Acostumbrado a desinformar distrayendo a la opinión y buscando chivos expiatorios, Trump ha encontrado un nuevo argumento para satisfacer a sus electores: el atentado en Nueva York fue posible por la llegada de inmigrantes y su fantasía de que cerrando las fronteras a ciertos grupos étnicos se soluciona la violencia terrorista. El autor del atentado es un lobo solitario de origen usbeko, beneficiario del programa de lotería de visas, un sistema aprobado en 1990 que permite la llegada de hasta 50 mil extranjeros procedentes de países con una baja inmigración a los Estados Unidos.

Sayfullo Saypov fue admitido como residente permanente en 2010 luego de un largo y dispendioso proceso para calificar y emigrar a los Estados. Para entonces Isis era apenas un embrión convertido a monstruo en los años recientes. Saypov es uno de los tantos radicalizados por la propaganda mediática de ese grupo terrorista que siguen un patrón idéntico, atacar a la población civil utilizando vehículos que invaden zonas peatonales para causar el mayor número de víctimas posible.

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Experto en dividir para reinar en medio de tanta ignorancia y polarización, el presidente hábilmente politiza el momento para justificar su propuesta de reducir la migración legal a la mitad en el inmediato futuro y restringir la llegada de musulmanes de varias regiones del mundo. Una postura contraria a lo ocurrido en Las Vegas cuando su vocera afirmo que ‘’ hay un tiempo y lugar para el debate político siendo el momento de unirnos como país’’ en alusión al pedido para el control de armas. Nadie preguntó de donde era el también terrorista de Las Vegas que perpetró una de las peores masacres matando a 59 personas.

De acuerdo con Trump, la Lotería de Visas es una de las ‘’bellezas’’ del líder neoyorquino de la minoría demócrata en el senado Chuck Schumer. Nuevamente, apelando a las verdades a medias, la ley fue aprobada en el Senado con el apoyo de Schumer y congresistas de ambos partidos para luego ser firmada por el entonces presidente republicano George Bush padre. Pero en la era trumpiana hay que buscar el ahogado rio arriba y buscar culpables, además de pedir que ese programa sea eliminado pues según él, está sirviendo para la llegada de potenciales terroristas.

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La plataforma antiinmigrante es una prioridad de sus aliados nativistas. Sus asesores más cercanos, con el soporte del ala extrema del partido republicano insisten en acabar con lo que llaman “migración en cadena”, o sea que los residentes permanentes ya no puedan patrocinar a sus cónyuges, hijos menores de 21 años, padres y hermanos. No les gusta que la mayoría de receptores de visas de residencia vengan de América Latina. No se olvide que la derecha no ve con buenos ojos un aumento de hispanos pues somos vistos como ciudadanos de segunda categoría.

Por otro lado y en uno de sus acostumbrados arrebatos tuiteros sugirió enviar al acusado a la prisión de Guantánamo llamando al sistema judicial “un chiste y un hazmerreir” por la forma como los fiscales procesan a los acusados. Se olvida que el secretario de Justicia el antiinmigrante Jeff Sessions, obsecuente como ninguno, es miembro de su gabinete. Eso de desconocer la separación de poderes no es nada extraño.

Ninguna de las políticas contra los inmigrantes y ciertas religiones hubiera impedido la tragedia de Nueva York. Eso de instalar muros en la frontera, imponer un veto a ciertos ciudadanos procedentes de países con mayoría musulmana, que entre otras no incluye a Uzbekistán, logra reducir los riesgos de que ingresen extremistas a los Estados Unidos. Pero el emperador siempre tiene la razón.