De acuerdo con la última Encuesta de Ambiente Escolar de la Alcaldía de Medellín, en los colegios de la ciudad ha mejorado la seguridad y la convivencia, aspectos importantes para garantizar entornos adecuados para el aprendizaje.
La Alcaldía de Medellín aplica anualmente la Encuesta de Ambiente Escolar a estudiantes, docentes y padres de familia de todas las instituciones educativas oficiales y a algunas privadas, con el fin de medir la forma en que se relacionan y se comunican los miembros de la comunidad académica y la manera en que involucran a docentes, padres y comunidad en general, en el proceso de aprendizaje de los estudiantes.
De acuerdo con los resultados de la encuesta realizada en 2016, la percepción general del ambiente escolar en la ciudad mejoró, al pasar de 7,05 en 2015 a 7,21 en 2016, en una escala que va hasta 10. Para la medición se tienen en cuenta cuatro dimensiones: expectativas académicas, participación, comunicación, seguridad y respeto.
Liliana Gallo, psicóloga magíster en Educación y docente de la Universidad de Medellín, aclaró que “el clima escolar está relacionado con patrones de conducta, pero cuando hablamos de ambiente va más allá del patrón comportamental y tiene que ver con la infraestructura, las relaciones entre todos incluyendo a los directores docentes, es un aspecto muy importante y abarcador”.
Jorge Iván Ríos, subsecretario de Prestación del Servicio de la Secretaría de Educación, indicó que en el campo pedagógico está ampliamente estudiada y comprobada la relación directamente proporcional entre afecto, tranquilidad y buen vivir, con el desarrollo intelectual de los alumnos.
El subsecretario atribuyó el aumento del resultado general de esta encuesta al programa Escuela Entorno Protector, “que busca una influencia directa sobre la convivencia, la articulación de los padres de familia, las relaciones entre los estudiantes, con los profesores y los directivos. Eso nos permite tener un control sobre las variables que evaluamos, además de animar, fortalecer y proponer una transformación cultural”.
Ríos agregó que “el programa Entornos Protectores es la plataforma de trabajo y la encuesta es un instrumento. Esas son las dos maneras que tenemos para reconfigurar permanentemente la convivencia en beneficio del desarrollo cognitivo”.
A pesar de la mejoría en el resultado, los colegios públicos y por cobertura siguen teniendo mejores ambientes para el aprendizaje. Según señaló la encuesta, mientras el sector oficial tuvo un promedio de 6,97, el puntaje de los colegios de cobertura fue de 7,60 y aún mayor fue el de los colegios privados con 7,67.
Esta brecha entre colegios públicos y privados está relacionada con siete grandes problemas que la Secretaría de Educación identificó en las escuelas públicas y que afectan el desarrollo intelectual. Estos son: suicidio, matoneo o bullying, reclutamiento, abuso sexual, embarazo adolescente, consumo de sustancias psicoactivas y trabajo infantil.
En relación con la percepción de Alejandro García, personero de la Institución Educativa Presbítero Antonio José Bernal Londoño, de la comuna 5, el ambiente escolar ha estado igual. García aseguró que en su colegio se ven embarazos adolescentes, matoneo, consumo de drogas y suicidio.
Sobre el matoneo, señaló que “se ve todos los años, en todos los salones y ya parece algo normal”.
En cuanto a la seguridad, el personero evidenció que “por fuera del colegio es muy mala, ha habido varios robos y a los estudiantes les da miedo caminar solos. Pero dentro del colegio los estudiantes nos sentimos seguros, es un ambiente adecuado en ese sentido”.
Entre los colegios públicos, el que mejoró más en su ambiente escolar, según los últimos resultados, es la Institución Educativa Héctor Abad Gómez, ubicada en la comuna 10. Esta institución tuvo un promedio en 2015 de 5,9, mientras que el año pasado subió a 7,2.
El mega-colegio, aledaño a la Placita de Flórez, tiene una población diversa con niños indígenas, en situación de discapacidad, con enfermedades terminales, población afro y Lgtbi.
Elkin Ramiro Osorio Velásquez, rector de la institución, explicó que “por la misma diversidad y el criterio de inclusión de la institución, los estudiantes, docentes y padres de familia sienten que mejoró el ambiente escolar. Aquí respetamos las minorías y las diferencias, trabajamos bajo el enfoque de restitución de derechos”.
Osorio también resaltó los altos niveles de promoción de la participación de los estudiantes, con designación de personeros estudiantiles en preescolar, quinto de primaria, décimo, once y en la nocturna. Igualmente cuentan con contralor escolar y una página web en la que socializan la información.
“Ahí están las circulares, la asistencia y las calificaciones de los muchachos. Ahí también están los gastos de la institución, los contratos, acuerdos del concejo directivo y académico. Toda esa información es pública”, señaló el rector.
No obstante, el problema más recurrente según el directivo es el consumo de drogas “porque estamos al lado de plazas históricas de venta de drogas en la ciudad. Para esto hacemos campañas, trabajamos en la prevención de las drogas pero definitivamente sí hay un problema externo que le toca resolver a la Secretaría de Gobierno, de Seguridad y a la Policía”.
Por otra parte, la institución educativa que presentó la cifra negativa más alta en el ambiente escolar fue la Institución Educativa San Vicente de Paúl, ubicada en Robledo. Los resultados de la encuestan señalan que en 2015 el colegio tuvo un puntaje de 7,6, mientras que el año pasado el promedio bajó a 6,3.
La rectora de la institución, Yolanda Lozano Barbosa, explicó que el año 2016 fue atípico porque “tuvimos una movilización social constante, los alumnos llegaban y se iban otros. Eso se debió a la misma situación de los barrios, a inseguridad, pobreza y amenazas”.
Según Lozano, a pesar de que el colegio tiene un buen nivel académico, los problemas de convivencia se generan por las barreras invisibles que hay en barrios como Robledo Aures, Picacho, Doce de Octubre y Castilla, donde viven muchos de sus estudiantes, y por las situaciones socio-económicas de los niños.
Aspectos como la infraestructura, la alimentación escolar o la cantidad de niños por aula pueden ser determinantes para un óptimo ambiente escolar, no obstante, estos no son tenidos en cuenta por la encuesta que hace la Alcaldía.
Así lo argumentó la docente Candy María Fonseca Fernández, de la Institución Educativa Pedro Luis Villa de Manrique, quien detalló que “para tener un ambiente escolar óptimo se necesitan aulas acordes, que no haya hacinamiento, que los alumnos tengan sillas adecuadas, que los docentes tengan buenas salas de profesores. En el ambiente educativo deben confluir muchas cosas, entonces es mentiroso decir que el ambiente mejora si no tienen en cuenta estas cosas”.
Según contó la docente, en el colegio donde labora, por ejemplo, “el olor a marihuana en los salones es impresionante y la Policía se mantiene al frente de las instalaciones pero los marihuaneros al lado de la cancha, entonces ¿qué seguridad siente uno?”.
En el mismo sentido, la rectora de la Institución Educativa San Vicente de Paúl, señaló que el gran número de estudiantes por salón repercutió en la calificación negativa de la percepción del ambiente escolar de ese colegio, aunque este no es un factor que califique explícitamente la encuesta.
Igualmente, la rectora aseguró que la escasez de refrigerios –llegan 200 para una población de 1.000 niños-, es otro factor que genera angustia en los estudiantes y que se refleja en la evaluación del ambiente escolar.
Entre las dimensiones que mide la encuesta, la participación obtuvo el promedio más bajo en los resultados generales, con un 6,69. Es decir, tanto estudiantes como docentes y padres de familia no sienten que la escuela ofrezca espacios para involucrarse y no se sienten motivados a comprometerse con el proceso educativo.
En este sentido, Jorge Iván Ríos, subsecretario de Prestación del Servicio de la Secretaría de Educación, aseguró que “lamentablemente no a todo el mundo le interesa la participación. Estamos en una ciudad donde la participación es mal vista, se ve como intromisión o grosería, entonces tiene una carga negativa”.
Alejandro García, personero de la Institución Educativa Presbítero Antonio José Bernal Londoño de Medellín, afirmó que la participación en su colegio es muy baja. “En deporte, por ejemplo, los muchachos no son participativos, no se inscriben a los deportes porque la competencia crea problemas y se agreden”.
Para mejorar en la participación, Ríos señaló que la tarea es insistir en mejorar los niveles de motivación de los estudiantes. Igualmente, destacó que “como sociedad, lo primero es avanzar en la comprensión de que la educación somos todos, tanto los privados como los oficiales hacemos al ciudadano, la educación es una sola. Por lo tanto, hay que avanzar en que el ambiente escolar sea tenido en cuenta de manera seria y sistemática”.
Población objeto de estudio
La aplicación se realiza desde el año 2011, durante el segundo semestre del año y se aplica a tres grupos de los principales actores en los establecimientos educativos de la ciudad.
-Docentes del establecimiento educativo de todos los niveles.
-Padres de estudiantes de los grados de transición a 11°.
-Estudiantes de 9°, 10° y 11°.
Se emplean varios métodos de recolección de datos:
-Auto-diligenciamiento vía web.
lFormulario impreso.
-Llamada telefónica.
El diligenciamiento del cuestionario se realiza en presencia de un facilitador logístico quien se encarga de dar instrucciones, apoyar su adecuado desarrollo y de atender los imprevistos técnicos que se presenten. Sin embargo, la mayoría de las encuestas se desarrollan por medio virtual.