Las condiciones para sufragar en los comicios legislativos de marzo han mejorado en el país por el tránsito de las Farc de las armas a la política, pero no se puede bajar la guardia, alertó la MOE.
Aunque la buena noticia en el campo electoral nacional es que han bajado los riesgos para el ejercicio electoral en este 2018, esa tendencia de reducción no es muy significativa en el Departamento de Antioquia, donde siguen existiendo muchos peligros para el sufragante.
A esa conclusión llegó la Misión de Observación Electoral, MOE, al revelar este martes en Medellín “El mapa y los factores de riesgo electoral en Antioquia” para los comicios de Cámara y Senado, en lo que tiene que ver con hechos violentos y los problemas relacionados netamente con los aspectos electores.
Tanto es así que ni siquiera el Valle de Aburrá se escapa y Medellín es de riesgo electoral por circunstancias violentas, mientras que en Bello, según la MOE, se combinan los dos factores: el violento y la inseguridad en el proceso eleccionario.
En esta zona central de Antioquia, también presentan anomalías para el libre ejercicio del voto, los municipios de Copacabana, Caldas y Envigado.
En su informe, esta misión veedora expresó que para el 2018 se han identificado en toda Colombia 355 municipios en riesgo de fraude para la votación a la Cámara (el 32% del país) y 379 en igual condición para la elección al Senado (el 34% de Colombia).
Pero a pesar de una importante reducción frente a años pasados, sigue habiendo 306 municipios en riesgo por factores de violencia que pueden afectar las elecciones (el 27% de los municipios colombianos). Y en 170 poblaciones colombianas (el 15% del país) coincide el riesgo de fraude y de violencia, lo que lleva a la MOE a hacer un llamado especial sobre estas poblaciones.
En Antioquia existen 35 de los 125 municipios en riesgo por coincidencia de factores indicativos de fraude electoral y de violencia para las elecciones 2018, correspondientes al 28% del territorio departamental. Son:
En riesgo extremo están estos once municipios: Anzá, Briceño, Cáceres, Ituango, Murindó, Remedios, San Andrés de Cuerquia, Segovia, Tarazá, Turbo, Valdivia.
En riesgo alto otros diez: Apartadó, Armenia, Bello, Buriticá, Dabeiba, El Bagre, Entrerríos, Puerto Berrío, San Carlos, Zaragoza.
Y catorce en riesgo medio: Betania, Campamento, Cañasgordas, Carepa, Chigorodó, Copacabana, Frontino, Necoclí, Sabanalarga, San Rafael, Sonsón Uramita, Urrao, Vegachí
El Nordeste antioqueño, las zonas aledañas al sur de Bolívar, así como el nudo de paramillo, en los límites entre Córdoba y Antioquia, y regiones aledañas como el Bajo Cauca antioqueño al oriente y el Urabá antioqueño y chocoano al occidente, son algunas de las zonas que han vivido décadas de conflicto armado protagonizado por distintos actores, y en el mismo sentido, en estos lugares la presencia del Estado tiene grandes falencias. Por ejemplo, todos estos territorios están cobijados en las zonas donde la MOE alerta por riesgos que son barreras infraestructurales a la democracia, como la falta de cedulación y la dificultad de acceso a puestos de votación.
Antioquia cuenta con trece municipios del Bajo Cauca y Nordeste que hacen parte de los Planes de Desarrollo con Enfoque Territorial PDET. De estos, nueve se encuentran en riesgo por factores coincidentes, once en riesgo por fraude a la Cámara, nueve por fraude al Senado y once por factores de violencia.
Así mismo, cuenta con ocho municipios del Urabá que también hacen parte de los PDET. De estos seis se encuentran en riesgo por factores coincidentes, siete en riesgo por fraude electoral para la Cámara, cinco por fraude electoral al Senado y seis por factores de violencia.
Sin lugar a dudas, lo que suceda en los territorios PDET en las próximas elecciones será una de las mejores fuentes de diagnóstico para determinar en qué condiciones la democracia colombiana llega al ‘posconflicto’.
La MOE explicó que el riesgo electoral es el resultado del encuentro entre las amenazas que se ciernen sobre el correcto funcionamiento del sistema electoral y las vulnerabilidades, o los puntos débiles, que tiene este sistema, que le impiden resistir a esas amenazas.
En materia del riesgo de fraude electoral, las amenazas son todos los actores interesados en adulterar los resultados electorales, ya sea mediante la presión o la manipulación de los ciudadanos, o a través de la alteración de los tarjetones o de los formularios de conteo de votos en los escrutinios.
Por su parte, las vulnerabilidades dependen de la capacidad que tienen las instituciones y los actores que hacen funcionar nuestra democracia para enfrentarse a esas amenazas.
Es ese frente Antioquia presenta 63 municipios con algún nivel de riegos de fraude electoral para la Cámara de Representantes, que corresponde al 50% de los municipios de Antioquia.
Con riesgo extremo figuran estos nueve: Angostura, Anzá, Concordia, Guadalupe, Murindó, Nariño, San Francisco, San Roque y Segovia.
Entre tanto 23 municipios aparecen con riesgo alto, así: Amalfi, Anorí, Argelia, Bello, Betulia, Cáceres, Caramanta, Dabeiba, El Bagre, Entrerríos, Girardota, Granada, Guatapé, Ituango, Mutatá, Remedios, Salgar, San Andrés de Cuerquia, San Carlos, San Luis, Tarazá, Toledo y Zaragoza.
Y 31 se encuentran en riesgo medio. Son: Abejorral, Apartadó, Armenia, Betania, Briceño, Buriticá, Caicedo, Caldas, Campamento, Cañasgordas, Carepa, Chigorodó, Ciudad Bolívar, Cocorná, Copacabana, Frontino, Guarne, Itagüí, Liborina, Necoclí, Rionegro, Sabaneta, San Rafael, Santafé de Antioquia, Sonsón, Turbo, Uramita, Urrao, Valdivia y Vigía del Fuerte Yolombó.
El análisis de los riesgos por fraude electoral para el Senado concluyó que 58 municipios de Antioquia se encuentran en esta situación, cifra que corresponde al 46% de los municipios del departamento. Son:
Seis en riesgo extremo: Alejandría, Cocorná, Ituango, Murindó, San Andrés de Cuerquia y San Francisco.
En riesgo alto figuran estos 16: Amalfi, Angostura, Anorí, Anzá, Argelia, Concordia, Entrerríos, Envigado, Girardota, Guadalupe, Nariño, Remedios, Salgar, Toledo, Valdivia y Vigía del Fuerte.
Y 36 en riesgo medio: Abejorral, Abriaquí, Apartadó, Armenia, Briceño, Cáceres, Caldas, Campamento, Cañasgordas, Caracolí, Caramanta, Carepa, Dabeiba, El Carmen de Viboral, Fredonia, Granada, Guarne, Hispania, Necoclí, Peque, Puerto Berrío, Puerto Triunfo, Rionegro, Sabanalarga, San Carlos, San Luis, San Pedro de Urabá, San Rafael, San Roque, Santafé de Antioquia, Santo Domingo, Sopetrán, Tarazá, Urrao, Vegachí, Zaragoza.
En el consolidado de riesgo por factores de violencia para los comicios del 2018, se analizaron los factores externos al sistema electoral de naturaleza violenta que pueden llegar a afectar el normal desarrollo de las elecciones de este año.
En tal sentido la MOE identificó un total de 311 municipios con posible riesgo por factores de violencia para las elecciones legislativas de marzo, las de la menor cantidad de territorios en riesgo desde el año 2007 cuando se identificaron 576 municipios.
En esta radiografía, Antioquia cuenta con 46 de sus 125 municipios con algún nivel de riesgo por factores de violencia (36,8%). Son:
Nueve municipios con riesgo extremo, así: Briceño, Cáceres, Ituango, Medellín, Remedios, Segovia, Tarazá, Turbo y Valdivia.
En riesgo medio se encuentran trece: Apartadó, Armenia, Bello, Buriticá, Caucasia, Dabeiba, El Bagre, Nechí, Pueblorrico. Puerto Berrío, Puerto Nare, Yarumal y Zaragoza.
Y 24 en riesgo medio que son: Anzá, Arboletes, Barbosa, Betania, Campamento, Cañasgordas, Carepa, Chigorodó, Copacabana, Ebéjico, Entrerríos, Frontino, Murindó, Necoclí, Sabanalarga, San Andrés de Cuerquia, San Carlos, San Jerónimo, San Rafael, San Vicente, Sonsón, Uramita, Urrao, Vegachí.
Estos observadores electorales recordaron que existen cuatro macro regiones colombianas que históricamente se han visto afectadas por el conflicto:
1. El Catatumbo (Norte de Santander)
2. La Serranía de San Lucas, Nudo de Paramillo y Urabá (regiones geográficas correspondientes al sur de Bolívar, las subregiones de Bajo Cauca y Nordeste y Urabá en Antioquia, y el sur de Córdoba y el norte de Chocó).
3. El Pacifico Sur y Centro (Sur de Chocó, Valle del Cauca, Cauca y Nariño).
4. EL Sur Oriente del país (Meta, Guaviare, Putumayo, Caquetá, Vichada).
La Serranía de San Lucas, el Nudo de Paramillo y Urabá históricamente ha estado en disputa debido a la estratégica ubicación que tienen, no sólo para el tráfico de narcóticos, sino también para la explotación de minería legal e ilegal.
Grupos al margen de la ley hacen presencia en este corredor, lo cual lleva a que se presente riesgo para la elección de este año. Por eso, indicaron, se hace necesaria la presencia del Estado, con todas sus instituciones, para mitigar las amenazas que se ciernen sobre esta región.
Se ha incrementado el surgimiento de grupos armados organizados o pequeños narcotraficantes que están tomando los territorios dejados por las Farc. Este fenómeno puede llegar a interferir los comicios de Senado y Cámara, no solo de manera violenta, sino también en la financiación de campañas.
Y el estudio de la MOE termina diciendo que “el contexto político en el cual se desarrollarán los comicios de este año está marcado por una reducción de los indicadores de violencia determinado por el tránsito de las Farc de las armas a la política. No obstante, es fundamental rastrear las dinámicas que vinculan la política, los recursos financieros y la violencia, pues los retos de seguridad para las elecciones del posconflicto serán aún mayores en las elecciones locales de 2019, y esto requiere una preparación desde este año para enfrentar el problema".