El coronavirus ha desatado enfermedad y debates. Entre los segundos está el retorno a la discusión de la vigencia del capitalismo. Las posturas pro-cambio de sistema, debido a la crisis sanitaria global, consideran que efectivamente el capitalismo no saldrá bien librado de la situación, demandan un cambio radical.

Un ejemplo en tal línea es Slavoj Žižek, quien en el texto “La Sopa de Wuhan” ilustra la situación utilizando metafóricamente una escena de la película Kill Bill, donde la actriz principal (Uma Thurman) aplica la “Técnica del Corazón Explotante de la Palma de Cinco Puntos” en el corazón del oponente lo que conduce a una lenta y efectiva muerte porque el golpe es mortal, el deceso es cuestión de tiempo.

Žižek señala que algunos especulan que, al estilo de esta técnica, la epidemia de coronavirus podría derrumbar el comunismo chino, sin embargo, él argumenta que la epidemia no va a “conducir a la caída del gobierno comunista en China”, y por el contrario, si algo ha de caer sería “el sistema capitalista global”. De allí, “una señal de que no podemos seguir el camino hasta ahora, que un cambio radical es necesario”.

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El cambio radical conlleva una reorganización global de la economía que “ya no estará a merced de los mecanismos del mercado”. Žižek matiza esta tajante afirmación en su defensa del comunismo chino así: “No estamos hablando aquí sobre el comunismo a la antigua usanza, por supuesto, sino sobre algún tipo de organización global que pueda controlar y regular la economía”.

Žižek al afirmar que no está hablando del comunismo a la antigua usanza, cuando el Estado asume la planificación centralizada de la economía, acepta entonces la necesidad del mecanismo de mercado y por eso pasa a poner la discusión en cómo controlarlo. Este no es un matiz cualquiera, menos en el marco de la discusión sobre la vigencia del capitalismo y su versión neoliberal que él mismo propone.

Resulta importante el matiz porque justamente el mecanismo de mercado, especialmente competitivo, es el corazón del capitalismo o uno de sus componentes centrales. Si Žižek reconoce la necesidad del mecanismo de mercado, entonces para él ¿cuál es el corazón del capitalismo que recibió el golpe de la técnica explotante? Žižek no explica por qué la China comunista tiene justo en su eje de producción una economía de mercado competitivo.

Convendría recordar que China desde 1978, bajo el gobierno de Deng Xiaoping, empezó una transformación gradual de su economía, lo cual significó la apertura comercial. China ha estado migrando desde entonces de una economía de planificación hacia una de mercado competitivo. Por ello, en los noventa aprobaron reformas de comercio exterior con el propósito de unirse al marco legal del sistema de comercio mundial. Así, China en 2001 adhirió a la Organización Mundial del Comercio (OMC), al formar parte de la OMC hizo nuevas regulaciones y reformas a su propio sistema legal y administrativo para estar en conformidad con los estándares internacionales. Made in China.

China lleva 40 años migrando lentamente hacia la economía de mercado competitivo, tal precaución incluye considerar constantemente los límites del mercado, lo cual sin duda también los ha conducido a la pregunta por el rol del Estado. Estas reformas le han valido a China calificativos diferentes al de comunista. Algunos críticos del capitalismo, como David Harvey, señalan a China, Corea del Sur, Taiwán y Singapur de ser “menos neoliberales” que otros países.

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Afirmación que borra lo que Žižek intenta defender. Mientras Žižek defiende una China comunista con mercado competitivo, para otros eso de por sí es una contradicción en los términos, de allí su calificativo de neoliberal para el gigante asiático. Aún así, en China todavía subsiste el comunismo con la preeminencia del Partido Comunista que se supone dirige a los partidos democráticos que “cooperan” con él. Asimismo, una estructura de control y vigilancia sobre los márgenes de la libertad individual. Como bien se ha visto operar en la pandemia.

En China la adopción del mercado competitivo bajo el amparo del Estado comunista ha llevado a este país a perfilarse como potencia económica mundial, lo que explica en parte la guerra comercial con USA. También aparece una fuerte correlación entre la participación de China en el comercio mundial y el mejoramiento de los índices de calidad de vida de su población, donde ha avanzado más de 30 puestos en los rankings.

El coronavirus pegó primero en el corazón del capitalismo actual que paradójicamente está ahora protegido por un Estado comunista. Dicha protección quizás sea efectiva contra la “Técnica del Corazón Explotante” de Žižek, evitando así el colapso tanto de su mercado competitivo interno como el de la economía mundial que es del mismo signo.