¿Podría Colombia y su economía sobrevivir ante tal escenario?
Las cuentas no cuadrarían
Históricamente el país se ha considerado productor de crudo, extractor de diferentes minerales y también de gas, muchas de las industrias que hasta hoy se mantienen, han surgido de la fuerza de estas actividades. Osvaldo Bustamante, director del Instituto de investigación de materiales Cimex, de la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, argumentó que por ejemplo si no fuera por las actividades mineras “en la actualidad no existiría la fuerza industrial ni financiera de Antioquia porque se generó a través de aquella, y además nos tocaría importar petróleo y energía eléctrica, materiales cerámicos, vidrio y minerales para la agricultura, así como todo el material de construcción para la industria inmobiliaria. Elementos que de los cuales Colombia es productor”.
Desde el punto de vista económico, una situación así de extrema podría traer consecuencias difíciles de afrontar para el país y sus habitantes, puesto que según el director de investigaciones para Credicorp Capital, Juan Camilo Dauder, los minerales y la extracción de hidrocarburos, tienen un costo de oportunidad importante para el país en términos de crecimiento y si no se tiene esta opción, “en la medida en que no se puedan desarrollar proyectos, la reposición de las reservas será más difícil o sea que el país sería más vulnerable en términos de sostenibilidad de su matriz energética, y eso sería muy significativo para sus cuentas externas, incluso para las cuentas fiscales”.
En la misma línea de argumentación Santiago Ángel, presidente de la Asociación Colombiana de Minería (ACM), expresó que “es una utopía porque vivir sin minería e hidrocarburos es dejar de lado los celulares, computadores, los carros y sería imposible para el tema de desarrollo, puesto que Colombia ha dependido y depende desde hace años del sector minero energético tanto así que el 50% de sus exportaciones en Colombia, su balanza comercial depende de los minerales”. Siendo así, la principal afectación la sentiría con fuerza la balanza comercial frente al mundo y directamente el tema de ingresos de divisas.
“Es difícil hacer un escenario contrafactual, la minería en Colombia y el sector minero energético, la extracción de hidrocarburos y minerales, genera muchas ventajas para la economía que se perderían, empezando por los ingresos para el Gobierno Nacional en materia de dividendos, impuestos de renta, regalías para las regiones” expresó Alejandro Vera, vicepresidente de la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif).
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Para la economía como un todo la explotación de minas genera desarrollo del sector servicios, a su vez mayor crecimiento económico, mayores niveles de exportación y reduce el déficit de cuenta corriente de la economía colombiana, y “eso fomenta la inversión y permite que un país con un ingreso medio puede incrementar su nivel de ingreso per cápita con el paso de los años”, agregó Vera.
Por la parte del sector petrolero, Francisco Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo dijo que aunque la economía colombiana es diversa, la industria del crudo representa un 8% del Producto Interno Bruto (PIB), sin embargo, afirmó que lo que no se puede reemplazar es la capacidad que tiene esta industria de generar aportes a la nación, “23% de todos los ingresos de los impuestos es mucho dinero, son cerca de $24 billones de pesos más $8 billones en regalías. No hay ninguna actividad económica en Colombia que tenga la capacidad de generarle al Estado, a los departamentos y municipios, estos recursos” y además añadió “no se entendería que en Colombia, teniendo algo de petróleo, algo de gas, no aprovechemos de manera responsable estos recursos, y convirtamos esos hidrocarburos en bienestar.”
A su vez, Juan Carlos Echeverry, presidente de Ecopetrol, refiriéndose al tema de perder la autosuficiencia petrolera señaló que esto traería severas consecuencias para Colombia: “No tendríamos suficiente crudo nacional para cargar las refinerías, perderíamos cerca de US$25.000 millones en exportaciones y tendríamos que dedicar cuantiosos recursos para importar crudo y combustibles. Eso se traduce en menores opciones de desarrollo y bienestar para los colombianos”.
¿100% ambientales?
En los últimos cinco años los activistas ambientales han tomado mucha fuerza y han emprendido diferentes campañas para que la minería y la industria petrolera deje de realizar actividades en el país, como por ejemplo las de socializar las consultas populares y los debates en los diferentes estamentos responsables de este tema.
Daniel Suárez activista ambiental y miembro del colectivo Aire Medellín cree que vivir sin explotación minera y de hidrocarburos es un escenario posible y considera que de hecho es lo que necesita Colombia para seguir adelante, tanto económica, como social y ambientalmente. “No sería una implicación económica grave, pues se podría utilizar esos espacios que son riquezas naturales y que se convirtieron en espacios para la explotación de minerales e hidrocarburos, serían zonas para el ecoturismo. Estoy seguro que Colombia a través del turismo tendría un camino muy positivo y sería capaz de sostenerse como un sistema económico. El país tiene unas riquezas únicas en diferentes puntos del país”, concluyó Suárez.
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Camilo Padilla Concejal de Cajamarca, Tolima y uno de los impulsores de la campaña del no en la pasada consulta popular, es consciente de que a pesar de que los ingresos mineros representan “un renglón muy delgado en la economía colombiana”, no es posible que un país como Colombia viva sin esta industria.
“El país no puede prescindir de ella, ni la economía, ni la región, pero el debate es que no se puede hacer minería en cualquier parte y de cualquier manera. Aquí en Cajamarca no nos oponemos a la minería, aquí hay minería de arrastre, pequeña minería, minería artesanal, no tenemos ningún inconveniente. Nos oponemos a la minería a cielo abierto”, el tema debe discutirse desde las nuevas formas de la extracción de los recursos naturales, acotó.
Alternativas sostenibles
Ahora bien, aunque sería más lo que se pierda que lo que se gane si se cierra el país a la minería y a la extracción de hidrocarburos, hay un consenso en la importancia de hacer la explotación lo más amigable posible con el ambiente y la sociedad.
El director de Cimex, Osvaldo Bustamante, indicó que es una labor de los ingenieros y de la dirigencia del país, encontrar a través de la investigación y del desarrollo de las nuevas tecnologías y de la innovación la manera de practicar de manera sostenible la minería con una afectación mínima de recursos como agua y energía, entre otros.
“En ese sentido estamos apropiando tecnologías como el uso de agua de mar para la minería, su disminución sustancial para no tener que competir con la energía que utilizan otras unidades industriales sino que tendría que apropiarse y ser sostenible en su mismo desarrollo.”
Aunque el concepto de sostenibilidad se remonta a no menos de 17 años para las escuelas de ingeniería, ya han encontrado, por ejemplo, alternativas tecnológicas para la recuperación de agua en minería. “El sector utiliza el 3% del agua mientras que la agricultura utiliza el 80%, pero es una situación que se ha vendido contrariamente. El uso del territorio por parte de otras unidades productivas como la ganadería, afecta más el suelo de lo que lo utiliza la minería, pero esta se ha estado mirando como enemigo”, la desinformación sobre esto es demasiada y “hay una discusión más política que económica”, agregó el académico.
Alternativas sostenibles es lo que cree el presidente de la ACM que es importante darle a las comunidades. “Más allá de los beneficios, más allá de las regalías y la inversión social, tenemos que apoyar la transformación cultural para bien de nuestras regiones. Es un cambio de paradigma y es un tema que hoy en día nos estamos adaptando y que estamos trabajando en ello”.
El concejal Padilla también explicó y aclaró que “en Cajamarca no nos oponemos a la minería, aquí hay minería de arrastre, pequeña minería, minería artesanal, no tenemos ningún inconveniente. Es a la minería a cielo abierto.Debe discutirse es las nuevas formas que se usan para extraer los recursos”.
Sin embargo, el activista Suárez considera que no hay manera alternativa para la industria minera y de crudo, puesto que siempre traerán daños al medio ambiente. “La explotación minera siempre tiene unas implicaciones negativas, considero que no hay una forma de hacerlo sin afectar el ecosistema. Es muy favorable que las distintas poblaciones se están levantando para exigir no explotación sino otras formas de darles beneficios”.
Para Anif, no es posible ni un extremo donde no exista la minería ni la explotación de recursos hídricos, pero tampoco sería bueno un escenario con estas actividades sin ningún control ambiental o social. “Es muy importante fomentar la explotación de la riqueza del subsuelo pero de manera inteligente, es decir, generando desarrollo, y para eso hay que diseñar instituciones que en vez de generar únicamente la extracción del recurso, también le apuesten al desarrollo y permitan proveer y obtener bienes públicos al país”.
Así mismo opinó Dauder, “hay proyectos que están encontrando problemas para su desarrollo pero no necesariamente todos van a sufrir ese mismo escenario, incluso lo que queda de fondo es mirar cómo los gobiernos van a manejar el tema de la responsabilidad ambiental y con las comunidades en medio de todos los desarrollos de proyectos".