A las 10:00 de la mañana del 12 de diciembre encontraron a Alejandro Hernández, ingeniero de sistemas de 51 años, en la cama de su apartamento, envuelto en sábanas. Había muerto por asfixia mecánica, según el Sistema de Información para la Seguridad y la Convivencia (Sisc). Al lado del cuerpo, en trozo de cartón, estaba escrito a mano: “Por marica”.
Según el informe del Sisc, en el lugar de los hechos no había evidencia de robo, por lo que el asesinato fue catalogado de “crimen de odio”, puesto que la víctima fue atacada por su preferencia sexual.
En lo corrido de 2016, según estadísticas del Sisc, han ocurrido diez homicidios de miembros de la comunidad Lgbti, mientras que en 2015 se documentaron cuatro. Un aumento del 250%.  
Marcela Sánchez, directora de Colombia Diversa, explicó que “no se puede afirmar que haya aumentado la ocurrencia de asesinatos contra miembros de la población Lgbti, sino el registro de ellos. Este aumento ha sido evidente desde el año 2012”.
Sánchez señaló que el caso específico de Antioquia es preocupante, “históricamente ha sido el departamento con mayor número de muertes a personas Lgbti”. 
Las cifras de Colombia Diversa arrojan que en Antioquia entre 2012 y 2015 hubo 118 casos. Comparativamente, en Cundinamarca, sin tener en cuenta que la población es mayor, sólo hubo 19 casos. Casi un 1.000% de diferencia.
Respecto a estas cifras, Sánchez aclaró que “no todos los crímenes a personas Lgbti son crímenes de odio o prejuicio, sólo el 30% aproximadamente. En el caso de Alejandro Hernández no hay que hacer exámenes ni nada, es evidente que fue un crimen de prejuicio por su condición sexual”.
“Se tiene conocimiento que la Defensoría del Pueblo, ha atendido más de 100 casos de violencia contra personas Lgbti en 2016 en los cuales los hostigamientos tienen una fuerte carga homofóbica y transfóbica”, indicó el componente del Informe sobre la situación de derechos humanos en Antioquia que aborda esta problemática, realizado por Activistas Lgbti de Medellín e integrantes del Polo de Rosa.
Alejandro Gamboa, activista por los derechos de la población Lgbti, aseguró que este incremento de casos durante los últimos años “se da en parte por discursos discriminatorios que validan la violencia. La discusión sobre temas como la adopción por parte de parejas del mismo sexo, el matrimonio igualitario ha causado que tomen fuerzas discursos aparentemente inofensivos, pero que valida que podamos ser excluidos y da validez a los violentos”.  

Víctimas en el conflicto
El Informe resaltó que a partir de datos recolectados por la Unidad de Víctimas alrededor de 1.275 personas Lgbti han sido víctimas del conflicto armado interno en Colombia en los últimos 50 años: 82 han muerto, 172 han sido amenazadas y 930 han sido desplazadas. 
“Estas personas fueron agredidas principalmente por su orientación sexual diversa, además, fueron perseguidas, humilladas y asesinadas. Cabe destacar que entre las filas de estos grupos armados diversos, incluidos los estatales, la condición sexual también fue motivo de persecución, castigo y exclusión”, precisó el Informe.