Kevin Anderson, quien se enfrentará en la penúltima ronda con el ganador del duelo entre Rafael Nadal y Juan Martín del Potro, se convirtió en el primer surafricano en lograr las semifinales de Wimbledon desde Kevin Curren en 1983.
El surafricano Kevin Anderson salvó este miércoles una bola de partido y logró lo que parecía imposible, vencer a Roger Federer en el templo del suizo en Wimbledon, por 2-6, 6-7 (5), 7-5, 6-4 y 13-11, para alcanzar por primera vez las semifinales en este Grand Slam.
El gigante de Johannesburgo cambió el signo del encuentro cuando en el tercer set, con 5-4 para el de Basilea, y sirviendo el surafricano, un tiro de revés de Federer se fue a la red. Se esfumaba así una bola de partido para el suizo, que casi dos horas después, perdía por primera vez en Wimbledon desde las semifinales de 2016, ante Milos Raonic.
Relegado a la pista 1, saliendo de la central del club, por primera vez en tres años, Federer sucumbió después de ganar los dos primeros sets, mermado físicamente, sin velocidad en sus desplazamientos, y confiando únicamente en su servicio, en cuatro horas y 14 minutos, con 90 minutos en el último set, gran batalla cerrada con un punto de saque de Anderson.
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Ya no podrá ganar por novena vez el título en el All England, e igualar así con la estadounidense de origen checo Martina Navratilova. Tampoco hacerse con su título 99. La de este miércoles es la segunda afrenta sobre hierba en menos de tres semanas, tras caer en la final de Halle con el croata Borna Coric.
De un plumazo, Anderson se olvidó de la remontada que Novak Djokovic le hizo en el 2015, quizás una de sus grandes frustraciones. La victoria de hoy contra Federer, la primera en cinco encuentros, después de no haber podido ganarle un solo set antes, le supo a gloria.