De imponerse en los comicios, Abe, de 63 años, podría gobernar hasta 2021 en Japón y situarse entre los primeros ministros nipones con mandatos más largos junto a Eisaburo Sato (1964-1972), Yasuhiro Nakasone (1982-1987) o Junichiro Koizumi (2001-2006).
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, anunció este lunes la disolución de la Cámara Baja del Parlamento y la convocatoria de elecciones anticipadas el próximo octubre, un movimiento para afianzar su poder ante la debilidad de la oposición.
Abe, que de salir reelegido afrontaría su tercer mandato consecutivo y se situaría entre los ministros nipones más duraderos, ha justificado el adelanto electoral en la necesidad de culminar su plan económico conocido como "Abenomics" y plantar cara a la amenaza creciente de Corea del Norte.
"Hace cinco años, logramos cambiar el Gobierno con el apoyo del pueblo y prometimos llevar a cabo una reforma económica", dijo en rueda de prensa Abe, quien añadió que "ahora es el momento de ir más allá y aplicar las últimas fases para garantizar el crecimiento".
Abe llegó al poder a finales de 2012, y si su partido, el Liberal Demócrata (PLD), vuelve a imponerse en los comicios (que seguramente se celebrarán el 22 de octubre), ganaría tiempo y legitimidad para la aplicación de medidas económicas, entre ellas el impopular incremento del impuesto sobre el consumo previsto para 2019.
Poco antes de anunciar la disolución de la Cámara Baja para el próximo jueves, Abe adelantó un plan de estímulo económico de dos billones de yenes (14.972 millones de euros o US$17.800 millones), que se financiaría con la subida del IVA e incluiría una ampliación de los servicios públicos e incentivos para la inversión empresarial.
El líder conservador también apeló a la importancia de contar con "más unidad política" para "superar la crisis" de Corea del Norte, después de que durante el último mes el país vecino lanzara dos misiles balísticos que sobrevolaron territorio nipón y ejecutara su sexto test nuclear.
"Soy consciente de que van a ser unas elecciones difíciles, pero en esta situación en que nos amenaza Corea del Norte, quiero cumplir mi responsabilidad como líder del país", dijo Abe.
El PLD y su socio en el Gobierno, el budista Nuevo Komeito, tienen una cómoda mayoría en la Cámara Baja (suman 329 de los 425 escaños), un dominio que podría extenderse de forma significativa si se cumplen los resultados anticipados por los sondeos, muy favorables al partido gobernante.
Con la convocatoria de elecciones más de un año antes del término de la actual legislatura, Abe puede sacar partido al notable repunte del respaldo popular tras superar varios escándalos de amiguismo que desgastaron al Ejecutivo en los últimos meses.
Un 50% de los nipones apoya en estos momentos al partido gobernante, según una encuesta del diario Nikkei publicada este lunes, después de que el índice se desplomara hasta casi un 30% en julio.
Por su parte, la principal fuerza de la oposición, el Partido Democrático (PD), atraviesa uno de sus peores momentos de las últimas décadas debido a la reciente dimisión de su líder y a profundas divisiones internas, y cuenta con una intención de voto de apenas un 8%.
En este panorama, la única amenaza a la vista para la hegemonía de Abe sería el flamante partido nacional de la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, quien arrasó en las elecciones a la Asamblea metropolitana de la capital de julio y le arrebató la mayoría al PLD, en su mayor sangría de escaños en la metrópoli.
Koike anunció este lunes mismo la constitución de la nueva formación, bautizada como Partido de la Esperanza y cuyas señas de identidad serán la transparencia de la administración pública, dar un mayor protagonismo social y económico a la mujer o el rechazo a la energía nuclear, los mismos argumentos con los que conquistó la capital.
No obstante, para lograrlo tendría además que ser reelegido como presidente de su formación en 2018 y superar una incipiente oposición en el partido a raíz de los escándalos que sacudieron al Gobierno.