Desde finales de los 60, Alice Cooper ha pasado por múltiples facetas del rock sin parar, desarrollando un estilo de rock bizarro, teatral, vanguardista e intimidante. La banda original ingresó al Salón de la Fama del rock and roll en el 2011.
Son pocos los artistas del rock que han perdurado de manera continua. Inicialmente, como banda de cinco integrantes se estrenaron en lo sicodélico y la extravagancia para luego generar albumes más pulidos que hoy día son clásicos del hard rock (Killer, School´s Out, Billion Dollar Babies).
Pero no sólo era crear rock y esperar a que se vendiera. Alice debía generar reacciones en el público y, motivado por su empatía con las películas de horror y misterio, involucró a su banda para que el escenario se convirtiera en un caos en el que eran comunes la camisa de fuerza, ultraje a muñecas, trifulcas, serpientes, la horca, la silla eléctrica y la guillotina. En aquella época de la primera mitad de los setentas, cuando la sociedad era más conservadora y apenas se estaba saliendo de la era “paz y amor”, no se entenderían completamente los actos que se desarrollaban en escenario y éso impresionaba. Así fue como provocó controversia social y escándalos, convirtiéndose en el enemigo público número uno de una sociedad protectora, siendo generador de mitos bochornosos que se plasmaban en los periódicos y revistas. Ya su nombre artístico era escandaloso. Su real nombre: Vincent Fournier, tomaría su mote de un antiguo espíritu a través de la ouija.
Siguió en solitario desde 1975, debido a que su protagonismo opacó a la banda. Vendrían trabajos conceptuales (Welcome to my Nightmare) pero su roce con la fama lo volvió adicto al alcohol, teniendo que recuperarse en un centro de rehabilitación (de allí su álbum From the Inside). Entraría a otra faceta musical antisocial de sonido postpunk e industrial (Flush the Fashion, Special Forces), en los que su lánguida y esquelética figura androgénica mostraban la etapa adictiva a las drogas.
Toda esta experiencia, que en lo personal ya era un desastre, marcó un despertar de cero vicios y el avance al sonido glam y heavy metal a mediados de los 80s (álbumes Constrictor, Trash) cuando bandas como King Diamond, Motley Crue, Twisted Sister, Marylin Manson, White Zombie y muchas más le reconocieron su influencia.
Los noventas pasaron fugaces, hasta que en el nuevo siglo refrescó el sonido dando un toque más pesado a sus clásicas canciones y creando trabajos trascendentes como Brutal Planet, Dragontown y The Eyes of Alice Cooper. Sus conciertos fueron más majestuosos y ofrecieron toda una obra teatral de rock y metal de shock rock.
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Su nuevo trabajo Paranormal (que sale el 31 de Julio) lo ha definido como una vida paralela, lo que ha sido su carrera musical, donde se ve el show como extraño, pero tiene el sello de Alice. Cuando el artista se baja de escena, se convierte en Vincent, el tipo normal. Son doce canciones que exploran, entre otras, las intrigas de la sociedad, el fin del mundo, encuentros oscuros o el canto del cadáver desde su tumba, completado con tres canciones tocadas con los músicos originales de los setentas.
Con más de 130 presentaciones por año, Alice no piensa retirarse aún, su público de varias generaciones tendrá al músico hasta que le den sus fuerzas. Que sea ésta una motivación de ingresar al mundo surreal del horror y sátira social del gran showman Alice Cooper.