El cinéfilo Jorge Hernán Echeverri comparte la crítica de la película Amazonas, creación colectiva con la que el Festival de Cine de Jardín comenzará su programación, que irá del 20 al 23 de julio.
A lo mejor tienen razón los indios cuando dicen que la selva piensa, que la selva sabe, que la selva salva a los que quiere y destruye a los que rechaza…”. William Ospina.
Cientos de historias se han realizado sobre el río más caudaloso del mundo, el Amazonas. Y esos relatos han llegado al cine de múltiples formas, que nos han hecho recordar lo temible y hermoso que es. En esta oportunidad, en la segunda versión del Festival de Cine de Jardín, a realizarse entre el 20 y el 23 de julio, podremos observar un proyecto híbrido, como lo califican sus productores, de una cinta llamada Amazonas.
Con una duración de 94 minutos, el filme cuenta seis historias de diferentes directores, las cuales relatan, a través de cortometrajes, las vivencias de ciertos personajes en la selva amazónica. Con relatos sólidos, llenos de matices que enriquecen los sucesos en cada una de ellas, el espectador se verá sumido en la reflexión y en los contenidos que cada una transmite.
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Hoy el planeta vive una dura realidad con el calentamiento global y los deseos del hombre por enriquecerse a costa del medio ambiente, ante lo que este filme nos relata, a su estilo, esas cosas que no se deben hacer. Por ello, esa magnífica frase de William Ospina, con la que inicia este texto, que aparece en la mitad de la cinta, ya que refleja la esencia de los cortometrajes.
Otro elemento importante en destacar es que cada cortometraje nos enseña un poco de la cultura amazónica, a través de elementos naturales como el humor, la intriga, la fantasía, el suspenso y la política, como una forma de que el espectador comprenda lo que está pasando.