El terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter que sacudió el norte de Irak se sintió en la ciudad de Kirkuk, donde la sacudida provocó daños materiales en locales y viviendas, mientras el vecino Kuwait registró un sismo de menos intensidad.
Un poderoso terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter sacudió este domingo la zona de frontera entre Irán e Irak y causó al menos 133 muertos y centenares de heridos en ambos países.
El temblor se produjo en la localidad iraní de Azgale, en la provincia de Kermanshah, a 11 kilómetros de profundidad, según el Centro Sismológico de Irán, y se sintió tanto en Teherán como en Bagdad, así como en lugares distantes como Kuwait.
A lo largo de la noche del domingo y la madrugada de este lunes hubo una treintena réplicas a ambos lados de la frontera, la más fuerte de ellas, de 5,3 grados, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (Usgs).
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Las poblaciones más afectadas en Irán fueron Ghasr Shirin, Sarpul y Azgale, aunque todavía es difícil cuantificar los daños debido a los cortes producidos en las carreteras de montaña y a que tanto las comunicaciones telefónicas como el sistema eléctrico han sufrido cortes.
Los servicios de emergencia de Irán han contabilizado al menos 129 muertes y cerca de 300 heridos en Kermanshah, según Mojtabar Nikkerdar, gobernador de esa provincia fronteriza iraní.
En Irak, el Gobierno de la región autónoma del Kurdistán informó de la existencia de víctimas mortales, sin precisar su número, y de "más de 500 heridos" en la provincia fronteriza de Suleimaniya.
Según autoridades locales, se registraron al menos cuatro víctimas mortales en la localidad de Darbandiján, localizada a pocos kilómetros de la frontera.
Las televisiones kurdoiraquíes mostraron imágenes de edificios derrumbados en Darbandiján, así como escenas de pánico de la población en varias poblaciones.
El ayuntamiento de la ciudad de Halabya contabilizó 85 heridos en el municipio, el más próximo de Irak al epicentro, aunque ninguna víctima mortal, según un comunicado.
El hospital de Halabya tuvo que ser parcialmente clausurado por los daños causados por el terremoto en el edificio y por el temor a las réplicas, por lo que varios pacientes fueron atendidos en el patio del centro médico, según la misma fuente.
El seísmo también abrió grietas en la superficie de la presa de la central hidroeléctrica de Darbandiján, ubicada en el lago homónimo, según afirmó el director de esa instalación, Rahman Jani, en un comunicado.
Debido al peligro a un derrumbe, aunque no se conoce todavía el alcance de los daños, el director de la presa hizo un llamamiento a la población que vive río abajo para que abandone sus hogares.
Anteriormente el ministro iraquí de Recursos Hídricos, Saad al Yanabi, informó que se produjeron corrimientos de tierra en una montaña cercana a la presa de Darbandiján, aunque tampoco tenía información acerca del estado de la presa.
Los municipios iraquíes de Sulaimaniya, Halabya y Karamian decretaron un día festivo este lunes por las pérdidas humanas y materiales registradas en la zona.
La Media Luna Roja turca anunció el envío de ayuda humanitaria a la zona más afectada, incluyendo tiendas de campaña, mantas, material médico y de cocina, desde un almacén que posee cerca de la frontera iraquí.
La Organización de la ONU para Asuntos Humanitarios (Ocha) y otros organismos internacionales presentes en Irak también se movilizaron para prestar ayuda, según informó el Gobierno kurdoiraquí.
Irán tiene frecuente actividad sísmica por una falla que atraviesa todo el oeste del país y se extiende por el noreste de Irak y el sureste de Turquía.
El terremoto más grave hasta la fecha se produjo en junio de 1990, cuando perdieron la vida 37.000 personas en varios pueblos del norte del país.
Otro seísmo registrado en diciembre de 2003 en la provincia meridional de Kerman se saldó con 31.000 fallecidos.