Miles de personas participaron este domingo en un acto organizado en Sao Paulo por grupos de carnaval para exigir la renuncia del presidente brasileño, Michel Temer, acorralado por un creciente escándalo de corrupción.
"Fuera Temer" fue el grito que se escuchó en cada intervalo de la presentación de las bandas de carnaval y populares artistas que se concentraron en la plaza Largo da Batata, en la capital del estado de Sao Paulo.
El público también se pronunció en favor de la convocatoria a una elección presidencial directa, pese a que ello sólo está previsto para octubre de 2018, para que "el pueblo pueda decidir quién va a gobernar", como dijo en medio de ovaciones el cantante Chico César.
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El acto fue similar a uno organizado la semana pasada en la playa de Copacabana por activistas de izquierda, pero a diferencia de ese, que congregó a unas 50.000 personas, la protesta en Sao Paulo sólo atrajo a unos 3.000 manifestantes. Temer está investigado por la Corte Suprema, bajo la presunción de que pueda haber incurrido en los delitos de corrupción pasiva, obstrucción a la justicia y asociación ilícita.
Esas sospechas se desprenden de confesiones hechas a la justicia por directivos del grupo cárnico JBS, que han afirmado que sobornan al mandatario a cambio de "maniobras políticas" para favorecer a esa empresa desde 2010. Joesley Batista, dueño de JBS, incluso entregó el audio de una reunión que tuvo con Temer en su residencia oficial, en el que se le escucha relatar una serie de hechos rayanos con la ilegalidad frente al silencio y hasta la complacencia del gobernante.
Desde la divulgación de esos audios, hace quince días, Temer ha sufrido una enorme presión por su renuncia, ante la cual ha dicho una y otra vez que no cederá. La dimisión la exige la oposición en pleno, pero también algunos sectores del oficialismo, lo cual ha debilitado políticamente tanto a Temer como al propio Gobierno.
A partir de este martes, el presidente enfrentará otro frente judicial, pero en el Tribunal Superior Electoral, que retomará un proceso en el que se busca establecer si la campaña de la destituida Dilma Rousseff, en la que Temer fue candidato a la vicepresidencia, recibió dinero de la trama corrupta de Petrobras. Si así fuera, la victoria de la fórmula Rousseff-Temer sería anulada y el presidente sería despojado de su mandato.
Sin embargo, ello no sería inmediato, pues el proceso prevé diversas apelaciones que podrían prolongar los plazos para llegar a una sentencia firme y la eventual destitución de Temer.