La sanción, motivada por los graves disturbios en el clásico caleño, comprende tres partidos de Copa Colombia y dos por el torneo Apertura.
Cinco partidos a puerta cerrada, tres por Copa Colombia y dos por el torneo Apertura, tendrán que cumplir tanto América como Deportivo Cali por la sanción que les impuso el Comité Disciplinario del Campeonato tras los disturbios y la invasión de campo en el clásico que disputaron el miércoles y que dejaron 30 heridos y unas 85 personas detenidas.
En la Resolución N° 021, el Comité Disciplinario confirma que los dos equipos de la capital vallecaucana cumplirán una “suspensión de la plaza cuando oficien como locales en las siguientes tres (3) fechas de Copa Águila las cuales deberán disputarse a puerta cerrada, por conducta impropia de los espectadores identificados como sus seguidores, consistente en invasión al terreno de juego y daño a personas y cosas”.
Igualmente, dijo el ente disciplinario, “y dada la gravedad de los hechos y los reiterados comportamientos indebidos de los espectadores del club con ocasión de la celebración de partidos del Fútbol Profesional Colombiano y con la finalidad de garantizar y salvaguardar el orden y la seguridad de las personas que asisten al espectáculo deportivo, se ordena como medida cautelar a ambos equipos jugar a puerta cerrada los siguientes dos (2) encuentros de la Liga Águila que les correspondan como local y los dos que le sigan en la misma condición con el cierre de las tribunas laterales norte y sur”.
Y en caso de que clasifiquen a los cuartos de final de la Liga o avancen a la siguiente fase, cumplirán la sanción en el partido de Ida o vuelta, cuando sean locales, tanto con los partidos a puerta cerrada como el cierre de tribunas laterales norte y sur del estadio.
Al tiempo, el alcalde de Cali, Maurice Armitage, anunció que si continúa la violencia provocada por ultras del fútbol, suspenderá los partidos para impedir disturbios como el del miércoles entre barras bravas que se enfrentaron con armas antes y después del partido, correspondiente a la cuarta fecha de la Copa Colombia y que terminó con un número indeterminado de hinchas sobre el césped del estadio Pascual Guerrero, lo que puso en inminente y gran riesgo a gran parte de la afición.
“El fútbol no puede ser sino un deporte y no un medio de violencia. Si la violencia sigue en el fútbol yo, como alcalde de Cali, lo voy a prohibir”, dijo Armitage.
Añadió que la División Mayor del Fútbol Colombiano (Dimayor) “tiene que entender que primero está la ciudad que el fútbol”.
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Por esas acciones, que motivaron las sanciones del Comité Disciplinario, también se terminó cancelar las señales por televisión y radio de los partidos entre Atlético Bucaramanga y América, y Deportivo Cali y Millonarios, decisivos para la clasificación a los cuartos de final de la Liga. “Queremos expresar la profunda vergüenza que tiene el fútbol profesional colombiano por lo que está sucediendo por estos mal llamados hinchas de barras bravas. A ellos no los podemos calificar como barras bravas, son unos criminales y unos desadaptados", dijo el presidente de la Dimayor, Jorge Perdomo, al canal Win Sports.