Las implicaciones internacionales de la miopía y la torpeza de Trump son aterradoras.
China construye, USA destruye
RICARDO CHICA AVELLA
Que mientras Xi fuera a Davos a abogar por el libre comercio y en contra de una guerra comercial el candidato Trump despotricara contra este y amenazara con retirarse del Acuerdo Transpacífico y de Nafta fue, como lo sostuve acá en EL MUNDO, un anuncio del contraste que cabría esperar bajo el liderazgo de Trump: USA destruyendo mientras China construye. Haciendo caso omiso de la erosión de las instituciones políticas americanas que está teniendo lugar con las contradicciones, las mentiras, las reversiones inmediatas, los anuncios disonantes, las reacciones imprudentes, las argumentaciones ignorantes, de todos estos síntomas de severo narcisismo omnipotente de quien la ignorancia política y económica de la mitad de los americanos eligieron como presidente del mundo, las implicaciones internacionales de la miopía y la torpeza de Trump son aterradoras.
El contraste Xi-Trump incluye: apoyo vs torpedeo a los acuerdos de París sobre limitación de las emisiones de carbono; aprovechar vs desperdiciar las ventajas geopolíticas y económicas de la Alianza Transpacífica; abogar por la estabilidad económica y política vs constantes exabruptos, etc. Pero antes de referirme a dos procesos recientes que ilustran dramáticamente este contraste (Belt and road initiative de los chinos vs la transacción de ventas más grande de la historia a favor de la monarquía saudita por los americanos) es necesario destacar la forma como el populismo nacionalista de Trump engaña a sus propios electores en la misma forma que lo hace el de Maduro con sus partidarios (a quienes también está matando de hambre), en ambos casos por falta de entendimiento del ABC del funcionamiento de la economía globalizada (el cual es diferente al de un emporio inmobiliario); en el caso del Nafta de los sistemas de producción internacionalmente integrados y de las supply chains de manera que las disrupciones causadas por su demagogia son costosas para todas las partes.
Este punto de la deshonestidad esencial del populismo es fundamental para entender lo devastador que va a resultar Trump como ejemplo paradigmático de este. En columna reciente en Portafolio sobre las elecciones francesas destacaba como en medio de la epidemia de insensatez política a la que ha conducido la reacción populista contra la globalización excluyente, los franceses no cayeron en la tentación facilista e ignorante del nacionalismo que aqueja los poderes anglosajones y 1/3 de ellos votaron contra la insensatez hacia la Unión Europea, contra el nacionalismo económico engañoso e inconducente que se ha apoderado de Estados Unidos y el Reino Unido, en donde un populismo nacionalista económico mentiroso tiene seducidas las multitudes con promesas imposibles, reñidas con las realidades, en el primer caso, comerciales productivas y tecnológicas de la globalización; o en segundo, de una integración plausible en (aceptable para) la UE. En el fondo se trata de la negación delirante de la actual fase de la globalización que, con la contundencia de la realidad tecno productiva, hace aparecer como vacuas y engañosas las promesas de Trump a los trabajadores industriales de los sectores tradicionales del American Rust Belt
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Pero el culmen del contraste Xi-Trump lo constituyen los dos procesos mencionados. Por una parte, China lanza el esquema integrado de construcción de redes productivas y comerciales más grande de la historia, combinando vías que replican la ruta de la seda con rutas marítimas que le darán una presencia en la zona del golfo gracias al corredor de salida al océano Indico a través de Paquistán. Después de que por décadas aseguro oferta de recursos naturales con una paciente y persistente política de inversión extranjera pragmática (sin intentar intervenir en los asuntos internos de los países como lo hace USA), ahora teje una red a lo largo de Eurasia que incluye no solo proyectos de infraestructura en vías y puertos de magnitud sin precedente sino también formas de coordinación en redes productivas y comerciales. Por otro, la miopía (en una economía globalizada) del America first de Trump lo lleva a realizar la entrega de armas más grande de la historia a Arabia Saudita, responsable por haber creado y fortalecido el movimiento de Islam radical pues del Wahabismo de la monarquía saudita surgió la yihad sunita extendida a través de las escuelas (Madrassas convirtiéndolas en centros de radicalismo islámico) por la geografía sunita (Paquistán, Egipto). Se trata del país que construyó el fundamentalismo militante sunita que genero tanto Al Qaeda como Isis, que ha apoyado y financiado grupos extremista incluyendo el que realizo 9/11, una monarquía que somete a su población a un régimen opresivo medieval incluyendo un trato de la mujer que avergonzaría al más sexista de los jerarcas católicos, y que ahora sostiene una guerra de exterminio por inanición y bombardeos inclementes contra el pueblo de Yemen al cual tiene sitiado por hambre y aterrorizado con sus permanentes masacres desde el aire con armamento facilitado por USA y UK. Todo por el imperdonable crimen de que sean shiitas (y consiguientemente sospechosos de colaborar con su enemigo jurado, Irán). Con similar incomprensión de las tensiones sunitas-chiitas a la que condujo a la catástrofe de Irak, Trump toma partido por los primeros acusando cínicamente a Irán (que acaba de realizar unas elecciones que brillan como evento democrático frente a los regímenes autoritarios de sus aliados sunitas) de promover extremismo en semejante maridaje con la que fue la principal fuente de terrorismo islámico (y paso a sufrirlo, tal como le paso a los americanos con su apoyo a los talibanes y Al Qaeda), revirtiendo con su confrontacionalismo el détente con Irán logrado por Obama (quien también tuvo la estatura para distanciarse de los horrores agenciados por la monarquía saudita), una profundización de esas tensiones que tendrá muy graves consecuencias para la paz y la estabilidad en el ya convulsionado Medio Oriente haciendo imposible la paz en Siria y en Irak
Imposible un mejor resumen de como China construye mientras USA destruye que estos dos hechos recientes.