El helado blando es un producto que se consume sin importar los niveles socio-económicos, los climas, ni la edad de la población. Además, actualmente gana protagonismo en la industria
nacional por el uso de máquinas dispensadoras en diversos establecimientos, imponiéndose en gran medida a los helados artesanales.
El mercado de helados en Colombia sumó US$459,4 millones en 2015 con un crecimiento promedio de 4,2% entre 2010 y 2015, cuya proyección sería US$535,1 millones en 2020, registrando un crecimiento promedio anual de 3,1% entre 2016 y 2020 según datos de la consultora internacional Euromonitor. De acuerdo con Inssa, empresa pionera en dispensadores, el 70% de las ventas de helado blando se presenta en cono y el 30% en vaso, tipo “Sunday”, evidenciando que la industria del helado nacional crece a un ritmo acelerado por su preferencia en los consumidores.
Sergio Ignacio Soto, director ejecutivo de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco) regional Antioquia, manifestó que este sector de la repostería viene creciendo y tiene una alta variedad de productos y precios racionales a pesar de la competencia.
Jairo Valderrama, director comercial de la línea Horeca de Inssa, explicó que el aumento en el consumo del helado blando en el país, se debe a que los “momentos de consumo” han cambiado y la oferta es cada vez más amplia, cuyas razones obedecen a la oferta y multivariedad de sabores en establecimientos que no era común encontrar un helado, como en almacenes y supermercados de cadena, restaurantes, fruterías, panaderías, tiendas de barrio, estaciones de combustible y negocios de “paso”.
En ese sentido, Valderrama comentó que otro factor es la rentabilidad, porque el amplio margen que se obtiene en las ventas de helados blandos ha disparado el ambiente emprendedor.
El costo del helado blando oscila entre $500 y $600 para un precio de venta desde $1.500 a $2.000, lo que aporta más de 200% de rentabilidad como negocio.
También se destaca porque es un producto para todos los climas. Javier Ossa, gerente de Inssa, comentó que el clima tampoco es ahora una barrera para la venta.
“Los indicadores de ventas señalan que en ciudades consideradas frías el crecimiento en consumo es tan parecido a las ciudades que ostentan climas cálidos”, indicó.
Asimismo, el helado blando es un producto de consumo masivo porque no importan las edades, el género, el momento o el nivel socioeconómico. “Esta industria se está produciendo con mucha calidad, tecnología de punta, genera empleos y hace parte de la dieta alimenticia de los colombianos, incluso de cualquier edad y condición socioeconómica”, señaló Soto.
Otra ventaja es la facilidad de montar un negocio de venta de helados, ya que sólo es necesario un metro cuadrado y capital para iniciar.
Ossa puntualizó que en Colombia existen cerca de 5.000 máquinas dispensadoras de helado blando con una capacidad de venta entre 50 y 100 helados diarios y cuyo volumen se triplica los fines de semana.