Del total de acusaciones, trece son casos de abuso sexual, 24 de explotación sexual y otros tres son de naturaleza desconocida.
La ONU recibió 40 nuevas acusaciones de abusos o explotación sexual supuestamente cometidos por personal de la organización entre octubre y diciembre del año pasado, según explicó este jueves el portavoz del secretario general, Stéphane Dujarric.
El anuncio se conoce el mismo día en que se ha sabido que el número dos de Unicef, el británico Justin Forsyth, ha dimitido por acusaciones de conducta inapropiada que habría tenido con trabajadoras de la ONG Save The Children en su etapa como consejero delegado de la entidad.
De las 40 acusaciones, quince tienen que ver con operaciones de paz, mientras las otras 25 son casos relacionados con sus agencias, fondos y programas, que incluyen ocho que afectan a socios de la ONU.
Es importante aclarar que hay casos con más de una víctima, por lo que la cifra total de personas afectadas es 54, de las cuales 30 son mujeres y 16 son chicas menores de edad, mientras se desconoce la edad de otras ocho.
Del total de acusaciones, trece son casos de abuso sexual, 24 de explotación sexual y otros tres son de naturaleza desconocida. Las acusaciones tienen que ver con episodios que se produjeron en 2017 (doce casos), en 2016 (seis casos) o antes de esta fecha (tres casos), mientras que por el momento se desconoce la fecha de las otras acusaciones.
La mayoría de los casos aún están por examinar, 18 están bajo evaluación preliminar, quince están siendo investigados, dos fueron ya probados y otros tres no.
La ONU decidió que informaría de forma regular sobre las denuncias de abusos que recibe, como parte de una estrategia de transparencia puesta en marcha tras los escándalos de los últimos años.
El último dato que la ONU reveló, que corresponde a los meses de julio, agosto y septiembre de 2017, fue inferior, de 31 denuncias que afectaban a 36 víctimas. El año pasado, el secretario general, António Guterres, aprobó toda una serie de medidas para tratar de responder al problema, atajar la impunidad y dar apoyo a las víctimas.
En ese marco, la ONU nombró a la australiana Jane Connors como su primera defensora de los derechos de las víctimas de abusos cometidos por personal de la organización.