Si no se construye ciudadanía primero, el ciudadano no participa de la ciudad, hay que formarlo para que la construya.
Esta semana estuve reunido con Alejandra Barrales y el equipo de campaña con el que están aspirando a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Además de ser abogada, magister en administración, tiene una historia muy impresionante de trabajo apoyando a los trabajadores y sus derechos sindicales, con la que se dio a conocer. Fue por más de 10 años azafata (Sobrecargo como le dicen en México) y allí se convirtió en la secretaria general de la federación de sindicatos donde lograría una de las grandes victorias a favor de sus compañeras asistentes de vuelo, entre otras. De ahí fue diputada federal en varias ocasiones, secretaria de desarrollo económico en el estado de Michoacán, senadora, entre otras muchas responsabilidades que además de indicar que tiene un gran apoyo de los electores, es capaz de gobernar, pues cada encargo que asume la hace más reconocida. Fue secretaria de educación de la CDMX en el gobierno de Miguel Ángel Mancera, sin contar los cargos de dirigencia de su partido PRD (Coalición PAN-MC-PRD pro la CDMX la frente) por el que aspira a ser la jefe de la capital más importante de América Latina.
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Hago todo este recuento porque nunca había reconocido en un programa de gobierno tantas cosas positivas con las que me identificara tanto. Y es que en estos 10 años de trabajo recorriendo todo el continente, apoyando procesos electorales, acompañando los gobiernos de las ciudades, es primera vez que le aportamos a uno que tiene las claridades de la planeación a largo plazo y de la importancia del ciudadano, incluso por encima del gobierno.La ciudad impuesta es un irrespeto al ciudadano, en eso estamos de acuerdo Barrales y yo, y lo ratifica en una de sus líneas: ciudadanía y gobierno(i), adicionalmente su línea de planeación estratégica(ii) contempla a la ciudad como forma y el ciudadano como fondo. Para ella, el espacio público como lugar generador de encuentros, además de intervenir toda la ciudad para promoverlo, convertirá el aeropuerto, en uno de los parques más espectaculares del mundo, que suma a la calidad del aire y a la sostenibilidad medioambiental. El transporte público como una extensión del espacio público con un documento unificado para ingresar a toda la multimodalidad del sistema. Pero de esta mirada planeada, la red de estancias infantiles para una atención integral y de calidad a la primera infancia, que será la que gobernará en 25 años, es una apuesta contundente por el futuro.
Esta visión metropolitana(iii) de un territorio con más de 30 millones de personas, creará un entorno compacto que articulará ciudades de 5 estados en un especie de parlamento que dará origen a la primera superciudad del planeta, articulada en temas de espacios públicos, movilidad, saneamiento, servicios públicos, en fin, una apuesta como sólo México sabe hacerlo y que además harán que sean menores los temas de infraestructura, al lado de toda la exuberancia normativa que, para hacer mayor el reto, atraviesan legislaciones de cinco estados que se tendrán que articular. Para mi una genialidad y absolutamente viable. Ahora la visión integradora (iv) de su plan de gobierno, no sólo construye ciudadanía antes que ciudad, para fortalecer la diferencia, sino que reconoce la ciudad improvisada, informal, altamente desmedida, sin control, entre otras y reconoce también una la población heterogénea con miles de demandas, dejando por sentado que no tiene obligación alguna con la ciudad. Ya reconocerlo para trabajar en la transformación es vital, articular 30 millones de personas en la “Ciudad de México, la jefa de todas las ciudades”, como dice su campaña, es la apuesta más coherente con esta época y si a eso le sumamos que la garantía del estado de derecho(v) sea la ruta para lograrlo, mucho más.
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Claro que aportaremos a este gran trabajo que la Licenciada Alejandra Barrales y su equipo están construyendo para hacer posible la mejor Ciudad de México de todos los tiempos. Si no se construye ciudadanía primero, el ciudadano no participa de la ciudad, hay que formarlo para que la construya.