Simultáneamente con las presidenciales, los iraníes elegirán a 126.000 representantes para los Consejos Municipales, que se encargan de la supervisión del gobierno local y la elección del alcalde de cada ciudad, entre otras funciones.
Los centros de votación abrieron este jueves sus puertas en Irán para la celebración de unas elecciones presidenciales convertidas en un duelo entre el actual mandatario, el moderado Hasan Rohaní, y el clérigo conservador Ebrahim Raisí.
Más de 56 millones de iraníes están convocados a las urnas en estos comicios, a los que también se presentan como candidatos los exministros Mostafa Mirsalim y Mostafa Hashemitaba.
La votación comenzó en las primeras horas de la mañana en los 63.000 colegios electorales habilitados en todos el país, y se prolongará hasta que terminen de sufragar los últimos electores.
Es frecuente en Irán que la hora de cierre de los colegios se vaya ampliando hasta bien entrada la noche para favorecer una alta participación.
A continuación comenzará el recuento de votos y el anuncio de los resultados, que finalmente será gradual pese a que el Ministerio del Interior informó con anterioridad que tendría lugar de una sola vez.
Se espera que la cita electoral se resuelva en la primera vuelta, pero de no superar ningún candidato el 50 % + 1 de los votos se celebrará una segunda ronda en el plazo de una semana.
Las autoridades organizaron el despliegue de 71.000 supervisores y unos 300.000 policías para garantizar la limpieza y la seguridad de los comicios.
El ambiente está bastante polarizado entre los ciudadanos que apoyan la reelección de Rohaní y su mayor aperturismo, y los que prefieren las promesas de creación de empleo del conservador Raisí.
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Para estas duodécimas presidenciales de Irán han sido acreditados más de 250 periodistas de 29 países, entre ellos EE.UU. y Reino Unido, un 35 % más que en las elecciones de hace cuatro años, según datos del Ministerio de Cultura.