Los escritores Lina María Pérez, Luis Noriega y Darío Ruiz, de la campaña educativa Adopta un autor, hablaron con estudiantes que hacen parte del proyecto para las aulas Educar Mientras se Informa, de EL MUNDO.
Tres autores colombianos se reunieron el pasado lunes. La cita giró en torno al tema de la relación con su público. Los espectadores fueron un grupo de 80 estudiantes de las instituciones educativas que hacen parte del proyecto para las aulas de clase Educar Mientras se Informa, en el conversatorio dirigido por el periódico EL MUNDO.
Dichos planteles educativos recibieron 12 cartillas con el mismo número de escritores en la etapa 13 de esta estrategia y con la campaña educativa Adopta un autor, realizada con el apoyo de la Fiesta del Libro y la Cultura.
Adopta un autor busca que las I. E. promuevan el hábito de la lectura. Estudiantes de los colegios Sor Juana Inés de la Cruz, Pedro Estrada, Orestes Sindicce y San Vicente de Paúl tuvieron la oportunidad de compartir un espacio de preguntas y enseñanza en torno de la literatura.
Lina María Pérez, Luis Noriega y Darío Ruiz, autores colombianos, coincidieron en considerar el acercamiento con el lector como algo vital para el escritor, así como fundamental para saber por qué son apetecidos en el mundo de los libros.
El conversatorio comenzó con la lectura de las biografías, momento en el que uno de los estudiantes presentes se aventuró a leer la de Pérez, con los detalles propios y entrañables de esta autora que se dejó cautivar a los 7 años por una versión infantil de Las mil y una noches. Luz María Tobón, moderadora de este conversatorio y subdirectora del periódico EL MUNDO, abrió este espacio con una pregunta que siempre se han cuestionado en algún momento los lectores, y es sí al momento de la creación de una obra literaria el escritor piensa en lo qué lo hace feliz o en lo qué hace feliz a su público. Las respuestas de los tres autores, aunque diversas, coincidieron en la necesidad de pensar lo que su público interpretaría al consumir esas líneas que hacen parte de su ser.
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"Yo cuando escribo estoy todo el tiempo pensando en lo que va a hacer el lector con el texto", replicó Noriega, quien agregó que su literatura es de un estilo muy siniestro. A su vez Ruiz, escritor y columnista de EL MUNDO, indicó: "Escribir para mí, en medio del Medellín tan violento, fue un acto de conciencia y rechazo a la barbarie. Aprender a escribir es lo que llaman equívocamente la felicidad".
Por su parte Lina María Pérez centró su respuesta en la necesidad de escribir, en la pasión que le despierta poder hacerlo y en ese "algo que tengo adentro que me dice que debo escribir esta historia. Las historias me persiguen", señaló.
La experiencia
Las preguntas continuaron de la mano de la curiosidad de los estudiantes, quienes ya habían leído la biografía y parte de sus obras, preguntaron aspectos como la edad en la que comenzaron su proceso de escritura, cuál libro famoso les hubiera gustado escribir, las ventajas y desventajas de ser escritor, qué sienten cuando el público les manifiesta admiración, entre otras más.
Vea la versión de los escritores:
Luz María Tobón, moderadora de este conversatorio y subdirectora del periódico EL MUNDO, abrió este espacio con una pregunta que siempre se han cuestionado en algún momento los lectores, y es sí al momento de la creación de una obra literaria piensa el escritor en lo que lo hace feliz o en lo que hace feliz a su público. Las respuestas de los tres autores, aunque diversas, coincidieron en la necesidad de pensar lo que su público interpretaría al consumir esas líneas que hacen parte de su ser.
La experiencia de conocer al escritor con el que estudiaron los últimos meses les permitió no sólo confrontar su obra, sino también conocer a fondo el mundo de la escritura de primera mano.
Así lo comentó la docente conocida como OEA (Olga Elena Arango), de la institución educativa Pedro Estrada, quien expresó que “como pedagogos tenemos que tener tiempos, espacios y momentos de mucha cultura con nuestros estudiantes para que ellos vayan creciendo en un acervo cultural que les dé mayor capacidad crítica y analítica para enfrentar su realidad”.
Agregó que este conversatorio les brindó “la posibilidad de hablar con personas que ya han hecho una vida literaria es un elemento fundamental en el crecimiento de todo joven que está en proceso de formación”.
El conversatorio culminó con el debate entre docentes del área de Lengua Castellana sobre cómo lograr que los estudiantes desarrollen el gusto por la lectura en un sistema educativo que exige la calificación, a lo que se concluyó que la idea era no imponer los libros ni la lectura, sino por el contrario, incentivar la admiración de chicos y jóvenes por alguna pasta, tema, libro o autor y así tomar su interés a favor de la literatura.
Cifra: 57 instituciones recibieron la campaña educativa Adopta un autor.