Como un hecho inédito fue calificada la decisión de Bolivia de suspender “unilateralmente” el debate que se iba a realizar sobre las últimas medidas que tomó el gobierno de Venezuela frente a la separación de poderes, por lo cual emitirían una resolución de demandas al presidente Nicolás Maduro.
Bolivia, país que preside desde el sábado el Consejo Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA), suspendió este lunes de manera unilateral la sesión convocada sobre Venezuela que había sido solicitada por 20 países miembros.
El embajador de Bolivia en la OEA, Diego Pary, confirmó que "la reunión está suspendida", después de tomar posesión como presidente del Consejo; un cargo protocolario que dura tres meses y en el que reemplaza a Belice.
Todas las fuentes consultadas consideraron que este paso dado por Bolivia es insólito, ya que, aunque el reglamento no es preciso en este sentido, siempre se ha entendido que el presidente del Consejo tiene una función de coordinador y que actúa en consulta con los Estados.
El embajador mexicano en la OEA, Luis Alfonso de Alba, consideró la decisión "unilateral" y "sin justificación" de Bolivia "un abuso que no se había visto nunca en esta casa" y una "falta muy grave".
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"Es un abuso del ejercicio de la presidencia y me preocupa mucho porque hoy es el primer día de su presidencia" del Consejo Permanente, aseguró de Alba a medios de comunicación.
De Alba sigue firme en la intención de que el Consejo sobre Venezuela se celebre en dicha fecha y sugirió la posibilidad de que al menos los 20 Estados convocantes acudan al Salón Bolívar, la sede del Consejo Permanente, en la tarde, cuando estaba previsto el comienzo de la reunión.
El embajador mexicano no cerró la posibilidad de acudir a la reunión informal convocada por Bolivia, pero consideró que este encuentro "en ningún caso puede ser sustitutivo" del Consejo sobre Venezuela.
La sesión sobre Venezuela había sido convocada por Canadá, Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Estados Unidos, Guatemala, Honduras, México, Panamá, Paraguay, Perú, Santa Lucía, Jamaica, Barbados, Bahamas, Guyana, Uruguay y Belice.
La invitación se hizo con el objeto de "considerar los recientes eventos" en Venezuela, pero en su orden del día llevaba incorporada la votación de un borrador de resolución que incluye las demandas más exigentes que han hecho los países de la OEA hasta ahora al Gobierno de Nicolás Maduro.
En el texto se expresó una "profunda preocupación por la grave alteración inconstitucional del orden democrático" en Venezuela y el "apoyo continuo por un diálogo y negociación que lleve a la restauración del orden democrático".
Declaró, por tanto, que "las decisiones (anuladas después de que se presentara el texto) del Tribunal Supremo de Venezuela de suspender de poderes a la Asamblea Nacional (de mayoría opositora) son inconsistentes con la práctica democrática y son una alteración del orden constitucional" en Venezuela.
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