La disposición es consecuente con el Plan de Ordenamiento Territorial y privilegia el transporte público. Pero la accidentalidad y mal uso hacen cuestionar su efectividad.
A bordo de una motocicleta Fazer 160, Andrés Felipe Marín Duque recorría la Avenida 80 con la 52B. Eran las 4:00 de la tarde. Iba detrás de tres vehículos que transitaban a 40 kilómetros por hora y que frenaron de repente. Su instinto de supervivencia le hizo virar a la derecha, donde se encontró con la segregación del carril Solo Bus y cayó al pavimento. Mala suerte.
Sufrió fracturas en sus dos manos. La izquierda llevó la peor parte, se desastilló el escafoide. La derecha solo tuvo que ser inmovilizada.
El hecho ocurrió el 13 de junio de este año y a casi dos meses del mismo, para Marín es claro que si no hubiera estado la división del carril Solo Bus con los bordillos (vea el gráfico), esto no le hubiera sucedido.
“Sí sabía que estaban esos separadores, pero la reacción natural es tirarse hacia un lado o frenar, sé que uno debe conservar distancias y más que yo estoy en el club y a nosotros nos han enseñado todo eso. Pero si eso no hubiera estado yo no me hubiera caído”, detalló Marín Duque, integrante de la agrupación de motociclistas Club Fazer Medellín.
Este accidente, como todos los que podrían estar relacionados por la colisión contra los elementos del carril Solo Bus, aún es materia de investigación, de acuerdo con la Secretaría de Movilidad de Medellín. No obstante, a la fecha, medios de comunicación locales han reseñado la muerte de cinco personas tras chocar con los elementos de este tipo de carril.
El más reciente fue en la calle Barranquilla con carrera 55 (a la altura de la Universidad de Antioquia), en el barrio Chagualo, el pasado lunes, cuando un hombre de 54 años que conducía una motocicleta rozó con una de las llantas un bordillo de esta vía, perdiendo el control de la misma y colisionando contra el pavimento. En la madrugada del martes falleció en el Hospital San Vicente Fundación.
Como él, otras tres personas han muerto en el mismo tramo de la calle Barranquilla en hechos similares y uno más en la calle Colombia. A raíz de estos hechos y de otros accidentes, como el del motociclista Andrés Felipe Marín, se ha cuestionado la implementación de esta medida en la ciudad, los estudios en los que fue basada, la efectividad y el proceso pedagógico y de divulgación que se ha hecho.
Una medida cuestionada
19 de los 21 concejales de Medellín firmaron una misiva en la que le piden al alcalde Federico Gutiérrez eliminar estas “trampas mortales” del carril Solo Bus en la ciudad y el pico y placa de la Avenida Regional.
Al respecto, el concejal Santiago Jaramillo reconoce que los conductores de motocicleta deben conducir de acuerdo a la normatividad, pero que la segregación de este carril “está ocasionando luto en la familia medellinense. Si bien tenemos que abogar para que los señores motociclistas conduzcan bien y todos los actores en las calles de Medellín tengamos comportamientos colectivos positivos, también tenemos que generar vías amigables para esos menesteres”, expresó.
En rechazo a esta medida, también, decenas de motociclistas protestaron el pasado 3 de agosto para decir “No más separadores asesinos” y lo harán de nuevo el jueves 24 de este mes, ante los nuevos casos de accidentes y muertes y la negativa de la Administración Municipal de quitarlos.
En ese sentido, se ha cuestionado si una medida para favorecer la movilidad de la ciudad está afectando la vida de los motociclistas. “Lo que vimos fue una novatada, una medida no consensuada. Nosotros somos unos convencidos de que el carril solo bus es bueno, pero que sea respetado por los actores viales con cultura ciudadana y con promoción y sensibilización, no con estas trampas mortales”, dijo Jaramillo a EL MUNDO.
Otro punto sensible ha sido que en sectores como la calle Barranquilla solo quedaron los bordillos, a lo que el secretario de Movilidad Humberto Iglesias Gómez respondió que por actos de vandalismo se los han estado robando. Dicha situación disminuye la visibilidad, de acuerdo con Andrés Marín, también porque se han llenado de suciedad.
“En Barranquilla, ya cuando ha llovido, no se ven”, sostuvo el motociclista, quien opinó además que no hubo un buen proceso de socialización del carril Solo Bus. “No tuvo una buena difusión, lo único que dieron fue unos volantes. En otras ocasiones con cosas que no son tan peligrosas, lo han puesto en medios, entonces la gente se informa más de las restricciones o de lo que vayan a poner. No hubo una pedagogía adecuada”.
Por su parte, el secretario de Movilidad de Medellín, Humberto Iglesias Gómez, declaró a EL MUNDO que sí hubo un proceso de sensibilización de la medida. “Nosotros antes de hacer cualquier señalización, socializamos con las personas. Lo que es importante aquí es hacer un llamado a la cultura ciudadana de las personas y pedirles que nos respeten la señalización porque si seguimos sufriendo este vandalismo ocurrirán accidentes. También es hacer un llamado a un cumplir las señales de tránsito, entre carriles no se debe culebrear”.
Para los expertos en movilidad está claro que las motos no deben transitar entre carriles, dando cumplimiento a lo que establece el Código Nacional de Tránsito considerando a este tipo de transporte como un vehículo más que debe ocupar todo un carril.
Es por ello que desde el punto de vista de la movilidad segura todavía falta mucha cultura por parte de los actores viales, que no respetan las señales de tránsito. “La gente se acostumbró a adelantar y circular entre carriles, no en el carril. Cuando menos piensan, cuando no conocen ciertos tramos de vía se encuentran con que en ese lugar entre dos carriles no hay pintura sino que hay esos taches o esas estructuras de plástico que son separadores de carriles, se chocan, caen y terminan matándose”, subrayó Gustavo Cabrera, del Grupo de Trabajo por la Seguridad Vial de Antioquia, Sevida.
“El mayor villano en la seguridad en las vías es la velocidad”, agregó Cabrera con relación a que no representa lo mismo chocar contra los separadores del carril Solo Bus a una velocidad de 20 o 40 kilómetros, como le sucedió a Andrés Marín, que conducir por encima de los 60 y hasta 90 kilómetros por hora, que podría ser fatal.
La estrategia del carril solo bus
En la actualidad, los carriles preferenciales para bus están instalados en la calle 50 (Colombia), la carrera 65, la avenida Guayabal, calle San Juan, las calles 33 y 10, la avenida El Poblado y la Transversal 78, pero no son nuevos. Se plantearon para reducir los tiempos de viaje en bus, agilizando así la movilidad de la ciudad en ciertos tramos, que hoy son 84 kilómetros.
Hace más de 20 años existió uno en el sector de San Juan sin resultado, ya que los mismos beneficiarios no lo cumplían. En “1995 o 1996 tuvieron un carril preferencial. No funcionó porque los buses fueron los primeros en no respetar el carril y por todo el comercio que hay allí. El bus se salía del carril porque había vehículos estacionados, era muy difícil el control y se dejó de usar”, explicó Iván Sarmiento.
Su razón de ser tiene que ver con el planteamiento contenido en el Plan de Ordenamiento Territorial de la ciudad, lo que lo hace “defendible desde cualquier punto de vista, eso se tiene que hacer y más en una ciudad que por POT hace tres años dijo que iba a privilegiar al peatón y a los transportes colectivos o públicos masivos. Por ese lado funciona súper bien”, señaló Cabrera.
Pero ahondando en el tema de cómo puede favorecer la movilidad mientras puede tener efectos adversos en la accidentalidad y el comercio (que los dueños de locales han dicho que los afecta en sus negocios porque las personas no tienen dónde estacionar), para Sarmiento es fundamental que la Secretaría de Movilidad haga una medición específica para saber si se ha mejorado el flujo vial en estos tramos desde su implementación; sin dejar de considerarlo un avance.
Tanto para Cabrera como para Sarmiento, en algunos tramos en los que se encuentra este carril preferencial se hace difícil respetarlo, en especial por ser de dos carriles, mientras que otros tienen tres, lo que dificulta que todos los demás actores viales se desplacen por uno solo.
¿Y la solución?
Para Gustavo Cabrera, la prevención de la accidentalidad y muerte en motociclistas requiere un proceso integral, pedagógico y sistemático. Por ello, el grupo Sevida trabaja en la elaboración del Plan de Movilidad Segura (a 2019) y una Política Pública a 2030, que comenzará con foros en diversos territorios de Antioquia, comenzando en Medellín el 22 de agosto. En opinión del motociclista Andrés Marín, “una de las formas de pedagogía puede ser agremiar a los motociclistas, es muy difícil sí, pero se puede. Aquí en Medellín hay muchos clubes, asociaciones y federación”.