Ceguera moral e insensibilidad

Autor: Hernán Mira Fernández
22 enero de 2017 - 12:00 AM

Acaba de morir, a los 91 años, el connotado intelectual, filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman, autor de múltiples textos

“Una actitud consumista puede lubricar las ruedas de la economía, pero lanza arena en los engranajes de la moralidad.” Zygmunt Bauman.

Acaba de morir, a los 91 años, el connotado intelectual, filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman, autor de múltiples textos. Tal vez el que lo hizo más reconocido fue Modernidad líquida, de 1999, cuya tesis de lo líquido de la vida, la sociedad, las relaciones, el amor, en la vida moderna actual la continuó desarrollando en otros tantos libros sobre esos temas. Una de sus últimas publicaciones fue Ceguera moral. La pérdida de sensibilidad en la modernidad líquida, publicado en el 2015, en el que denuncia la insensibilidad y el deterioro moral progresivo que se está convirtiendo en característica de nuestro tiempo.
La ‘insensibilidad moral’ denota un comportamiento cruel, inhumano y despiadado, o también una postura ecuánime aparente e indiferente que se adopta y manifiesta hacia las penas, pruebas y tribulaciones de otras personas, lo que se resume en el “lavarse las manos” de Poncio Pilato. Para Bauman, esa insensibilidad es similar a la falta de sensibilidad corporal al dolor que se puede conseguir con analgésicos, analgésicos que, en el caso de la moral, también se consiguen en la sociedad.
La función del dolor en el organismo es de alerta y advertencia de que algo anda mal, pero cuando la idea de no ser sensible al dolor se transfiere desde lo orgánico y corporal al universo de las relaciones interhumanas y se vincula así al “clasificador moral”, el no percibir signos tempranos de amenaza o que algo anda mal en la relación y la comunidad humana y de que no hacer nada las cosas ponen peores, conduce a que la noción de peligro se pierda de vista o se minimice hasta “inutilizar las interacciones humanas como factores potenciales de autodefensa comunitaria, y las ha convertido en algo superfluo, somero, frágil y quebradizo”. 
Para Bauman, también está en juego el proceso que denomina ‘individualización’  que se resume en el conocido lema ‘Necesito más espacio’ –tan utilizado entre nosotros-, que él traduce como demanda de abolir la proximidad e interferencia de los demás, algo que en principio no es ‘inmoral’ en su intención, pero que en este proceso de ‘individualización’  se transforma en un estado que hace innecesaria la evaluación y regulación moral y, algo más importante, no deja lugar para ello.
La cultura consumista proporciona gran cantidad de analgésicos, anestésicos y tranquilizantes que controlan o erradican los dolores morales mucho más que los físicos. A medida que crece esta “ceguera moral” e insensibilidad que no permite ver ni sentir los dolores, penas, angustias del otro, de la comunidad y la sociedad, aumenta el consumo de estas “drogas” y se llega a la adicción. El resultado es una insensibilidad moral inducida o artificial, lo cual conduce a una compulsión “segunda naturaleza”, estado permanente o casi universal, para Bauman, “mientras que el dolor moral es despojado de su saludable papel de advertencia, alerta y agente activador.”
Limitado el dolor moral, los vínculos humanos tejidos con el hilo moral se descosen y así, con ciudadanos ya habituados a enfrenta y apaciguar sus angustias, conflictos y dolores morales en el consumismo, “Los políticos pueden (o se ven empujados, arrastrados y en última instancia obligados a) interpelar a sus votantes, en primer lugar, como consumidores y, en un segundo y lejano lugar, como ciudadanos.” La política, entre nosotros, es mucho más  la que se consume que la que se hace honestamente. 
CODA. En  esta Colombia del vacío ético que se ha señalado, una especie de daltonismo entre moral religiosa y ética civil, la enfermedad puede haber evolucionado a la ceguera que nos ha hundido en la corrupción. Bienvenidas las campañas serias contra la corrupción, mejor si son acompañadas de un gran énfasis en formación ética, moral y ciudadana.

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