En principio se estructuraron 30 proyectos con el objetivo de recuperar y construir 7.000 kilómetros de vías, de las cuales 1.400 son doble calzada. Esto con el fin de modernizar la infraestructura vial que existía desde hace más de 20 años y que además requería mantenimiento.
Desde hace más de tres años el Gobierno Nacional puso en marcha los trabajos de las obras de las concesiones viales de cuarta generación (4G). El panorama frente a estos proyectos desde entonces ha sido diverso y plantea diferentes situaciones entre avance de obras, soluciones financieras y demora en las entregas. También se ha visto salpicado por el escándalo de corrupción de Odebrecht, a lo que se agrega la renuncia a la Vicepresidencia de Germán Vargas Lleras, quien fue uno de los que estuvo al tanto de la entrega y ejecución de las unidades funcionales de estas vías. La pregunta obligada entonces es ¿cuál es el futuro que tienen las vías 4G?
En el ranking global de calidad de infraestructura, Colombia se ubica en el puesto 113 de 138, según el World Economic Forum. Esto, explica Sebastián Gómez, director de finanzas corporativas de la consultora Credicorp Capital, implica que una infraestructura deficiente y reducida como la que actualmente tiene el país, hace que se incrementen los tiempos y costos del transporte de servicios y se afecte negativamente la productividad. “Con las vías 4G, Colombia espera reducir tiempos y costos de transporte de productos, y servicios en un 30% y 20% respectivamente”, aseguró Gómez.
Es por ello que la necesidad de vialidad es un consenso nacional. El objetivo principal es aumentar la accesibilidad a las zonas más apartadas del país y conectar el mercado en las diferentes regiones. Lo resume Martín Alonso Pérez, presidente de la Sociedad Antioqueña de Ingenieros y Arquitectos (SAI): “Cuando se hace toda una conexión a una red vial, una infraestructura de carácter multimodal, sea ferrocarril, puerto y aeropuertos, eso significa la mejora en las condiciones de conectividad”.
¿Cómo van?
El estado actual de las concesiones viales 4G, con 53 megaobras, se divide en tres partes: La Primera Ola consta de diez proyectos, con una longitud aproximada de 1.682 kilómetros de vías y con una inversión cercana a los $12 billones, de estos proyectos nueve se encuentran en construcción y uno en preconstrucción.
La Segunda Ola está integrada por nueve proyectos, con una inversión cercana a los $12 billones y una longitud vial aproximada de 1.827 kilómetros. En estos momentos tres proyectos se encuentran en etapa de preconstrucción y seis en construcción. De la Tercera Ola se adjudicaron nueve proyectos, en donde se invirtieron cerca de $13 billones para una longitud de 1.931 kilómetros aproximadamente, allí siete proyectos se encuentran estructurados y radicados en MinHacienda, uno en estado de preconstrucción y uno más en construcción. Otra modalidad que son las Asociaciones Público Privadas (APP), la integran once proyectos con una inversión cercana a los 11,4 billones, donde tres de ellos se encuentran en construcción, siete en preconstrucción, uno en contratación y uno más con contrato firmado.
Cada una de las obras se dividen o tienen Unidades Funcionales definidas de acuerdo a cada proyecto y sus necesidades. Las entregas de las mismas se hacen al Gobierno por unidades y el tiempo de ejecución varía, algunas pueden demorar uno, dos y hasta tres años, explicó José Fernando Villegas, director ejecutivo de la Cámara Colombiana de Infraestructura para Antioquia y el Eje Cafetero.
Según el directivo, “para poder hacer todo el análisis financiero se estudió para cada caso en qué momento se tenían que ir entregando las Unidades Funcionales, eso depende, a su vez, del cierre financiero y por eso se torna complejo”. Al final, acotó Villegas, “la programación no se hace por una restricción técnica sino con una restricción financiera, así cada caso es independiente”.
¿Qué podría frenar el avance?
El consenso de las distintas fuentes consultadas es que las obras 4G están avanzando de manera normal, teniendo en cuenta su fecha de adjudicación, referencia necesaria porque a partir de ella las obras tienen una etapa de preconstrucción que, por lo general, se estima en un año. “En ese primer año se determinan los diseños, se consigue la licencia ambiental y se gestiona la compra de predios. Durante ese tiempo normalmente no hay ejecución de obra física, salvo en algunos de ellos en los que se hace el mantenimiento de las carreteras actuales”, explicó Villegas.
La salida de Germán Vargas Lleras de la vicepresidencia no genera ningún inconveniente en el desarrollo de estos proyectos. Para el directivo de la Cámara de la Infraestructura “aunque el ex vicepresidente ayudó y fue ejecutivo en el tema, ese trabajo conjunto permitió reforzar la institucionalidad, de manera que esto nos permite pensar que estando o no él, las cosas no tienen por qué frenarse. Lo que existe hoy es suficiente para que este programa continúe con la misma velocidad”.
Los tropiezos y las demoras en algunas obras son los normales que podría tener un proyecto de tal magnitud, dice Pérez. Frente al tema de las demoras en algunas regiones, el presidente de la SAI señala que “esto se debe a la falta de integración de la banca nacional e internacional y la confianza que esto amerita para evitar cualquier problema en la ejecución de las obras”. Sin embargo, “por todo lo que está pasando alrededor del caso Odebrecht, las obras asociadas a este escándalo se van a frenar en los próximos meses”, acotó.
Coincide entonces con Gómez, en que “la coyuntura actual puede causar demoras en los cierres financieros en la medida en que las entidades financieras y sus respectivos comités de crédito son cada vez más cuidadosos y exigentes en la evaluación de préstamos al sector”. Por eso, además, se espera que las diferentes entidades encargadas comiencen a revisar los contratos de obra pública y que las concesiones viales que ya están adjudicadas, se blinden en demostrar que no están relacionadas con la constructora brasileña.
Pérez añade que “los que están asociados al escándalo de Odebrecht y de las otras empresas como Conalvías y los Nule, es necesario que hagan una revisión muy profunda porque eso les puede estar haciendo mucho daño a todas las empresas constructoras del país y puede disminuir la confianza en todo el sistema de la infraestructura en Colombia”.
Por su parte, Julián Vásquez Roldán, economista y vicerrector de la Universidad Autónoma Latinoamericana, explica que no sólo es Colombia la que suena en el escándalo de la constructora brasileña, sino que son doce los países latinoamericanos asociados con el escándalo Odebrecht, lo que podría traer implicaciones económicas e incertidumbre en la región.
“Al revisar cómo lo está leyendo el mercado, los diferentes analistas en el ámbito internacional consideran que, en especial para estos países de América Latina, puede haber cierto grado de incidencia en la medida en que parte de su crecimiento está directamente asociado a lo que pueda hacer la infraestructura para jalonar la economía”. Sin embargo, añadió Vásquez, “de esos doce países, donde se espera un impacto menor puede ser en Perú y Colombia”. Esto obedece, según el analista, a que en medio de las dificultades mundiales y el bajo crecimiento económico, ambas naciones han tenido un buen momento.
Para él, lo que realmente podría afectar de manera significativa a la economía colombiana, son las decisiones que podría tomar Donal Trump como presidente de los Estados Unidos, es decir, temas relacionados con los TLC, o los apoyos históricos de EE.UU. a Colombia, entre otros.
El país espera en las 4G
Ante las dudas que puedan darse sobre las 4G y las esperanzas de crecimiento económico que el país tiene depositadas en esas vías, “el Gobierno tendrá que salir a plantear soluciones de forma y de fondo para disminuir el impacto Odebrecht. Teniendo en cuenta esto, quisiera plantear que el Gobierno Nacional ha salido al paso con el escándalo y ha lanzado el plan Colombia Repunta, este plan y lo que implica las 4G implica mayor inversión y apoyar el crecimiento”, precisa Vásquez.
El economista enfatiza: “Con Odebrecht, sin Odebrecht, Colombia hoy y este año tiene que hacer un esfuerzo en las 4G y eso lo asociamos con Colombia Repunta, que significa alrededor de $9,2 billones de inversión asociada a estas obras”.
El programa anunciado recientemente por el Gobierno fue lanzado como una medida estratégica para fortalecer la economía y la infraestructura.
Sobre el impacto específico en la economía colombiana, los analistas consultados consideran que la inversión de las 4G para el 2017 puede llevar el PIB a un incremento de entre 0,2 a 0,4 puntos adicionales.
Por su parte, el dirigente de la SAI precisa: “Es muy importante que la opinión pública esté atenta a todo lo que está pasando porque es muy triste que se haya permitido tener unas fronteras abiertas para la inversión internacional y una de estas empresas, que es una multinacional brasileña, esté haciendo todos los estragos que está haciendo en Colombia, creo que tenemos que ser más estrictos en todas las empresas que vienen del extranjero para que realmente no vuelva a pasar lo que está pasando con los escándalos de corrupción”.
Lo anteriormente expuesto permite concluir que, aunque los casos de corrupción pueden generar incertidumbres y bajar la confianza en la infraestructura y la construcción colombiana, la estrategia 4G se ha mantenido y ha logrado aguantar las dificultades. Queda esperar que no se detengan las obras y el país pueda tener la vialidad moderna que tanto necesita.
Antioquia: entre las más beneficiadas
En la entrega de las obras de rehabilitación de la vía La Pintada – Primavera, tramo que pertenece a Pacífico II, el saliente vicepresidente Germán Vargas Lleras afirmó que “Antioquia fue probablemente uno de los departamentos más beneficiados con diez super autopistas del programa de 4G. En ese tramo de Pacífico II, Bolombolo – La Pintada, las cinco unidades funcionales, ya están en obra”.
José Fernando Villegas, director ejecutivo de la Cámara Colombiana de Infraestructura para Antioquia y el Eje Cafetero, detalló las vías que están dentro del esquema 4G y benefician al departamento. Se trata de siete concesiones viales y una iniciativa privada (IP), es decir un total de ocho proyectos.
A propósito del tema financiero y los recursos invertidos por parte del gobierno nacional, Villegas añadió: “Puedo dar un parte de tranquilidad porque en Antioquia las 4G están funcionando bastante bien, están prácticamente todas en etapa de construcción, no en su pico de mayor facturación, pero están avanzando. Esperamos que en el segundo semestre del 2018 estén todas al 100% en su etapa de construcción”. Las siguientes son las vías 4G de Antioquia:
Primera Ola
Pacífico I (Ancón Sur – Bolombolo), con una inversión estimada en $2,9 billones, esta obra adjudicada a finales del 2014 tiene ya varios frentes de obra.
Pacífico II (Bolombolo-La Pintada - Primavera ( Alto de Minas) ), inversión cercana a $1.,8 billones, también adjudicada a finales de 2014, se encuentra en plena ejecución de obra y requirió rehabilitación. Es el tramo que ya fue entregado al Gobierno nacional en días pasados.
Pacífico III (La Pintada - La Virginia, Risaralda ), inversión aproximada de $1,6 billones. Se encuentra en ejecución.
Conexión Norte (Remedios - Zaragoza – Caucasia), inversión aproximada de $1,2 billones. Ya inició construcción.
Magdalena II (Remedios - Puerto Berrío - conecta con la Ruta del Sol), su inversión es de $1,4 billones aproximadamente y pronto iniciará construcción.
Segunda Ola
Autopista Mar I (Medellín - Santa Fe de Antioquia). Doble calzada con un túnel y rehabilitación de un tramo. Se adelanta la gestión de predios, el mantenimiento y se inician los frentes de obra para la construcción del túnel. Inversión cercana a los $1,5 billones.
Mar II (Cañasgordas - El Tigre). Inversión cercana a $1,6 billones. Adjudicada a finales de 2015, principios de 2016.
IP Vinus (empalma con Hatovial Barbosa - San José del Nus) inversión aproximada de $1 billón, última en ser adjudicada. Ya tiene anunciado el cierre financiero e inicio de obras físicas.