Ella tiene hoy 13 años y se declara una niña feliz por hacer parte de los 1.200 niños y niñas vulnerables que beneficia Hogares Infantiles San José de Medellín.
Como segundo punto de la visita a Hogares San José por parte del papa Francisco estaba el testimonio de una de las niñas que fueron acogidas por esta Fundación. El momento llegó y con voz fuerte, pero acompañada de los nervios por la presencia de tantas personas, Claudia Yesenia García Ramírez comenzó a leer la historia de su vida, mientras que expectantes el obispo de Roma y su comitiva, los niños y niñas del hogar, los directivos del lugar, integrantes de la Arquidiócesis de Medellín, funcionarios de la Alcaldía; la escuchaban.
Ella, a la edad de dos años, perdió a su familia en una masacre ocurrida en San Carlos (Oriente de Antioquia), quedó herida físicamente y desamparada, pero –como dice ella–, “Dios es grande” y fue acogida en los Hogares Infantiles San José de Medellín. “Hoy tengo 13 años y con alegría puedo contar que soy una niña feliz”, afirmó. Sus palabras alcanzaron a conmover al santo padre, porque como ella, muchos niños del país han sufrido algún tipo de vulneración a sus derechos.
Así habló Claudia Yesenia ante el santo padre, quien visitó este sábado la obra de los Hogares San José de Medellín, recibió rosas de un grupo de 500 niñas y presentó una ofrenda ante la imagen de San José.
Su testimonio
“Mi nombre es Claudia Yesenia García Ramírez. A mis dos años de edad, perdí a mi familia en una masacre provocada por la guerrilla, en San Carlos, Antioquia. Solo sobrevivimos 10 niños y mi tía.
Desde ese momento nuestras vidas cambiaron. Yo también me vi afectada, recibí un disparo en el abdomen y una bala rozó mi cabeza y me dejó esquirlas, por lo que estuve mucho tiempo hospitalizada.
A mi tía se le cerró el mundo y no sabía qué hacer, porque quedamos 10 niños entre 2 y 8 años para sacar adelante, pero Dios es tan grande, se dio cuenta de la obra de la Arquidiócesis de Medellín, los Hogares Infantiles San José, y acudió a Monseñor Armando Santamaría, pidiendo ayuda. Él nos recibió a todos en los hogares, como nuestra segunda familia.
Llegué al hogar a los 2 años, hoy tengo 13 años y con alegría puedo contar que soy una niña feliz, porque sané mis dolores y tristezas con el amor recibido y la oportunidad de una vida nueva.
Tengo todo lo que necesita una hija de Dios para ser feliz: la fe, el calor de hogar, buena formación, salud, alimento y estudio. Estoy en la Normal Antioqueña en el grado octavo, preparándome para ser maestra y enseñar los valores que he aprendido.
Padre Francisco: le comparto mi agradecimiento con Dios y con la Iglesia, porque hoy soy una mujer nueva y con esperanza. Dios lo bendiga en su Santa Misión”.
No solo los aplausos culminaron con su relato. También la aprobación del santo padre, quien respondió con gran emoción y cercanía las palabras de la joven.
Cabe mencionar que los Hogares San José, con sede en el barrio Boston del centro de Medellín y dirigido por monseñor Armando Santamaría, tiene programas sociales que benefician a casi 1.200 niños y niñas vulnerables. Fue fundado en 1910 por un misionero de la época, quien creó un lugar que acogiera a los pequeños que habían perdido a sus padres. Algún tiempo después, con el apoyo de otras personas y del arzobispo de la época, fundó el orfelinato de San José, hoy conocido como Hogares San José.
Más de 100 años de historia convierten a Hogares San José en la obra social más antigua de la ciudad. Acoge a niños y jóvenes de todo el país, que no tienen un lugar donde vivir. Aunque empezó como un internado mixto, en 1955 las niñas se quedaron en la sede de Boston y los niños pasaron a otra ubicada en Las Palmas. Allí han llegado niños que lograron escapar del horror de la violencia ocasionada por guerrillas, paramilitares y narcotráfico, pero también aquellos que han sufrido la negligencia o el maltrato de sus padres.