Colombia organizó un seminario durante la Comisión de Estupefacientes de la ONU que se celebra hasta el viernes en Viena.
El Gobierno de Colombia defendió este martes durante una reunión de Naciones Unidas en Viena que el desarrollo de cultivos de cannabis medicinal supone una oportunidad social y económica para el país.
Colombia organizó un seminario durante la Comisión de Estupefacientes de la ONU que se celebra hasta el viernes en Viena, titulado "Usos lícitos y mercados para cannabis, hoja de coca y amapola: rompiendo los desequilibrios y el estigma bajo el enfoque de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el Problema Mundial de las Drogas (UngaSS)".
El ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, participó en esta mesa redonda y recordó que Colombia es uno de los 23 Estados del mundo con una legislación sobre cannabis medicinal, basada en las evidencias científicas que otorgan a esta planta valor terapéutico.
Esta legislación está en línea con los tratados internacionales sobre drogas, que permite cultivos bajo supervisión estatal para hacer frente a la demanda internacional con fines médicos.
"Es una oportunidad económica para los campesinos cultivadores del cannabis que están transitando desde el mundo de la ilegalidad al mundo de lo legal", afirmó el ministro en ese seminario.
Semejante política, agregó, apoya "el desarrollo territorial en zonas estratégicas dentro de la implementación del acuerdo de paz" con las Farc. El cannabis medicinal está dentro de la estrategia del Gobierno de "privilegiar la salud y poner al ser humano en el centro de las políticas públicas", explicó Gil Botero.
De las plantaciones de cannabis medicinal, al menos el diez por ciento deberá provenir de pequeños productores, subrayó el ministro. "Esperamos insertarnos en esta creciente industria mundial para responder a necesidades médicas y terapéuticas de colombianos y ciudadanos de otras latitudes", afirmó.
"Este nuevo mercado abre posibilidades para Colombia sobre todo en este momento en el que la transición a la paz nos demanda políticas innovadoras de desarrollo para atender las necesidades de poblaciones y territorios vulnerables", resumió.
"Es una forma de contribuir al desarrollo social de comunidades pobres que han sido vulneradas durante décadas", agregó el ministro.
"Colombia tiene otorgado un cupo de producción de unas 40 toneladas de cannabis medicinal". Pese a la existencia de usos lícitos recogidos en los tratados, tanto para cannabis o la amapola, Gil Botero denunció la existencia de un "estigma" y de un "tabú" indicó el ministro.
"Existe una carga moral para aceptar el nivel de evidencia (científica) que ya existe alrededor del valor terapéutico del cannabis y sus aplicaciones en el tratamiento del dolor y otras patologías", indicó.
Gil Botero manifestó que, por el momento, los medicamentos, como producto elaborado, no se van a producir en el país ya que todavía se están dando las licencias para los cultivos. La producción colombiana de cannabis, es, por el momento para la exportación, subrayó.
Gil Botero espera que con el paso del tiempo Colombia pueda cubrir el cupo de cultivo lícito de unas 40 toneladas que tiene asignado. El responsable de la cartera de Justicia consideró que la política en esta materia se mantendrá aunque haya un cambio de Gobierno.
"Se ha permitido pasar de un nicho de ilegalidad a un escenario de legalidad a favor de la salud y la industria, así que no creo que nadie se oponga a una transformación de lo ilícito en lícito", concluyó.