Balance y esperanza
Hemos construido un modelo único en intensidad, pertinencia, oportunidad e innovación, que acompaña a estudiantes y profesores en la búsqueda de una educación transformadora, empoderadora e inspiradora.
Llegamos al cierre del sexto año del proyecto Educar mientras se informa, iniciativa de edu-comunicación con la que FundaMundo y su periódico EL MUNDO aportan a la formación de ciudadanos. Durante doce semestres hemos construido un modelo único en intensidad, pertinencia, oportunidad e innovación, que acompaña a estudiantes y profesores en la búsqueda de una educación transformadora, empoderadora e inspiradora.
Durante 720 días hemos trabajado con profesores y estudiantes de 21 municipios, que han contribuido al proceso de afianzar la educación pertinente, que incentiva la ciudadanía participante, en un modelo que intensifica el contacto de la escuela con la realidad. En este semestre, y gracias al apoyo de sus secretarías de Educación, trabajamos en las instituciones públicas de Itagüí, Envigado, Sabaneta, Caldas y La Estrella; a las que llegamos con el invaluable y complementario aporte de FundaMundo, el Área Metropolitana del Valle de Aburrá y Comfenalco Antioquia. Desde el primer semestre de 2010 hemos entregado 38 colecciones pedagógicas que han enriquecido el trabajo interactivo en las aulas. También hemos dictado talleres prácticos a unos 3.875 estudiantes de secundaria que han desencadenado la producción de 155 periódicos escolares, ejercicio que los forma en libertad de prensa y derecho a la información. Para desarrollar las capacidades de un periódico noticioso como texto escolar, hemos enviado a nuestra red de maestros, sugerencias de actividades en clase en torno a más de cuatro mil hechos informativos para trabajarlos desde las competencias académicas y ciudadanas.
En este proceso hemos avanzado en el diálogo de saberes. Esta conversación permanente nos ha permitido incorporarnos y sentirnos cada vez más a gusto en el sistema educativo colombiano, ratificando a los sujetos como principio, medio y fin del proceso formativo. Hemos aprendido que la educación existe por los sujetos que la realizan y asumimos entonces nuestro compromiso de dotarles de material e ideas que les facilite su labor. También asumimos las banderas de los maestros, por lo que reiteramos la exigencia de libertad de la profesora Rosalba Ariza Tierradentro, secuestrada en el Cauca, y las demandas por la protección eficaz de la infancia. Ratificamos nuestro compromiso con este modelo, que esperamos llevar a más municipios e instituciones educativas.
La culminación de la duodécima etapa de Educar mientras se informa coincide con la posesión de la economista Yaneth Giha, en el Ministerio de Educación, dependencia que estuvo acéfala durante 76 días, casi la mitad de duración del semestre académico en el que se hace la prospectiva pedagógica del nuevo año y justo en la etapa en que se convocaron los foros regionales para la construcción participativa del Plan decenal de educación. Por mandato constitucional y legal, cada Plan es la bitácora del sistema educativo durante una década. El que ahora se escribe será la guía del final de este Gobierno (si finalmente logra ser aprobado en 2017) y de los dos siguientes gobiernos, y tendrá como referentes los planes que fijaron la educación ciudadana como el gran propósito del sistema (1997-2006) y que impulsaron la cobertura con calidad (2006-2016).
Con el nombramiento de la ministra, expertos como el Phd Carlos Soto Lombana, exdecano de Educación en la UdeA, se han manifestado expectantes por los caminos que tomará el Ministerio en su relación con los actores del sistema educativo, que no pueden reducirse al poderoso sindicato de profesores oficiales, teniendo en cuenta que el proceso formativo es altamente dependiente de los sujetos (maestros, alumnos, rectores, familias) que en él participan, y que es sumamente sensible a la cualificación y estabilidad de los actores. También se han expresado inquietudes por el balance del programa Ser pilo paga, cuyo presupuesto para 2017, entre pagos de matrículas y subsidios, ascenderá a un billón de pesos. El país espera información sobre deserción y bajo rendimiento, que condenan a las familias que asumen los créditos de sus hijos. Ese valor es, según el Observatorio de la universidad colombiana, equivalente al déficit de las universidades públicas. Asimismo, quedan pendientes balances de la exposición mediática de los funcionarios, cuyo costo se ha calculado en $9.000 millones, y su beneficio en garantizar que la educación sea prioridad, no se conoce. La ministra Giha anuncia su foco en el desarrollo de infraestructura, como sustento de la jornada única y la equidad del sistema. Insistimos en la necesidad de asegurar programas idóneos a estas ampliaciones de cobertura; de lo contrario seguiremos postergando la verdadera oportunidad transformadora de una buena educación.
El plan decenal: un buen faro