Antioquia anunció este miércoles la firma de un convenio entre el Sena y el Centro Provincial Minero del Alto Nordeste Antioqueño (Cpgmag), por un valor de 1.540 millones de pesos, con el que se buscará erradicar la utilización del mercurio en catorce plantas de beneficio de oro.

Según cifras de la Gobernación de Antioquia en cada mina de oro del departamento se utilizan entre uno y cinco kilogramos de mercurio por mes. Se calcula que con la implementación de este proyecto se evitará el uso de entre entre 14 y 70 kilogramos de mercurio.

Por otra parte, otro de los elementos que causan preocupación cuando se habla de minería es el uso del cianuro; ante esta preocupación el Viceministro de Minas, Carlos Andrés Cante apuntó que “durante la eliminación de uso del mercurio se analizó el tema del cianuro y las consideraciones técnicas son totalmente distintas entre uno y otro elemento, con un adecuado manejo de los procesos de cianuración para el beneficio del oro no existen efectos contaminantes así que no se da el mismo impacto. Los análisis los vamos a seguir haciendo pero la cianuración está siendo uno de los elementos a emplear para poder eliminar completamente el uso del mercurio en las actividades de beneficio del oro”.

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Cante se refirió al tema de las consultas sobre minería que se vienen realizando en el país,frente a las que manifestó que “en Colombia venimos defendiendo el ejercicio de una minería bien hecha y da pesar que en el nordeste antioqueño y el bajo cauca se hayan convertido en una zona de turismo contaminante porque cada vez que viene un organismo de cooperación internacional quiere sobrevolar el nordeste, el bajo cauca, el Rio Atrato y encontramos que lastimosamente cuando algún medio de comunicación se refiere a la actividad minera siempre usa una foto de esa zona donde no hay licencias y nunca han pedido un titulo minero. Eso contribuye a la mala imagen que se tiene de la minería”

El viceministro expresó que las consultas populares invitan a reflexionar lo que está pasando en los territorios y obliga a mayor pedagogía sobre el tema de la minería, pero concluyó afirmando que el debate se debe sustentar en la realidad y no por medio de falsos argumentos que terminan en perjuicio para las poblaciones de zonas en las que se rechaza la vocación económica de la región.