Los innumerables edificios con fallas estructurales, (parece que se ha extendido el “virus espacial”) no parecen afectar a los responsables, porque “les resbalan”
Ciertamente los escándalos farisaicos que, desgraciadamente si tienen causas, no se concentran en la capital de la república. Es claro que hay demasiada “tela para cortar” en los proyectos de índole nacional como el de La Línea y Reficar, para no citar sino dos. Es de esperar que se aclaren las cosas y se castigue a los culpables, aunque hay que agregarle a la epidemia de mermelada, el “efecto teflón” que reviste a ciertos personajes y/o entidades. También, empieza a manifestarse cierta desconfianza en la Fiscalía General, porque, aparentemente, se están “emitiendo innumerables cortinas de humo” para embolatar las investigaciones, cuando no las engavetan.
Se tiene aún la esperanza de que se cumpla el dicho: “Para verdades el tiempo, y para Justicia Dios”, por lo menos para la primera parte.
“Si por allá llueve…” o sea en la capital, a nivel local, “por aquí no escampa”. Veamos:
Respecto al Biblioteca España se han presentado muchas crónicas y recientemente, en el diario EL MUNDO, bajo el titular: “Así fue la película de la Biblioteca España”, en donde se ve con demasiada preocupación, cuando el subsecretario de Planeación e Infraestructura Física de Medellín, habla de la supuesta pérdida de los planos records de la obra (¿de construcción y “as built”?) , o sea “los planos en los que se apuntaron todas las especificaciones de construcción , además de los detalles sobre cambios, recomendaciones y finalización de la misma” y además afirma: “los únicos planos que tenemos son los planos de diseño inicial”, y más adelante: “lo que hemos concluido es que esos planos no se ejecutaron nunca. No que estén perdidos o guardados en alguna parte, sino que nunca se hicieron”. Los constructores afirman que sí se hicieron y fueron entregados y finalmente: “Que los hayan perdido en la EDU es otra cosa”. ¿A quién creerle? Vaya, vaya con el control de la obra, porque queda a la vista el desgreño en su desarrollo.
El gran responsable, el exgobernador hoy precandidato presidencial, se “está preparando muy bien para explicar cosa por cosa” o sea, cuando le venga en gana, actitud que se está volviendo muy común en la clase dirigente.
Otro aspecto crucial en el desarrollo de las obras de infraestructura a nivel local, es el proyecto Hidroeléctrico de Pescadero Ituango, crucial , como el que más, no solo para Antioquia sino para Colombia.
Valientemente, una Concejal “está haciendo preguntas” respecto a su desarrollo, y más específicamente, las relacionadas respecto a algunas decisiones de la muy revestida con teflón, la “Joya de la Corona” local, las EPM.
Sus inquietudes se han extendido a los extracostos del Proyecto Hidroeléctrico Porce III.
Es claro que hay demasiada “tela para cortar” en el caso de Hidroituango, desde los episodios que culminaron con su adjudicación, empezando por la “Toma Hostil”, para terminar con la famosa “Maroma” como la bautizó en la época, un reconocido periodista ya fallecido. En reciente reportaje, por ejemplo, mientras el contratista dice que:”hay cláusulas de sigilo (confidencialidad), EPM dice que el contrato “no tiene cláusulas de confidencialidad”. (¡¿!?)
En la ocasión, en esta columna, se trataron estos temas bajo los títulos: “Y ¿si vamos tan bien?” y “La Maroma”.
Los hechos, tozudos por demás, han demostrado que las investigaciones relacionadas con tantos proyectos y desarrollos como los mencionados, más tantos otros como el “affaire” Orbitel y los innumerables edificios con fallas estructurales, (parece que se ha extendido el “virus espacial”) no parecen afectar a los responsables, porque “les resbalan”, y de ahí la denominación del “efecto teflón”.
“No se les adhiere ninguna responsabilidad”, al decir de Marañas.