Este el es uno por uno del juego entre colombianos y bolivianos, para los futbolistas nacionales.
David Ospina: terminó con el uniforme límpio y tocó el balón solo un par de veces.
Mateus Uribe: le costó acomodarse en la cancha y aunque intentó incursiones en ataque no tuvo la claridad que se la ha visto en Nacional en los últimos partidos.
Yerri Mina: por poco comete un error gravísimo en una devolución para David Ospina que pudo terminar en autogol, pero en el trámite no tuvo mayores problemas y estrelló un balón en el travesaño que pudo significar el primero para Colombia.
Cristian Zapata: en su regreso a la selección se mostró sobrio y efectivo cuando tuvo que controlar alguna escaramuza del delantero boliviano Marcelo Martins.
Pablo Armero: se vio pasado de peso. Tuvo voluntad para aportar en ataque, pero si antes cuando estaba en el fútbol de alta competencia tenía varios aspectos por corregir, ahora en su ocaso de su carrera es poco probable que vaya a aportar más de lo que se le conoce y a solventar las falencias de la selección por las bandas.
Lea: Colombia le ganó a Bolívia sin sobrarle nada
Carlos Sánchez: tal vez el mejor del equipo; cumplió con sus funciones a cabalidad: quitó y entregó generalmente bien.
Macnelly Torres: no brilló y fue errático en las decisiones. Su precisión quirúrjica para filtrar pases no estuvo presente y tampoco encontró un socio con quien asociarse y tejer fútbol.
James Rodríguez: respetando conceptos, fue el peor jugador de la cancha. Hace mucho que el volante del Real Madrid está necesitando un jalón de orejas, porque su actitud en la cancha hace rato es poco más que reprobable. Incapaz para generar fútbol y liderazgo. El problema es que no parece que nadie dentro del equipo tenga la iniciativa para hacerle esa reprimenda a un jugador cuyo bajo rendimiento es clave en la pobrísima producción de Colombia en los últimos juegos.
Juan Cuadrado: si lo retrasan, carretea innecesariamente. Si lo suben para encarar al lateral, se devuelve y evita los duelos. Juan Guillermo Cuadrado se volvió un dolor de cabeza dentro de la formación, pues no tiene un sector específico donde pueda rendir y su desequilibrio le hace mucha falta a Colombia para producir opciones de gol.
Carlos Bacca: mal en la definición y mal en el trabajo de aguantar la marca y pivotear. Un solo gol en los últimos ocho partidos con la selección Colombia son la evidencia de que es hora de dar paso a otro delantero como opción de ataque.
Luis Muriel: salió sustituido a los 33 minutos por lesión y no pudo demostrar su capacidad para aportarle al equipo.
Luis Quiñones: entró en reemplazo de Luis Muriel y poco aportó en la banda izquierda.
Edwin Cardona: entró a los 75 minutos por Caros Bacca. Quizás muy tarde para todo lo que podía aportarle: desequilibrio, mano a mano y remate desde larga distancia. Pero no tuvo tiempo para pesar en el partido.
Duvan Zapata: Entró por Mateus Uribe a los 63 minutos y demostró en esos pocos minutos que tiene con qué ser titular: aguantó bien de espaldas y se mostró movedizo en el área.