Antonio Ortuño ganó el V Premio Ribera del Duero de relatos

Autor: EFE
5 abril de 2017 - 04:10 PM

El autor mexicano fue galardonado por este premio, por su gran dominio que tiene para tratar un tema común a todos los relatos y por su sentido del humor que no le resta fuerza a la emoción de sus tramas.

España

El mexicano Antonio Ortuño fue el ganador del V Premio Ribera del Duero de narrativa breve, dotado con 50.000 euros (53.000 dólares), por "La vaga ambición", libro en el que habla de la naturaleza de la escritura con un "gran dominio", según el jurado, el cual destacó su capacidad para divertir y conmover.

Según el fallo hecho público el pasado martes en rueda de prensa, el jurado otorgó este premio a Ortuño (Zapopan, México, 1976) por el "gran dominio que demuestra para desarrollar un tema común a todos los relatos" y por su "capacidad humorística que no va en detrimento de la emoción".

Un total de 845 autores de 36 países, en su mayor parte de España y Latinoamérica, se presentaron a esta edición del certamen bianual que convoca la Denominación de Origen Ribera del Duero (en la región de Castilla y León) en colaboración con la editorial Páginas de Espuma.

Además de libros de relatos, Ortuño es autor de varias novelas como "El buscador de cabezas", "Recursos humanos" o "El rastro", entre otras.

Los finalistas este año fueron, además de Ortuño, los españoles Rogelio Blanco, Jesús Ferrero y Elvira Navarro y el argentino Patricio Pron.

De abuelos españoles, la madre de Ortuño nació también en España, concretamente en Valencia, en medio de un bombardeo durante la guerra civil, aunque siempre se sintió madrileña.

Emigró a México, según recordó el autor, que confesó ser seguidor del Atlético de Madrid y recordó que escribía de forma compulsiva hace muchos años pero sin pensar que fuera a ser su profesión.

"El Cholo Simeone es más importante que García Márquez", bromeó el escritor.

El autor mexicano explicó que su libro es una colección de relatos "que funciona como un organismo, con un narrador y un protagonista común que es un escritor que aparece en todos los cuentos, menos en uno que es precisamente un relato que escribe ese autor".

En sus relatos, Ortuño realiza una reflexión constante sobre lo que significa narrar y lo que es ser escritor "no en términos románticos y trascendentales sino a ras de campo. Lo que es sobrevivir a humillaciones, juegos florales municipales, lo que es cotidiano y de lo que no se escribe nunca".

De una forma "descarada e irónica", el autor mexicano consideró que hay "algún componente autobiográfico no confesional" que le ha servido "para alimentar la caldera de la ficción".

En sus relatos no aparece el escritor como un "gurú trascendental que ve las cosas que no ven los demás sino que prima ese autor que como parte de una picaresca tiene que sobrevivir, como lo hacen los camareros o los inmigrantes".

"Seguro que hay escritores que son superestrellas que lo pasan muy bien viajando en primera clase y desayunando champán pero lo normal es que un autor escriba en los ratos libres que le deja otro oficio", afirmó Ortuño, y señaló que él ejerció de periodista durante 20 años.

El escritor aseguró que intenta partir de cero en cada nuevo libro porque aunque hay autores que "escriben siempre la misma novela destinada a su millón de lectores que quieren lo mismo", otros solo se sienten satisfechos si buscan un nuevo reto.

Para él, su profesión tiene "una carga ineludible de frustración. No es como cultivar geranios". Escribir, aseguró, es tan difícil "como operar un cerebro" y la técnica literaria es "endemoniadamente complicada".

El jurado del galardón estuvo presidido por la escritora Almudena Grandes, quien señaló que se sentía afortunada porque su obra preferida había resultado ganadora.

Incertidumbre, vulnerabilidad, pasión y miedo son algunos de los sentimientos del protagonista cuando escribe, según resaltó Grandes de un libro que calificó de "certero, emocionante y muy divertido".

El jurado estaba también integrado por los también autores Juan Bonilla y Sara Mesa, además de Enrique Pascual García, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Ribera del Duero; Juan Casamayor, director de la Editorial Páginas de Espuma y Alfonso Sánchez, secretario general del Consejo Regulador.

 

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