Como colombianos agradecemos al papa Francisco su compromiso con la realidad colombiana y nos disponemos a escucharlo con atención.
Colombia, Estado laico con mayoría de habitantes católicos, recibe desde este miércoles y hasta el próximo domingo al papa Francisco, quien la visita como faro ético de la civilización humana y guía espiritual de las personas con sentido de trascendencia, incluso las no católicas. Su visita en momento crucial de la historia del país llega con la invitación a que “demos el primer paso”, un llamado importante cuyo sentido será explicado en los cinco días que prevé honrarnos con su presencia.
Lo invitamos a leer sobre el primer mensaje del papa
Por la apretada agenda, y el interés que en todos despierta la presencia del pontífice, la mayoría de reuniones del papa serán multitudinarias, lo que, sin embargo, no las debe convertir en simples eventos para solaz de los espectadores sino en momentos trascendentales para recibir y reflexionar sobre el mensaje ético, los no creyentes, y espiritual, las personas religiosas, que viene a ofrecer como personero de la mayor comunidad religiosa del mundo.
Vea también: Expectativa papal
No se dude que el mensaje, centro de la visita, fue construido por Francisco con independencia, profundidad y la gran esperanza de tocar a cada colombiano para que encuentre, desde su lugar actual, cómo dar el primer paso hacia una transformación integral de Colombia. La apretada agenda de la visita señala múltiples encuentros e ideas que transmitir a todo un país expectante por atender y entender el nuevo mensaje católico para su realidad. En ese sentido, toda anticipación puede ser inexacta, e incluso hasta prejuiciosa, y cada interpretación no podrá más que expresar al particular intérprete. Depositamos gran esperanza, entonces, en que cada quien reciba al mensajero y su voz con la razón y el espíritu abierto a un diálogo sobre el mensaje que quiere entregar al país.
Como colombianos agradecemos al papa Francisco su compromiso con la realidad colombiana y nos disponemos a escucharlo con atención.
Puede interesarle: La encíclica por la vida