La rana dorada es considerada como una de las especies colombianas en extinción.
Autoridades ambientales informaron sobre el aumento del tráfico ilegal de la rana dorada en todo el país.
Según lo señaló el experto en anfibios del Instituto Von Humboldt, Andrés Acosta, se ha intensificado el comercio ilegal de la rana dorada debido a que este tipo de tráfico “ya tiene estrategias muy sofisticadas como la inyección de calmantes que duermen las ranas y meterlas en trapos húmedos”.
El experto también destacó que “a veces los traficantes especializados incluso trafican con renacuajos” de este especie de anfibios.
Las ranas que serían transportadas a Estados Unidos, Europa y Japón, son utilizadas en ensayos clínicos por su veneno, pese a que es considerado como uno de los más peligrosos del mundo; sin embargo, los traficantes producen con su toxina analgésicos con propiedades similares “a los que se usan en cirugías”, detalló Acosta.
Según la Alianza para la Cero Extinción (AZE), iniciativa global de conservación de especies, la rana colombiana dorada o Phyllobates Terribilis, según su nombre científico, está entre una de las “siete maravillas con mayor probabilidad de extinción”.