Por varias razones las campañas emprendidas por la “Alianza Somos 14 +1” tienen importancia; tanta que es justo afirmar que aquella iniciativa, la Alianza, constituye hoy un buen ejemplo para todo Colombia.
Por varias razones las campañas emprendidas por la “Alianza Somos 14 +1” tienen importancia; tanta que es justo afirmar que aquella iniciativa, la Alianza, constituye hoy un buen ejemplo para todo Colombia. En otras ciudades y regiones del país quienes ocupan posiciones de dirección en instituciones sanitarias, públicas y privadas, debieran tener en cuenta este esfuerzo nacido de la agrupación de directores de clínicas y hospitales en el valle de Aburrá hace cuatro décadas y hoy, convertido en representativa y simbólica voz que ha de ser escuchada y considerada, con toda seriedad y receptividad, por los funcionarios de alto rango quienes determinan el funcionamiento financiero de un sistema sanitario que hace agua por muchos orificios. Hay grandes defectos en el casco del descomunal navío, cuya brújula también manifiesta desperfectos de fábrica. El sistema normativo de la salud en mal momento intentó convertirla en un instrumento de mercadotecnia y de generación de rendimientos financieros, dejándola en manos de inversionistas particulares y de comerciantes avalados por una ley que les confirió inmensos poderes e influencia. Por ello se dan las paradójicas y tristes realidades que se ven a diario en los titulares y contenidos de prensa relacionados con el tema de la salud.
Hace más de cuarenta años ha funcionado la reunión periódica del grupo de directores de clínicas y hospitales de Medellín. Un grupo de opinión que se ha originado estrictamente de la iniciativa privada y de la voluntad visionaria de quienes, conscientes de la magnitud de su responsabilidad institucional, empresarial y social, intentan sortear las dificultades por las cuales han de atravesar estas entidades, no solo por la naturaleza singular de su misión, la prestación de servicios de salud en diversos campos y especialidades, sino por los tropiezos que les generan las atmósferas jurídicas, políticas, y socio-económicas en que tienen que actuar. A ello se suman los ingentes esfuerzos que constantemente han de hacer en el campo de la actualización en tecnologías y crecimiento en infraestructura, de gran exigencia técnica y de personal especializado, con altos niveles de capacitación, dedicación y entrenamiento.
La alianza estratégica de clínicas y hospitales de Medellín (área metropolitana y oriente cercano) comprende a las principales instituciones del área, responsables de la gran mayoría de las camas hospitalarias actualmente disponibles, así como del empleo de miles de personas relacionadas con este campo. En los últimos años uno de sus puntos críticos ha sido su esfuerzo por formar conciencia colectiva ante el delicado tópico de las colosales deudas que agobian sus estados financieros. Se cuantifican en billones de pesos las cuentas no pagadas por las entidades encargadas del cubrimiento de estos servicios a sus afiliados, se dilatan absurdamente en el tiempo los plazos de vencimiento de las cuentas no pagadas por las EPS, en conjunto con las autoridades del gobierno: ministerios de protección social y hacienda.
El grupo de “Alianza Somos 14 + 1” se erige como un ente de formación de opinión pública que ofrece un ejemplo para Colombia. La tenacidad y visión de unos dirigentes regionales, habituados a la superación de dificultades y entornos adversos, se erige como un interlocutor que ha de ser tenido en cuenta. Su tarea colaborativa de denuncia, de documentada interpelación y presentación de argumentos, es el registro necesario para la visualización de soluciones definitivas a una problemática que es de las más complejas del país. La Alianza Somos 14 + 1 va creando adicionalmente una oportunidad de formación de conciencia ciudadana crítica y seria, el interlocutor cuyas intervenciones y reclamos, llenos de razones justas, ha de ser tenido en cuenta por los burócratas del máximo rango, así ésos burócratas y funcionarios oficiales y del campo de la empresa privada –mirando hacia un incógnito y misterioso horizonte- afirmen que no existe una crisis en la salud de Colombia y que el nuestro es uno de los buenos sistemas sanitarios del mundo, una cuestionable idea que hace más de veinte años han manifestado y repetido, en un asombroso sofisma que contrasta con la dolorosa realidad. Que el buen ejemplo de la creación de esta iniciativa gremial se expanda por todas las regiones del país: ello se convertirá en una exigencia de seriedad y respeto que obligará a los responsables del sistema sanitario a una genuina actitud de escucha y a una voluntad efectiva de soluciones.
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