En el tercer aniversario de la ausencia física del músico Gustavo Cerati, los aficionados y amigos del ángel inquieto recuerdan su legado.
Hace tres años terminó la esperanza de miles de fanáticos que esperaban que Gustavo Cerati volviera del sueño, despertara del coma y saltara nuevamente al escenario y al estudio a interrogar a su guitarra y a dar respuestas con sus sonidos, su voz y sus letras.
Las esperanzas se terminaron cuando se confirmó, el 4 de septiembre del 2014, que Gustavo Cerati no volvería a despertar. Se fue los 55 años. La espera duró cuatro años desde que el accidente cerebrovascular sufrido luego de un concierto en Venezuela apagara su voz. Fue el 15 de mayo de 2010.
Gustavo Adrián Cerati Clark nació el 11 de agosto de 1959 en Buenos Aires, Argentina. La vida lo puso en el mismo camino de Zeta Bosio y Charly Alberti, y ellos tres convirtieron ese momento destinado o fortuito, en Soda Stereo, la revolución del rock latinoamericano. Punto de partida sin límite de llegada, porque aunque se disolvieron en 2007 la esencia de lo que crearon con su música perdura en las generaciones posteriores.
En solitario, Cerati concibió cinco discos: Amor amarillo (1993), Bocanada (1999), Siempre es hoy (2002), Ahí vamos (2006) y Fuerza natural (2009).
Aunque su muerte sigue siendo dolorosa, su espíritu mantiene una fuerza inacabable, porque convirtió su obra en un gran rompecabezas llena de signos, símbolos, mensajes cifrados, preguntas, respuestas y premoniciones. Era más que una estrella de rock, era un artista total. Un hombre capaz de crear e inspirar poesía. Por eso aunque su cuerpo se fue, quien busca a Cerati lo encontrará siempre.
(Fuerza Natural, canción del disco homónimo y última obra de Cerati, donde muchos han encontrado en sus letras signos premonitorios a su partida.)
"Dios Guardián Cristalino de guitarras / que ahora / más tristes / penden y esperan / de tus manos la palabra / Precipitándome a lo insondable / tus caricias me despiertan a la vez / en un mundo diferente al de recién... / Tu luz es muy fuerte / es iridiscente y altamente psicodélica / Te encuentro cuando el sol abre una hendija / que genera notas sobre la pared sombreada / Y suena tu música en la pantalla / sos el ángel inquieto que sobrevuela / la ciudad de la furia / Comprendemos todo / tu voz nos advierte la verdad / Tu voz más linda que nunca". Poema de Luis Alberto Spinetta a su entreñable amigo Gustavo Cerati en 2011.