Según las autoridades afganas, 94 yihadistas muertos fue el resultado de la bomba no nuclear arrojada por Estados Unidos a la provincia de Nangarhar, territorio dominado por el Estado Islámico.
El Ministerio de Defensa de Afganistán informó este sábado que el proyectil estadounidense GBU-43, denominado la "madre de todas las bombas" y lanzado el pasado jueves sobre una base del grupo terrorista Estado Islámico (Ei), acabó con la vida de 94 de sus miembros, entre ellos 4 altos líderes.
"En total 94 miembros del Ei, incluyendo cuatro altos cargos, murieron", señaló en un comunicado el vocero del Ministerio de Defensa afgano, Dawlat Waziri.
La nota identificó a los líderes del EI fallecidos como Abubakr, Hamza, Shahid Omar y Walkan Isama en una operación en la que además fueron destruidas cuatro cuevas utilizadas como refugio por los combatientes.
Además varios depósitos de munición de los terroristas y una decena de viviendas fueron destruidas en el ataque, que no dejó víctimas civiles, según detalló el comunicado.
Por su parte, las Autoridades locales de la provincia afgana de Nangarhar, donde tuvo lugar el ataque, informaron esta mañana que el número de miembros del Ei fallecidos ascendía a 94.
Tanto el Ministerio de Defensa afgano como el contingente de Estados Unidos en Afganistán han incidido en que el ataque no causó víctimas civiles, pues, según su versión, la única familia que vivía cerca de la base fue desalojada horas antes del bombardeo.
Por su parte, el Estado Islámico negó la víspera, a través de la agencia de noticias Amaq, que el ataque hubiera causado muertos o heridos en sus filas.
En la noche del pasado jueves, EE.UU. lanzó la denominada como "la madre de todas las bombas" sobre una base del Ei ubicada en una zona montañosa en el distrito de Achin, al este de Afganistán y cerca de la frontera con Pakistán.
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El proyectil, de 10 toneladas y una de las de mayor poder del arsenal convencional estadounidense, acabó con una estratégica base de este grupo terrorista, compuesta por túneles construidos durante la invasión soviética al país asiático.
El ataque se produjo después de que el Gobierno afgano afirmara esta misma semana que el número de insurgentes del EI en el país es inferior a 400 y que el año pasado abatió a unos 2.500 miembros del grupo, lo que redujo su presencia a solo dos de las 34 provincias afganas.