El pasado jueves, el presidente Juan Manuel Santos Calderón y el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo Bustos anunciaron que el proyecto de Reforma Política será presentado aproximadamente en tres semanas ante el Congreso.

El objetivo de esta iniciativa es acordar con los partidos políticos, cambios como reducir la edad de 18 a 16 años para votar, implementar el voto obligatorio durante dos periodos, la financiación por parte del Estado a las campañas y las listas cerradas al Congreso por dos períodos. También se pretende modificar la circunscripción nacional para el Senado y promover leyes de iniciativa ciudadana desde 100.000 firmas.

Entre otras propuestas, está eliminar la figura del vicepresidente y del sufragio preferente, aumentar el tiempo de mandato de cargos públicos de cuatro a cincos años, que encierran la figura del presidente, los alcaldes, los gobernadores, el procurador, el fiscal, el contralor y el defensor del pueblo, entre otros.

EL MUNDO entrevistó a Luis Ernesto Gómez Londoño, viceministro del Interior, quien comentó más a fondo el objetivo de esta reforma.

¿Cuál es la motivación para dicha reforma en este momento?

Tenemos que recordar que el punto dos de los acuerdos de paz, habla que es necesario reformar el proceso electoral y el sistema de participación ciudadana en el sistema político para construir una democracia más participativa y más influyente. La Reforma Política no puede ser de espaldas a la ciudadanía, ni hecha en un despacho, sino que tiene que ser hecha con la ciudadanía, especialmente por el momento que estamos viviendo de baja confianza en las instituciones, en el sistema de gobierno y por eso tiene que hacerse con la gente, precisamente para que pasemos de la crítica y de la protesta a la propuesta en materia política.

¿La Reforma Política entonces responde al Acuerdo de Paz?

No hace parte del Acuerdo de paz la supresión de la vicepresidencia, ni la unificación de periodos y como no tienen conexidad estas propuestas que plantea el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo Bustos, no podrían hacerse vía ‘fast track’. Sin embargo, aquellas que sí tengan conexidad y que estén relacionadas con hacer una democracia más participativa e influyente, podrían hacerse por ‘fast track’ como parte de la implementación de los acuerdos.

Acerca de la  propuesta para hacer obligatorio el voto, ¿esta apelaría a las libertades democráticas consignadas en la Constitución y a la abstinencia como una opción también que se le ofrece al ciudadano?

Hay experiencias positivas de varios países que tienen estipulado el voto obligatorio, en donde los ciudadanos una vez están familiarizados con el mecanismo, manifiestan a través de estudios que lo demuestran que no fue por la obligatoriedad que está consignada y la necesidad de obtener el certificado electoral para algunos trámites, sino que lo hacen también por convicción. Esto conduce a tener ciudadanos más informados sobre los temas que tienen que votar y a su vez, se demuestra que es también una manera para involucrar nuevamente a los ciudadanos.
En países donde había voto obligatorio y se eliminó, como en el caso de Chile, esto generó un retroceso muy importante en materia de participación electoral. Lógicamente en Colombia el voto obligatorio hay que acompañarlo de procesos pedagógicos sobre cómo participar en democracia y que los ciudadanos se sumen y lo hagan informados.

Respecto al caso del voto joven y la reducción de edad para el derecho a votar de los 18 a los 16 años, hemos evidenciado experiencias de países como Austria donde la participación de los jóvenes es mucho más importante entre los 16 y 20 años, que los que están entre 20 y 25 años.

En el caso de Escocia cuando se implementó la medida en el 2014, aumentó la participación de los jóvenes del 54% al 75%, además, esto les permite que cuando habitan todavía en sus hogares y en el seno familiar puedan recibir un acompañamiento pedagógico de los padres y profesores no sobre por quien votar, si no para tomar conciencia de la toma de decisiones bien informadas, de asistir a las urnas y cómo hacer el voto un hábito cuando se inicia en etapa temprana. Además, hay otros casos de países con voto joven donde se tienen tasas de participación más altas que aquellos que no tienen esta medida.

El Ministerio del Interior está lanzando una reforma denominada “Reforma Política”, esta iniciativa invita a los ciudadanos a que apoyen propuestas a través de redes sociales y dice que cada propuesta que obtenga más votos tendrá mayor consideración, ¿cómo funcionará dicho proceso?

Hoy las grandes discusiones sobre política no se están dando en la plaza pública si no en las redes sociales, hubo 36 millones de conversaciones sobre el Proceso de Paz en los últimos quince días previos a la votación del plebiscito; 36 millones hicieron las discusiones a favor y en contra de la refrendación de los acuerdos y por eso creemos que hoy es también un espacio donde los ciudadanos participan sin mayor esfuerzo y con posibilidades de incidencia.

Entonces, por esa razón, a través de las redes sociales de Twitter, de Facebook y de Instagram, cualquier comentario que haga un ciudadano desde su cuenta personal con los hashtags #ReformaPolítica o #LaRedFormaPolítica se podrá ver qué están proponiendo.

Ayer, por ejemplo, la Reforma Política fue tendencia durante todo el día y se acumularon más de 8.500 trinos con interacción de más de 300.000 ciudadanos y creemos que una verdadera participación ciudadana se debe mejorar con el uso de estas herramientas.

¿En qué consiste esta iniciativa?

La idea es reunir todas las propuestas que en las redes resulten, identificar y tener en cuenta las críticas y las opiniones de los ciudadanos para recoger también las propuestas que se hagan y las que tengan mayor apoyo de la ciudadanía serán incorporadas en la reforma.

Tenemos otra herramienta muy importante para aquellos ciudadanos que creen que no todo está perdido sino que tienen el ánimo para que las cosas cambien y mejoren. Es una encuesta muy sencilla de cuatro preguntas en la página web http://www.redformapolitica.co/, donde la idea es que los ciudadanos puedan ingresar y aplicarla y ojalá compartirla a dos o tres más ciudadanos, amigos, familia. Que sean personas que no crean en la política, ni en los políticos y que nos hagan llegar sus propuestas y así poder recoger dentro de las próximas  tres semanas todas las propuestas y estructurarlas para que puedan ser presentadas al Congreso.

¿Estas propuestas que creen los ciudadanos harán parte del paquete que por vía ordinaria se va a presentar al legislativo?

Así es, estamos trabajando con el fin de hacer las distintas reformas necesarias para la implementación del punto dos que abarca la Misión Electoral, la cual consta de un grupo de técnicos y expertos en materia electoral, de igual manera está la mesa de partidos políticos donde todas las propuestas deberán ser presentadas porque finalmente en el país es imposible hacer una reforma sin que sea aprobada por el Congreso de la República.

Nuestras instituciones democráticas están tan vigentes como nunca y mediante esta iniciativa, la idea es que las propuestas ciudadanas sean tenidas en cuenta por la Mesa de Partidos y que se logre una reforma al sistema político de consenso. Es decir, una reforma al sistema político que tenga en cuenta y que interprete el sentimiento ciudadano sobre el mal momento que vive la política y que viven las instituciones democráticas en Colombia.

En la instalación de la Misión Electoral, el presidente Juan Manuel Santos Calderón, le pidió a los delegados celeridad para hacer las recomendaciones, ¿se espera que dicha Misión presente las recomendaciones para concatenarlas con las propuestas ciudadanas?

La Misión Electoral se está encargando fundamentalmente de una reestructuración al sistema electoral y a los organismos electorales, y también están estudiando las propuestas de listas cerradas y de financiación estatal de las campañas.

La idea es que de allí surjan unas propuestas que se puedan complementar con las ciudadanas y con las que tengan los partidos que se reunieron ayer durante toda mañana con el presidente de la República y el ministro del Interior.