El esfuerzo por hacer un mundo mejor a partir de su apropiada comprensión, gracias a la razón, a la ciencia y al espíritu humanista, nos lleva a la noción de progreso.
La inconsistencia intelectual de algunos humanos los lleva a argumentar inicialmente que se renuncia a un cargo por razones morales, para luego retirar la renuncia por razones de honor, lo cual lleva a evidenciar que para dicha persona el honor está por encima de la moral, lo cual me hace acordar del razonamiento natural de Don Vito Corleone.
Para Maquiavelo, los poderosos de todos los tiempos se han apoyado en el miedo, el odio o la esperanza para conducir al rebaño de los humanos, al cumplimiento de sus intereses particulares.
Decía Kant en un escrito por allá en 1784 que “La Ilustración es la salida de la humanidad de su autoculpable inmadurez, reflejada en su perezosa y cobarde sumisión a los dogmas y fórmulas de las autoridades religiosas o políticas”, ante lo cual proclamaba Kant, ¡Atrévete a saber!
Y ese saber, desde el mundo de las ideas, nos lleva a rescatar cuatro conceptos que le han dado nuevo sentido al paso de los humanos por el planeta: la razón, la ciencia, el humanismo y el progreso, conceptos que en el momento histórico actual son atacados por distintos frentes por algunas élites de todo tipo que añoran el autoritarismo superado y por qué no, quisieran recomponer a su acomodo, el curso y el devenir de la historia.
La razón pretende hacer objetiva nuestra comprensión del mundo. La ciencia refina la razón y hace mucho más precisa nuestra comprensión del mundo. El humanismo nos regocija con la idea de una naturaleza humana universal. El esfuerzo por hacer un mundo mejor a partir de su apropiada comprensión, gracias a la razón, a la ciencia y al espíritu humanista, nos lleva a la noción de progreso, que incluye aspectos intelectuales, morales y materiales, que muchas veces se reflejan en las instituciones humanas.
Bajo una perspectiva mucho más amplia, existen ideales ilustrados como la prosperidad y la paz, en permanente elaboración.
La noción de ilustración hace que reconozcamos que progreso, paz y prosperidad sin humanismo, no son ni progreso, ni paz, ni prosperidad verdaderos.
Ahora bien, una cosa es el proceso evolutivo de las ideas y de los conceptos como nos los presentan para el caso Europeo y otra la manera muchas veces atropellada o impuesta como llegaron al Nuevo Mundo, desconociendo culturas, costumbres y vivencias de los humanos que de manera organizada poblaban esta parte del planeta, así como la presencia de humanos en el lejano oriente, con milenios de trasegar histórico.
Se espera que un Sistema Educativo integral, alfabetice, instruya, capacite y forme humanos, ciudadanos y seres sociales que puedan desempeñarse con solvencia e idoneidad en las esferas sociales, políticas y económicas, con criterios de respeto, coexistencia y de solidaridad.
Aparecen conceptos como la igualdad, la libertad, la justicia, la democracia, la tolerancia, la nación, entre otros varios que ponen en evidencia, los disímiles grados de desarrollo alcanzados y la carencia de estándares adecuados para evaluar objetivamente su desarrollo entre diferentes grupos sociales.
Gran compromiso para los humanos en función de la humanidad y guiados por el humanismo en un mundo ya globalizado, el conocer, reconocer y apropiarse de aquellos conceptos que hoy marcan el rumbo de una modernidad que por primera vez en la historia convoca a todo el planeta.