La diferencia en la alimentación entre un niño y un adulto tiene que ver principalmente con las cantidades, porque los nutrientes siguen siendo los mismos y en proporciones similares”, explicó Diana Pineda, nutricionista de la Fundación Éxito, para abrir un debate sobre las características de la dieta de los adultos contemporáneos. 
Por su parte, Natalia Zuluaga Arroyave, nutricionista-dietista precisó que las mismas necesidades de nutrientes que se tienen en otras etapas continúan en la adultez, “hay adultos que son muy saludables y pueden continuar con los hábitos alimenticios que tuvieron en la juventud, salvo que baja la tasa metabólica basal (el número de calorías que necesita el cuerpo para realizar funciones básicas), por lo que hay que disminuir el consumo de carbohidratos tras la adolescencia, para evitar la obesidad”. 
Ambas expertas coincidieron en que los hábitos alimenticios deben cambiar si hay enfermedades. Las dietas funcionan como tratamiento a numerosas patologías, como la diabetes, enfermedades inflamatorias intestinales, malnutrición, dislipemias (alteración en los niveles de grasas en la sangre), gastritis, hipertensión, insuficiencia renal, osteoporosis, entre otras.  

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Colombia tiene importantes tasas de enfermedades relacionadas con una mala alimentación. Según el Estado de la inseguridad alimentaria en el mundo (Sofi) de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), realizada en el 2015, 4,4 millones de colombianos están subalimentados, lo que corresponde al 8,8% de la población. 
La Encuesta nacional de situación nutricional 2010 (Ensin) evidenció que el 36,6% de los colombianos consume golosinas a diario y siete de cada diez personas incorporan comida de la calle a su alimentación diaria. Además, más del 70% de la población no come verduras ni frutas diariamente, cuando lo recomendable es consumir cinco porciones al día.
Entre el 2005 y el 2010, la obesidad subió 4% a causa del sedentarismo y los malos hábitos alimenticios. El 51,2% de la población entre 18 y 64 años sufre de sobrepeso u obesidad.
Según la Ensin, el 42,7% de los colombianos presenta inseguridad alimentaria. Eso quiere decir que cerca de 20 millones de personas no tienen disponibilidad suficiente y estable de alimentos para tener una dieta balanceada. Los departamentos que presentan mayores índices de inseguridad alimentaria son Nariño (67.7%), Chocó (64.2%), Sucre (62.9%), Bolívar (61.7%) y Magdalena (61.4%).
Zuluaga Arroyave señaló que la principal deficiencia en la alimentación del colombiano promedio está en que no se consume suficientes frutas y verduras. Una persona debería consumir diariamente 430 gramos de frutas y verduras, para suplir los requerimientos nutricionales, pero la mayoría consumen mucho menos de la mitad de lo necesario.
En Colombia, cinco millones de personas, aproximadamente, viven en extrema pobreza, apuntó la Encuesta nacional de ingresos y gastos 2006-2007 del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). De esta población, el 13,5% no destina recursos a adquisición de legumbres y hortalizas y el 44,5% no compra frutas. 
En contraste, la Asociación de Bancos Alimentarios de Colombia (Abaco) calcula que en el país botan cada año más de 1.400.000 toneladas de frutas y verduras.