A lo largo de la historia, la peste ha provocado grandes pandemias con una elevada mortalidad. En el siglo XIV se la conoció como "peste negra" y provocó la muerte de unas 50 millones de personas en Europa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dijo este martes que el riesgo de propagación internacional de la peste neumónica, por el brote que se está registrando en Madagascar, “es bajo", y consideró que no existen razones para restringir los viajes o el comercio con este país.
"La OMS está en contra de cualquier restricción de viaje o de comercio con Madagascar", dijo el portavoz de la organización, Christian Lindmeier.
La peste neumónica afecta a los pulmones y se transmite a través de las excreciones bucales con consecuencias mortales si no es tratada entre 24 y 48 horas después del contagio, para lo cual se pueden utilizar antibióticos comunes.
A diferencias de pasados brotes de peste en Madagascar –donde esta enfermedad es endémica-, esta vez se ha propagado en algunas de las principales áreas urbanas del país, incluyendo la capital y ciudades portuarias, lo que hace temer consecuencias graves.
Por estas razones, la OMS ha enviado equipos a Madagascar que proporcionarán asistencia técnica a las autoridades, realizarán evaluaciones, apoyarán el sistema de vigilancia epidemiológica y trabajarán con las comunidades para contener la enfermedad.
Según la Organización Mundial de la Salud, la peste es una enfermedad infecciosa causada por Yersinia pestis, una bacteria zoonótica que normalmente se encuentra en animales pequeños y en las pulgas que los parasitan.
Existen tres tipos de peste y sus síntomas típicos son la aparición súbita de fiebre, escalofríos, dolor de cabeza y dolores generalizados, debilidad, vómitos y náuseas.
La peste bubónica (conocida en la Europa medieval como "peste negra") es la forma más común y está provocada por la picadura de pulgas infectadas.
El bacilo de la peste entra en el organismo por la picadura y se desplaza por el sistema linfático hasta el ganglio linfático más cercano, donde se multiplica. Las personas infectadas suelen presentar síntomas gripales tras un periodo de incubación de uno a siete días.
Por su parte, la peste neumónica o pulmonar es la forma más virulenta. El periodo de incubación puede ser de tan sólo 24 horas y, por lo general, se produce cuando la peste bubónica no es tratada a tiempo y logra avanzar a los pulmones. Las personas con esta bacteria pueden producir gotículas aerosolizadas infecciosas y transmitir la enfermedad a otros seres humanos. En ausencia de tratamiento, es invariablemente mortal.
Pero también se encuentra la peste septicémica, que se produce cuando la infección se propaga a la sangre tras una peste bubónica o neumónica. La tasa de letalidad oscila entre el 30% y el 100%.
Finalmente, La OMS resalta que tiene como objetivo la prevención de los brotes de peste manteniendo la vigilancia y la prestación de apoyo a los países en riesgo, a fin de que elaboren planes de preparación.